Identificador
09142_01_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 43' 12.86'' , - 3º 43' 13.20''
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega,José Manuel Rodríguez Montañés
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Gredilla de Sedano
Municipio
Valle de Sedano
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL DE Gredilla de Sedano conserva, salvo algunos añadidos y pequeñas modificaciones, su estructura románica. Se trata de un templo de una sola nave, con muros de piedra sillería apeados sobre el correspondiente podium que lo recorre. Consta de cuatro tramos separados por los correspondientes arcos fajones, se cubre con bóveda de medio cañón ligeramente apuntado y sobre el muro occidental se ubica una espadaña que en el desarrollo actual es obra barroca. Desde el punto de vista constructivo el elemento más notable es la articulación y organización de la fachada meridional. Los elementos que la significan son las ventanas y la portada adosada al muro. Las primeras se colocan a la altura de los riñones del arco de la portada, son de tipo portada y tienen un valor claramente ornamental. En esta fachada el arquitecto ha jugado con las líneas verticales de los contrafuertes que significan en altura la portada y la columna entrega cercana a la ventana más occidental. El arco triunfal que da paso a la cabecera es de medio punto y doblado. La capilla absidal se cubre con bóveda de horno y el presbiterio con cañón; la nave lo hace con cañón apuntado reforzado por cinco arcos fajones de los que sólo el cuarto es doblado. Éste descansa en columnas adosadas a pilastras y los restantes en columnas adosadas directamente al muro. En el segundo tramo del muro norte existe un saliente dedicado a baptisterio. En época posterior al románico se añadieron sendas capillas a ambos lados del presbiterio, así como el troje adosado al muro meridional. Por lo que se refiere a vanos, en el primer tramo del muro norte queda una ventana sin luz dotada de interesante decoración escultórica, que sirve de hornacina a una bella imagen gótica de la Virgen. Existe también una ventana axial en el ábside y otras dos en los tramos primero y cuarto del muro sur, todas con luz. Finalmente en el tercer tramo del mismo muro se sitúa la portada, abierta en un breve antecuerpo y abocinada con dos arquivoltas ligeramente apuntadas -una de ellas lobulada- que descansan en jambas con columnas y tímpano decorado. Se remata por el tradicional tejaroz. El tímpano se apea sobre dos ménsulas, al igual que las portadas de Moradillo de Sedano y Ahedo del Butrón. La forma de articular y organizar la fachada guarda indudables relaciones y concepciones estéticas con las de estos dos templos, sin olvidar la de Escóbados de Abajo y otras de la zona. Este dato nos pone en evidencia la existencia de una escuela o de talleres que siguen unas mismas pautas aprendidas probablemente en Ahedo. Las trazas del ábside responden a los usos habituales dentro del románico pleno, con la correspondiente ventana en el centro. El conjunto del templo es una obra que tiene indudables relaciones formales, conceptuales y espaciales con el cercano de Moradillo de Sedano pareciéndonos que ambos deben ser obra del mismo maestro de obra. Junto a la indudable calidad estructural del templo, destaca la de su profusa decoración escultórica, que se extiende sobre la portada, canecillos del alero y capiteles de la nave y del interior. Comenzando por la portada, soporta la cornisa del tejaroz una serie de canes en los que vemos una cabeza humana en semiperfil con barba y melena ligeramente ondulada y pómulos gruesos, prótomos de bóvido, raposo, león y otra figura humana con desproporcionada cabeza ligeramente agachada, que cubre su cabeza con un gorro puntiagudo que le enmarca también la cara. En cuanto a los capiteles, vemos en el primero dos sirenas masculinas pareadas y opuestas en el ángulo, de larga y gruesa cola de reptil que meten entre las patas para luego elevarla y dividirla en dos transformada en tallo, una parte de la misma va hacia las esquinas del capitel convertida en hoja de perfil ondulado y la otra las atrapa por el cuello y va a morir en el ángulo. En el siguiente se figuraron dragones pareados y afrontados en el ángulo, con cuerpo de reptil alado, pezuñas y cabeza de león, que arquean elegantemente el cuerpo sacando hacia delante las pechugas y haciendo retroceder cuellos y cabezas, desplegando su respectiva ala interna y afrontándola en el ángulo con la de su compañero, mientras que las externas las llevan plegadas. En los del otro lado vemos dos descabezados cuadrúpedos -posiblemente leones- opuestos, y otra pareja de sirenas femeninas opuestas en el ángulo, cuyas cabezas, colocada de frente, se adornan con una diadema de perlado similar al collar que también