LA PARROQUIA SE HALLA EN EL EXTREMO norte del caserío, junto a las bodegas, en una plataforma a la que se accede desde la plaza mediante una escalinata. Es una iglesia de tres naves, planta de salón, muros de piedra sillería, cubierta con bóvedas de arista de ladrillo y yeso, y con dos portadas, una cegada en el hastial y otra abierta al mediodía. De lo que fuera el anterior templo románico nos queda parte del muro norte de la nave y el ábside, que consta de las dos partes habituales, cabecera semicircular y presbiterio recto. El hemiciclo se articula en cinco tramos, de erosionadas basas y rudimentarios capiteles decorados con simples hojas rematadas en bolas. Un codillo da paso al sencillo presbiterio. Se conserva todo el alero exterior de la parte románica, que en la cabecera presenta cornisa de nacela y en la nave ajedrezada. Los canecillos presentan también diferencias en esos mismos ámbitos, con sencillas formas de proa de barco en la cabecera y más ricos en la nave, donde encontramos diversas formas geométricas, con varias piezas que presentan el mismo despiece de ajedrezado que la cornisa, a las que se suman algunas figuraciones, generalmente muy deterioradas por la erosión, aunque se puede ver perfectamente la imagen de un contorsionista sobre un fondo de rollos. La portada, recolocada en la actual fachada sur, es una estructura tardorrománica con arquivoltas bastante apuntadas, decoradas a base de molduraciones y puntas de diamante, con chambrana recorrida por simplificadas guirnaldas con piñas y hojitas palmeadas. Los apoyos están conformados por cuatro columnillas acodilladas a cada lado, aunque todas son nuevas, sin que se haya conservado tampoco ninguno de los capiteles. Esta remoción es reciente y afectó a otras partes de la portada, así como a buena parte del muro sur, puesto que el templo se arruinó en la década de 1980. Esta portada parece corresponderse con la ampliación del templo románico ya bien entrado el siglo XIII. En el interior no hay ningún elemento que se pueda datar en las fechas que nos interesan, aunque en el muro norte se abre un pequeño arco apuntado, con aristas de puntas de clavo, que puede ser contemporáneo de la portada. Es igualmente interesante la cuidada talla de madera policromada de la Virgen con el Niño, tipo Andra Mari, que mantiene aún algunos rasgos tardorrománicos pero que nos parece ha sido realizada ya en pleno siglo XIII.