Identificador
40510_01_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 18' 33.96" , -3º 24' 20.34"
Idioma
Autor
Ignacio Hernández García de la Barrera
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Alquité
Municipio
Riaza
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
EL TEMPLO DE SAN PEDRO, en la localidad de Alquité, está situado aislado del caserío, en un altozano de la parte noroccidental del mismo, en medio de campos sin explotar; su aspecto exterior es bastante humilde y reformado y de él poco hay que destacar, existiendo una referencia documental de 1703 según la cual un cantero vecino de Ayllón “remató las obras de la iglesia nueva”, circunstancia que quizá pueda explicar este punto. Una vez se accede al interior del pórtico se contempla una portada que ha llamado la atención de cuantos estudiosos por aquí han pasado y se ha puesto en relación con testimonios burgaleses y sorianos principalmente, como hace Ruiz Montejo al observar vinculaciones sobre todo con Burgo de Osma derivadas de Silos, sin olvidar no obstante ciertas notas aragonesas. Esta portada, abierta en un muro de mampostería, está realizada en sillería y se compone de un triple arco de medio punto que apea en jambas acodilladas que rodean una columna central; la arquivolta externa se decora en su frente con un sencillo motivo de bezantes -con presencia de tetrapétalas inscritas en círculos, talladas a bisel, en el salmer de la izquierda- y otras formas circulares dispuestas en la arista, similares a las presentes en la portada de El Negredo. Mientras, la arquivolta interna por su parte luce perfil abocelado y su frente se decora con una teoría de motivos circulares entrelazados, ornados con perlas, todo ello tallado a bisel, semejantes a algunos ejemplos sorianos como Fuentesaúco; es en la arquivolta intermedia donde la decoración esculpida tiene especial protagonismo. Siguiendo la interpretación de Ruiz Montejo, se observa, de izquierda a derecha: un hombre armado con espada, montado a lomos de una sirena-pájaro, cinco trasgos en diferentes disposiciones y actitudes, un ser híbrido en la clave, junto a una cruz; parece presentar cabeza humanoide, alas de pájaro y cola de pez, todo ello toscamente trabajado, a continuación, un David músico, sentado, luciendo manto real, que esta autora emparenta con modelos que parecen provenir de Compostela; concluye el conjunto con la representación de la lucha de dos caballeros a caballo con trasgos. Arrancan estas arquivoltas de unos cimacios lisos con perfil de listel y chaflán, mínimamente diferenciados por una incisión recta; esta cimacio comunica con unas jambas aparentemente muy removidas de perfil abocelado en las que apean las arquivoltas de los extremos, mientras que la central lo hace en una columna acodillada, dispuesta sobre un basamento biselado. Sobre un plinto prismático, una basa de doble toro, el inferior llamativamente aplastado, sostiene un fuste liso que remata en ornamentados capiteles; en el de la izquierda, sobre un fondo vegetal de hojas picudas rematadas en cogollos angulares, una pareja de leones confrontados vuelven la cabeza, dejando traslucir en su pelaje y gestos la influencia burgalesa. Por su parte, el de la derecha, presenta una pareja de sirenas-pájaro con muestras de lo silense en su plumaje, apareciendo sobre un fondo de tallos enmarañados. El interior es especialmente modesto, a la vez que parece un tanto desfigurado; el arco triunfal es de medio punto, algo rebajado, y da paso a un presbiterio recto cubierto con bóveda de medio cañón que arranca de una imposta de perfil de nacela, pero todo este conjunto se presenta enjalbegado por lo que resulta aventurado afirmar tajantemente. A los pies del templo se ubica la pila bautismal, de aspecto también modesto y aparentemente muy primitiva; con forma ligeramente troncocónica invertida, todo el vaso carece de ornamentación, contando con un mínimo trabajo en su borde, que aparece perfilado con un bisel. Sus medidas exteriores son de 87 x 66 cm situándose sobre una mínima plataforma. Como otros templos de la zona, la cronología que se le supone a este testimonio debe corresponder a la primera mitad del siglo XIII.