llevan, sobre un fondo vegetal con una serie de hojas carnosas. En el tímpano, la escena representada es la Anunciación- Coronación de la Vi rgen, y en ella intervienen cinco personajes, más los dos ángeles que coronan a María. En los extremos, sentados sobre sendos leones, aparecen las figuras de San Pedro y San Pablo, el primero con las llaves y un libro, y el segundo con una filacteria que abre, para su lectura, con ambas manos. El centro de la composición lo ocupa la figura de la Vi rgen, entronizada asimismo sobre un león, totalmente frontal, sosteniendo con su mano izquierda el manto y levantando la derecha con la palma hacia delante. A su derecha el arcángel, rodilla en tierra, le dirige el saludo levantando su mano. A su izquierda figura, como es tradicional, un adormilado y pensativo San José sentado, con la cabeza ligeramente ladeada y apoyada en su mano derecha. Los pequeños ángeles que coronan a María surgen entre unas nubes con forma de ondas. La actual cabeza de la Virgen, notoriamente desproporcionada respecto al cuerpo, no es evidentemente la original. Dado que la ventana del muro norte no existe al exterior y la absidal tiene su decoración prácticamente perdida, nos vamos a centrar en las del muro sur. La más occidental presenta una sola arquivolta y luz de aspillera. Su capitel izquierdo es muy simple: una hoja plana que casi a la altura del cimacio se divide en tres para rematarse en capullos semiabiertos en el ángulo y esquinas. El capitel derecho lleva dos leones pareados y afrontados en el ángulo, que vuelven sus cabezas y cuyos cuellos son atrapados por unos tallos que salen del ángulo. La otra ventana presenta similar estructura a la anterior, aunque en este caso el arco es ligeramente apuntado y cobija un tímpano decorado con un medio rrelieve en el que aparece un león de perfil, con el rabo metido entre las patas traseras flexionadas y el lomo ligeramente cheposo, para acoplar así su cuerpo a la estructura del tímpano. El capitel izquierdo lo decoran dos grifos pareados y afrontados en el ángulo que despliegan el ala que va por detrás para afrontarla en la parte superior del ángulo y luego, en una elegante diagonal, dirigirla hacia las esquinas del capitel. El capitel derecho lo ocupan dos águilas de pie, pareadas y afrontadas en el ángulo, donde entrecruzan elegantemente sus cuellos y cabezas. De sus picos salen sendos tallos que, transformados en una hoja carnosa, llenan el espacio superior derecho e izquierdo de ambas caras. En los capiteles del interior de la nave se combinan los de motivos vegetales, a base de hojas lisas cuyas puntas se enrollan o de las que penden frutos o flores, con otros figurativos de similar tratamiento a los de la portada. En el muro norte vemos uno con cuatro sirenas masculinas pareadas y afrontadas dos a dos en los ángulos y centro del capitel. Colocan el cuerpo de perfil, pero luego vuelven al frente sus cabezas, que cubren con un gorro plano, metiendo sus colas de reptil entre las patas para luego, transformadas en tallos muy carnosos, elevarlas, colocándolas sobre su cuello las de las caras laterales y entrecruzándolas las de la frontal. Los ángulos del capitel se rematan con unas piñas. Los capiteles del arco triunfal se decoran con hojas lisas de nervio central y bolas en sus puntas. En otro capitel vemos dos cuadrúpedos con aspecto de leones que ocupan las caras laterales, atacan y muerden por el cuello y por los cuartos traseros a un animal que vemos semitumbado en la cara frontal; tras él se dispuso un tallo que se bifurca en dos, terminando en hojas carnosas aunque de labra tosca. La ventana ornamental del primer tramo de la nave muestra un arco lobulado, sobre dos capiteles y rodeando un tímpano decorado. El capitel izquierdo lo ornamentan dos dragones pareados y afrontados en el ángulo, de cuerpo de reptil, cabeza monstruosa, alas y patas rematadas en pezuñas. Están representados en una elegante postura, desplegando sus alas hacia las esquinas del capitel, entrecruzando sus colas y afrontando sus pechugas en el ángulo. Cubren sus cabezas con un paño que luego les cuelga sobre el cuello en abundantes y huecos pliegues, mientras que el fondo del capitel se decora con tallos y hojas carnosas, que atrapan por sus cuellos a los animales. El capitel derecho lleva dos sirenas masculinas pareadas en el ángulo, opuestas por sus colas y arqueando luego el cuerpo para afrontar sus cabezas. Tienen corta melena con bucles, voluminosos cuerpos y la cola metida entre las patas, siendo atrapadas por una maraña vegetal de tallos que se abren en hojas carnosas caprichosamente entrecruzadas. El tímpano lo decoran seis aves de largos cuellos dispuestas radialmente, pareadas y afrontadas dos a dos, atrapadas por una maraña vegetal de tallos que se abren en hojas carnosas, cuyos