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Interior del ábside y pila bautismal

Identificador
34486_05_025
Tipo
Fecha
Cobertura
42º 47' 5.44'' , -4º 25' 17.28''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Localidad
Perazancas de Ojeda
Municipio
Cervera de Pisuerga
Provincia
Palencia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
EL TEMPLO PARROQUIAL está localizado en el centro de la localidad, a unos 50 m de la carretera y rodeado por un muro del siglo XVI o XVII de buen aparejo que se franquea por medio de una puerta sobreelevada que da acceso al recinto del primitivo campo santo. El ábside románico aparece cimentado sobre roca madre en el sector más oriental. La iglesia fue declarada Monumento Histórico- Artístico el 3 de junio de 1931. La estructura románica original tuvo una nave rectangular con dos tramos, ábside semicircular, presbiterio rectangular y dos capillas laterales. Sería posible imaginar que se amplió a tres naves durante los primeros años del siglo XIII, algo que podría sugerirse desde el análisis de las cestas vegetales, pero lo cierto es que varias reformas posteriores enmascararon el edificio más antiguo. García Guinea infiere la posibilidad de que este edificio fuera la iglesia del monasterio de San Pelayo, fundado en 1186 y asignado a Sahagún. Para el citado autor la iglesia original pudo contar desde su origen con tres naves y tres ábsides, siendo quizá ampliada a otras dos colaterales en época románica tardía. Navarro citaba la existencia de una inscripción de dedicación en el interior del edificio que estaba trazada en letra “monacal” del siglo XI, aunque incompleta y estropeada. El dato epigráfico, que podría suministrar una información valiosísima, si es que realmente existió, ha desaparecido en la actualidad. Hacia el siglo XV se amplió el templo de una a tres naves, tallándose varias cestas con hojas de parra y perforando un ventanal oriental decorado con una moldura de bolas. Del mismo modo se trasladó la portada desde su primitiva posición hasta el sector meridional de la nueva nave. En el siglo XVII la iglesia fue nuevamente ampliada hacia el norte y hacia el oeste, cambiando los ejes este-oeste por otros norte-sur y así el templo moderno plantea tres naves con testero plano septentrional. Se trazaron igualmente la sacristía, el atrio, y el campanario, y sufrió otras reformas menores en el siglo XVIII. El ábside románico, reforzado por dos contrafuertes exteriores retocados modernamente y provisto de canecillos de proa de nave en su cornisa, se cubre internamente con bóveda de horno. El presbiterio lo hace con bóveda de cañón apuntado. Los tres tramos de la moderna cabecera septentrional poseen bóvedas estrelladas con claves decoradas y nervaturas que descansan en cul-de-lampes, en el resto de los tramos se emplean crucerías octopartitas que apoyan irregularmente sobre otras cul-de-lampes y un grueso pilar de sección circular. El sistema de soportes es variopinto debido a la interpenetración de varias fases constructivas. El atrio meridional se cubre con dos bóvedas de crucería del siglo XVII en tanto que el ábside románico se reforzó con dos irregulares contrafuertes. El aparejo medieval es de una excelente sillería arenisca (en la portada con notable pátina) de grano fino, tono dorado y tallada con trinchante. En la portada se combina el trinchante con la gradina y puntero gótico en los fustes. La sacristía se levantó en mampostería con sillares angulares, un aparejo idéntico a los del atrio, antigua casa rectoral y campanario. La casa rectoral, la sacristía y la torre-campanario de sección cuadrangular, son de cronología moderna (siglos XVII-XVIII), de hecho todo el muro oeste del templo se encuentra arropado por las mismas, aunque no podemos descartar el hecho de que la torre-campanario reaprovechara la antigua espadaña medieval del hastial occidental. También en el muro de la casa rectoral se reaprovechó un ventana gótica geminada. El ábside románico posee interiormente una arquería ciega trilobulada de