Sant Miquel dels Vilars de Valldarques
COLL DE NARGÓ
Iglesia de Sant Miquel dels Vilars de Valldarques
Entre los kilómetros 26 y 27 de la carretera L-511, arranca un camino hacia el Sur que conduce a un caserío detrás del cual se encuentra la iglesia de Sant Miquel.
Lamentablemente no se conservan noticias de época medieval que hagan referencia a este templo, y hay que avanzar hasta 1758, para encontrar la primera alusión al mismo, año en el que en el Libro de Visitas figura como sufragánea de Sant Romà de Valldarques.
Esta iglesia, dedicada a san Miguel, es un pequeño edificio compuesto por una corta nave rectangular y un ábside semicircular. En los lisos paramentos exteriores se abren tan sólo dos ventanas, una, en el centro del ábside, adintelada y de derrame simple hacia el interior, donde está cegada, y la otra, sobre la puerta de la fachada oeste, con las piezas monolíticas de sus jambas inclinadas, de tal forma que actualmente tiene forma triangular. La portada está formada por un arco de medio punto con dovelas de piedra toba, mejor labradas y escuadradas que el tosco, irregular y alargado sillarejo que compone el aparejo del resto de los paramentos. La techumbre, de doble vertiente sobre la nave y troncocónica en el ábside, está realizada con planas losas de piedra. Con el paso del tiempo, el templo debió de manifestar problemas de estabilidad, pues se le añadieron dos contrafuertes con forma de talud, uno en el lado norte de la fachada occidental, y el otro en el muro meridional.
En el interior, que está completamente enlucido, la nave se cubre con una bóveda de cañón que arranca a escasamente 1,5 m del suelo. Por su parte, el ábside presenta una tosca cubierta que más parece una bóveda de cañón que de cuarto de esfera. La anchura de la cabecera es muy similar a la de la nave, por lo que apenas se marca el arco de separación entre ambos espacios, lo que ha llevado a algún autor a pensar que, en algún momento, se habrían reformado las cubiertas para unificar su altura. En el lado sur de la nave, junto al ábside, se abre una credencia cuadrangular.
Aunque se ha situado la construcción de este edificio en el siglo xi, no debe descartarse que se trate de una obra rústica realizada en la centuria siguiente.
Texto: Juan Antonio Olañeta Molina - Foto: Fernando Arnó García de la Berrera
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, VI, p. 192.