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Interiores. Vista general

Identificador
34012_01_007n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 57' 22.68'' , -4º 3' 52.73''
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de Nuestra Señora de Garón

Localidad
Antigüedad de Cerrato
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA ERMITA SE SITÚA AL BORDE de la bifurcación de carreteras, a unos 6 km del pueblo, ocupando un solar ligeramente tendido en una de las laderas del amplio valle, abierto por el arroyo Valdegarón en los páramos circundantes. El templo está rodeado por una pradera arbolada en la que mana una fuente a cuyo alrededor se ha habilitado un merendero. Son pocas las referencias documentales que encontramos sobre este lugar que, según Barcenilla, se llamó primitivamente Santa María de Garón. El topónimo Garón, como el de otros numerosos pagos de la zona, remite a voces de raíz mozárabe, origen de gran parte de los repobladores de la comarca. Para Simonet, incluso Garsón es la forma mozárabe del norteño Garsía. En los fueros dados en 1074 por Alfonso VI a Palenzuela, así como en sus regias confirmaciones posteriores, aparece mencionado el lugar de Garfon, al que también se cita en documentos del siglo XII. Pero poco después debió ser abandonado, ya que pronto se alude a Garón como despoblado. La de Nuestra Señora es una ermita de reducidas dimensiones, construida en caliza blanca cerrateña dispue sta de modo irregular en mampuestos con el enripiado enlucido. Solamente se emplearon sillares, de buen corte, en el refuerzo de las esquinas y en los elementos tectónicos del interior, y sillarejo en algunas zonas del muro septentrional. La planta es de nave única rectangular dividida en seis tramos, cabecera plana cuadrangular orientada al naciente y pórtico a los pies. Por el lado sur se adosó la casa del ermitaño con el mismo desarrollo longitudinal. El cuerpo del templo aparece unificado exteriormente por medio de un tejado a doble vertiente cuyo alero debió estar sustentado originariamente por canecillos de los que, en la actualidad, sólo quedan unos pocos en los lienzos más occidentales del muro norte (de diverso tamaño, tosca talla y perfil de nacela, excepto uno que representa lo que parece una cabeza humana muy erosionada). En el interior, por el contrario, se aprecian dos niveles que evidencian las dos fases constructivas medievales de la ermita. Los tres primeros tramos de la nave son obra de fines del siglo XII y van cubiertos con bóveda de cañón, reforzada por tres fajones de medio punto que descansan en sendas pilastras rectangulares adosadas. En el siglo XIII se amplió el edificio, elevando por el norte y el sur dos paredes que embutieron la primitiva fábrica (unificando al exterior la caja muraria) y la ampliación de otros tres tramos hacia los pies. Éstos resultan evidentemente más anchos, pero también se les dio una mayor altura y se cerraron con bóveda de cañón apuntado que se refuerza mediante fajones, al igual que los tramos orientales, sobre pilastras adosadas a los muros. La portada original se abre en el quinto tramo del muro meridional, quedando en la actualidad cobijada por la casa del santero donde, hasta la restauración de 1979, estaba cegada y se utilizaba como chimenea. Se trata de un vano simple de arco apuntado bien despiezado, con doble arquivolta lisa que descansa directamente sobre el muro, por el lado de la ermita es un arco en mitra. En el siglo XVII se acometieron obras de reforma que afectaron a la cabecera y al hastial occidental. El ábside primitivo, del que desconocemos su estructura, fue sustituido por el actual cuadrangular, más alto y ancho que la nave con la que se comunica a través de un arco triunfal de medio punto. La cabecera se cerró con una cúpula rebajada sobre pechinas. El muro oeste se reedificó por completo, abriendo en él la puerta adintelada de uso habitual, que está protegida por un tejado volado sujeto por cuatro columnas que hace las funciones de pórtico. En 1979 se rehabilitó el edificio y su entorno, pavimentándose el interior y el pórtico, consolidando los paramentos y construyendo una sencilla espadaña.