Identificador
16089_01_040n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
39º 56' 58.99'' , -2º 1' 21.00''
Idioma
Autor
Iván Amor Carretero Gallarte
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Fuentes
Municipio
Fuentes
Provincia
Cuenca
Comunidad
Castilla-La Mancha
País
España
Claves
Descripción
UBICADA EN LA ZONA MÁS ALTA del pueblo, casi aislada y como una especie de vigía, se halla dicha iglesia. Para acceder a ella basta con tomar la primera calle que parte desde la carretera. Sin embargo, nuestra recomendación es partir desde el llano a pie, para así poder contemplar el precioso puente medieval. Esta curiosa pasadera ha suscitado no pocos debates sobre su origen. Una de sus peculiaridades es estar construido en oblicuo con respecto al eje del arroyo sobre el que cruza. Lo que unido al emplazamiento, muy desviado sobre la situación del pueblo antiguo (ya Madoz nos lo hace notar) privándole de toda funcionalidad durante siglos, nos obliga a considerar que se trata de un puente muy antiguo. Su estructura general en sillares, tajamares, pavimentado, etc., nos inclina a pensar que podría tratarse de un puente romano. Únicamente los intradós de los arcos, en mampostería, junto con lo elevado del espolón nos desmienten esa posibilidad, pero no deshacen totalmente la primera hipótesis porque se detectan reformas de siglos posteriores. Una vez contemplado, seguiremos con nuestro camino de ascenso hasta llegar a la iglesia de la Asunción. Originalmente se trató de un templo románico de una sola nave, con presbiterio recto, ábside semicircular y espadaña a los pies. En la actualidad cuenta con tres naves, siendo la central mucho más ancha que las laterales, sacristía adosada al ábside y la espadaña queda embutida entre las naves de construcción posterior. Por tanto, de su origen tan sólo se conserva la cabecera, la planta de la nave central y el muro de la espadaña. El edificio, como era costumbre, se levantó con mampostería y refuerzos de sillar en las esquinas. A su vez, su cubrición se realizó a dos aguas (en el ábside es a tres) mediante el uso de teja cerámica curva, y el vuelo de los aleros se recogió en dos roscas de teja vuelta. En el muro sur se abre su única puerta de acceso. Ésta, de corte renacentista, sustituyó a la original románica en época de la ampliación (siglos XVI-XVII), y se resuelve mediante un arco de medio punto con moldura de finos cordones. Dicho arco se enmarca entre dos pilastras, sobre las que se encuentra una hornacina. Completa el conjunto sendos relojes solares ubicados en cada una de las pilastras laterales. Siguiendo el muro sur, ya en el presbiterio, se abre una ventana saetera de gran desarrollo, seguramente la mejor trabajada de toda la provincia. Consta de dos arquivoltas, que apoyan, a través de una cornisa decorada con motivos vegetales, sobre columnas con capiteles de decoración incisa. En cuanto a las arquivoltas, la exterior está formada por cordón y escocia y se remata con una decoración de puntas de diamante; mientras que la interior la conforman dos bandas de plano inclinado con decoración vegetal y un recercado intermedio de puntas de diamantes. Mucho se ha hablado sobre esta ventana, puesta al descubierto hace no muchos años, y varios son los autores que encuentran similitudes con otras construcciones semejantes. Así, Nieto Taberné nos explica sobre dicho elemento: “…diseñada dentro de la mejor tradición cisterciense y similar a las que encontramos en la portada de Santo Domingo de Alarcón y en el ventanal sobre el brazo del crucero en el monasterio de Santa María de Bonaval en Guadalajara”. Por otro lado, Monedero Bermejo nos cita: “Esta ventana responde al mismo esquema compositivo que la que se encuentra en el ábside de la iglesia de Argandoña (Álava); sin embargo, no parece que el autor de la ventana de Fuentes proceda de aquella zona, sino que ambas proceden de una fuente común castellana”. En nuestra opinión, el maestro autor de esta ventana podría proceder del norte de Cuenca, posiblemente de Guadalajara, y venido con las huestes de Alfonso VIII, emprendió su trabajo en Fuentes para posteriormente proseguir hacia el sur de la provincia, hasta Alarcón, dejando en su camino diversos trabajos, de los que desgraciadamente solamente se conservan los citados aquí. Siguiendo con nuestra descripción, en el centro del tambor del ábside (actualmente sobreelevado, debido a las modificaciones ya apuntadas) se abre una pequeña ventana abocinada, mucho más sencilla que la descrita líneas arriba, que se resuelve mediante arco de medio punto, con cordones y escocia que apoyan en columnas. Los capiteles de éstas carecen de decoración. Dejando de lado el muro norte, actualmente cegado, llegamos al muro de la espadaña. Actualmente, la antigua pared de la espadaña se puede apreciar gracias a los esquinares de sillar, ya que hoy aparece embutida entre las dos naves laterales proyectadas con posterioridad. Estructurada en dos cuerpos, la espadaña presenta en su cuerpo inferior una portada cegada, que comunicaba con el antiguo cementerio, resuelta mediante dos arcos apuntados (ligeramente), que apoyan en jambas lisas por medio de una moldura sin decoración. Encima de dicha portada se abre un amplio ventanal que dota de luminosidad el interior del templo. En cuanto al cuerpo superior, separado del inferior mediante una moldura simple, se abren dos vanos de manera paralela para sendas campanas (arco de medio punto). Todo el conjunto se perfecciona con un remate de forma curva. Ahora sus tres naves se cubren mediante bóvedas de crucería realizadas en yeso, que apoyan sobre arcos formeros (destacando la decoración floral de la nave central). La separación entre naves se consigue gracias a arcos de medio punto que descansan en pilares octogonales; también se utiliza este tipo de arco en el paso de la nave central al presbiterio. El presbiterio todavía conserva algunos de sus paramentos de piedra (ligeramente restaurados); tanto en su lado norte como en el sur se mantienen pequeños nichos, actualmente usados para guardar los utensilios de la liturgia. Presentan arcos profundamente decorados y un recercado de puntas de diamantes. El interior del ábside está decorado con pinturas modernas de figuración románica, creadas recientemente por el autor conquense Víctor de la Vega. La cubierta asoma con un falso techo horizontal. Completa el conjunto un coro alto de madera situado a los pies, y en una pequeña capilla se encuentra la pila bautismal, decorada con arcos apuntados trilobulados y rosetas.