brotes pican. La ventana central del ábside consta, en torno a una aspillera, de un arco de medio punto baquetonado y doblado sobre una pareja de columnas de capiteles iguales muy simples con hojas lisas de estructura triangular. La ventana del tercer tramo de la nave presenta idéntica estructura a la del ábside, aunque con el arco ligeramente apuntado. Sus dos capiteles llevan la misma decoración: una hoja lisa y plana que sube y se divide en tres rematándose en sendos capullos carnosos. La del primer tramo, por su parte, tiene la misma estructura que la anterior aunque en ella una cenefa decorativa enmarca la aspillera; la forma un tallo que va ondulándose y abriéndose en hojas ovaladas y puntiagudas con su entramado labrado a base de menudas incisiones a bisel. Su capitel izquierdo lo decora un doble cuerpo de hojas, tres en cada uno, de las cuales las de los ángulos han perdido los elementos que las remataban, mientras que las de los extrenos lo hacen en un voluminoso capullo (las del primer cuerpo) o en un pequeño caulículo (las del segundo). En el capitel derecho vemos dos cuadrúpedos de esquemático cuerpo que ocupan la parte superior del equino y dirigen sus cuellos hacia abajo para atrapar a un animal, asimismo cuadrúpedo, al que muerden en el lomo y sujetan firmemente con sus patas por el cuello y sus cuartos traseros. En la decoración vegetal de Gredilla predominan las hojas que aparecen representadas en ocho capiteles del interior y seis de las ventanas, como hemos visto en la descripción. En casi todos los casos se trata de hojas lisas y planas, de labra bastante tosca, que por lo general se dividen a media altura del equino para rematarse en caulículos, frutos colgantes o flores semiabiertas en los ángulos y extremos. El entramado de nervios de las hojas no se labra más que en una ocasión -capitel izquierdo de la ventana cuarta del interior-, con gruesas incisiones a bisel oblicuas y convergentes hacia el nervio central. Asimismo en este caso los bordes de las hojas son festoneados, mientras que en todos los demás son lisos. En uno que recibe un fajón en el muro norte se colocaron nueve cabezas humanas sobre la hoja plana y lisa que ocupa casi todo el tambor. Desde el punto de vista técnico, la labra es bastante tosca en todas ellas. Otros temas vegetales que vemos son los tallos y las piñas. Los primeros se utilizan como complemento de otros en el tímpano de la ventana norte interior del primer tramo y en uno de los capiteles de esa misma estructura. Se trata en ambos casos de tallos carnosos, modelados, que se entrecruzan laberínticamente, abriéndose en hojas del mismo tipo. El escultor realiza en ellos elegantes efectos de trepanado. La temática animal está abundantemente representada. Si seguimos la división clásica en animales reales y fabulosos, incluiríamos el águila, los bóvidos, el león, los pájaros y el zorro en el primer grupo, mientras el segundo lo llenaremos con las sirenas, los grifos y los dragones. El águila aparece representada tan sólo una vez, en el capitel derecho de la ventana exterior del primer tramo, pareada y afrontada con otra semejante en el ángulo, donde entrecruzan elegantemente sus cuellos y cabezas. De sus picos salen sendos tallos que, transformados en una hoja carnosa, llenan el espacio superior derecho e izquierdo de ambas caras. Desde el punto de vista técnico estamos ante un mediorrelieve en el que el plumaje, no sólo de las alas sino de todo el cuerpo de las aves, se labra con incisiones a bisel bastante minuciosas. Los bóvidos solamente tienen un ejemplo en un canecillo de la portada, realizado de un modo bastante realista, destacando las estrías oblicuas convergentes hacia abajo de su cuello. De todos los animales de la fauna real, es el león el de mayor éxito en cuanto a número de representaciones. Los pájaros tienen una escasa representación, hallándose tan sólo en el tímpano de la ventana interior del tramo occidental. Finalmente, el zorro aparece en dos canecillos de la portada, en ambos casos como prótomos, con ojos muy saltones y hocico puntiagudo. De los animales fabulosos son las sirenas, presentes en cuatro ocasiones, las que marchan a la cabeza, seguidas por los dragones -dos casos- y los grifos, que sólo ornamentan un capitel. Las sirenas, tres masculinas y una femenina, están en todos los casos pareadas y opuestas o afrontadas dos a dos, metiendo su larga cola de reptil entre las patas. Las del capitel cuarto del interior y las del capitel uno de la portada transforman sus colas en tallos muy carnosos que las atrapan a ellas mismas por el cuello o se entrecruzan con las de su compañera. En el capitel derecho de la primera ventana interior aparecen completamente atrapadas por una maraña vegetal de tallos y hojas carnosas que se entrecruzan caprichosamente. La figura