cinco arcos que apoyan sobre columnas gemelas y dobles cestas vegetales muy populares decoradas con hojas de acantos y pitones en las esquinas superiores. Sobre ellos se dispone un guardapolvo vegetal cuyas enjutas rematan en máscaras y una imposta que recorre todo el hemiciclo interior a la altura del arranque de la ventana central. Ésta es de medio punto y queda flanqueada por capiteles rasurados, posee doble arquivolta de entrelazo vegetal y trama romboidal. Por encima de la ventana parte otra imposta de racimos entre entrelazos combinándose con alguna pieza abilletada que continúa en el tramo del presbiterio. Los capiteles del triunfal son piezas proclives a la estética andresina mientras que sus impostas vegetales aparecen talladas con fuerte calado. En el primitivo lado de la epístola se aprecian cestas góticas decoradas con hojas de parra y algún que otro cuadrúpedo, las basas parten de alto podium y portan esferas angulares o garras vegetales y de cuadrúpedo. La portada románica es el elemento más llamativo del edificio. Se abre en el lado sur y está formada por un arco de medio punto rematado con chambrana de vegetales entrelazados entre los que se aprecia un dragón. Posee una interesante arquivolta figurada en sentido radial con diferentes representaciones: la lucha de dos villanos a escudo y bastón acompañados de un personaje femenino que se lacera el rostro -como en Santiago de Carrión, Páramo de Boedo, etc.-, un rabelista, un posible músico, un oso, tañedores de salterio, un lector, una pareja abrazada, una bailarina contorsionista del mismo tipo que en la portada de Moarves de Ojeda, una gruesa hoja de acanto y un clérigo escribiendo sobre pergamino acompañado de un ángel que sostiene el tintero y levanta una mano señalando hacia arriba. Esta arquivolta descansa sobre dos columnas con triple fuste. En la basa de la columna de la derecha se tallaron dos animales afrontados muy erosionados. El cimacio porta decoración vegetal que se prolonga por el intradós conteniendo aves picoteando racimos. A cada lado se disponen dos capiteles, a la izquierda una cesta de acantos y otra con la escena de la Huida a Egipto, a la derecha un combate de un guerrero a caballo contra dos dragones afrontados. Es fácil vincular estos modelos escultóricos de la portada con los capiteles de la iglesia del monasterio de Aguilar de Campoo (capitel de la Huida en el MAN y cimacio del claustro in situ), la galería porticada de Rebolledo de la Torre, la portada septentrional de Arenillas de San Pelayo y la iglesia de Santa María de Piasca (Cantabria), lo cual permite fijar una cronología aproximada en torno al último cuarto del siglo XII, propia de los talleres que se inspiraron en la portada de Santiago de Carrión de los Condes. La arquería ciega del ábside, tan peculiar en el tardorrománico palentino (Vallespinoso de Aguilar, Zorita del Páramo o Villanueva del Río), nos sirve para aquilatar mejor la cronología propuesta. La calidad de la talla, sin embargo, permite adscribir la obra a un taller de factura más tosca que el activo en Piasca de la mano de Covaterio (donde se constata epigráficamente la fecha del 1172). La ventana del ábside románico se decora exteriormente con una imposta abilletada en el arranque, sus capiteles tienen decoración vegetal de hojas ramificadas con bayas y esquemáticos acantos. Su arquivolta interior porta hojas de acanto helicoidales, a modo de molinillos, del tipo visto en algunas cestas vegetales del claustro del monasterio de Aguilar. La arquivolta exterior presenta elementos arracimados entre entrelazos. De análisis estilístico se podría desprender una misma mano para los capiteles de esta ventana absidal y los de la arquería ciega del interior. También románica es la pila bautismal conservada en el primitivo ábside. Presenta copa troncocónica lisa de 107 cm de diámetro y 88 cm de altura cuyo único ornato es el bocel de su borde, bajo el que corre una banda de zigzag incisa. Se asienta sobre basamento cilíndrico decorado con una banda de contario.