humana aislada de cuerpo entero sola únicamente la vemos en un canecillo de la portada, en forma de un hombre con desproporcionada cabeza. Está ligeramente agachado, se le ven las piernas, cortas y cubiertas por una túnica de toscos y planos pliegues. Cubre su cabeza con un gorro puntiagudo que le enmarca también la cara. Hay que destacar la expresión de desencanto de su cara, que viene dada por el arqueamiento hacia abajo de la boca. Finalmente la figura humana formando escena ocupa en Gredilla de Sedano un lugar destacado: el tímpano de la portada. Desde el punto de vista técnico estamos ante un altorrelieve en el que se utiliza casi exclusivamente la técnica del modelado. Los volúmenes de los cuerpos son redondeados. Los pliegues son profusos y muy barrocos, acoplándose al cuerpo según la técnica de los paños mojados en zonas como rodillas y caderas y describiendo marcadas ondulaciones, muy huecas, en los bordes de mantos y túnicas. En algunos casos, como ocurre en el manto de la Virgen, los bordes se ornamentan con una decoración minuciosa de nido de avispa. La estructura arquitectónica del templo, la articulación de la fachada meridional, la tipología de ventana y la espectacularidad del vano ciego practicado en el muro norte del interior nos aproximan a la concepción constructiva del maestro de Moradillo de Sedano. Analizando la ornamentación escultórica de este templo observamos en él el trabajo de dos talleres claramente diferenciados. Uno es de carácter más local y seguramente anterior cronológicamente al otro, cuyo trabajo presenta algunos paralelismos con el cercano templo de Huidobro y otros. El segundo es un taller de filiación silense en el que, al igual que en la vecina iglesia de Moradillo de Sedano, se observa un trabajo de diferentes escultores. En este templo las muestras escultóricas más silenses las encontramos en los capiteles y tímpano de la ventana interior del muro norte del primer tramo de la nave. En concreto uno de los capiteles -el de las sirenas- presenta gran parecido con otros de Moradillo por la postura de los animales, por la técnica de labra y, sobre todo, por la concepción del espacio escultórico donde los huecos están bien integrados y juegan un importante papel en la composición. Una técnica similar se aprecia en el tímpano de esa misma ventana. Algunos de los capiteles exteriores de las ventanas también denotan en su autor un aprendizaje de esquemas compositivos silenses. Respecto a la portada, sus capiteles presentan una gran semejanza con los de la portada de Moradillo de Sedano, tanto por la temática -animales fabulosos preferentemente- como por la técnica de labra y los esquemas compositivos. Aquí tampoco las figuras se despegan demasiado del fondo del equino y el escultor no parece buscar deliberadamente los huecos. Por lo que se refiere al tímpano, las proporciones de los cuerpos de sus figuras y la labra con ciertos tintes de barroquismo y efectismo teatral, los sitúan muy cerca de la Anunciación y la Visitación de la segunda arquivolta del cercano templo de Moradillo de Sedano. La escultura monumental, tanto la de la portada como la de algunos capiteles de las columnas entregas del interior y las del vano norte, tanto por temas como por técnicas de labra y conceptos compositivos nos parecen obras cercanas a los gustos impuestos por los escultores cercanos al “expresivo culto” de Silos. Tal vez estemos ante unos escultores que repiten, a veces con cierta torpeza, los temas de sirenas, grifos, leones y la escenificación de la Anunciación- Coronación. Junto a ellos hay unas interpretación de las hojas de acanto, de animales, leones, bóvidos y bustos que responden a unas técnicas y sentido plástico alejado de los usos de los artistas ligados al mundo silense. Por ello pensamos que los inicios de este templo se pueden ubicar hacia mediados del siglo XII, obra de un taller local, mientras que la nave ya pudiera datarse en las décadas finales del siglo XII. No sería extraño que quienes trabajaron en Moradillo de Sedano lo hicieran también en el templo de Gredilla. Durante la cuidadosa y reciente restauración de las cubiertas de esta iglesia, en otoño de 2002, aparecieron varios fragmentos escultóricos reutilizados como relleno en los añadidos del cuerpo oriental del edificio. Junto a varias estelas y un fragmento de capitel decorado con dos gallos afrontados -idénticos a los que decoran la ventana del hastial occidental de la parroquial de Escóbados de Abajo- se descubrió el primitivo sistema de sobrecubierta, consistente en gruesas lajas de caliza sin desbastar, engatilladas mediante un rebaje, así como el sistema de desagüe del presbiterio, consistente en un canal que abocaba a sendas gárgolas sin decoración. La talla a trinchante de estas piezas revela su factura en época bajomedieval.