Identificador
40444_01_015
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 3' 3.77" , -4º 28' 9.01"
Idioma
Autor
Ignacio Hernández García de la Barrera
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Melque de Cercos
Municipio
Melque de Cercos
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
SITUADA DENTRO DEL CASCO de la localidad, en una suave loma, sin construcciones adosadas y abriéndose a una pequeña plaza por su costado meridional, se encuentra la iglesia vieja de esta localidad, conocida como de Santa María o Nuestra Señora de la Antigua, según recoge Madoz, convirtiéndose en un ejemplo de arquitectura de ladrillo de características y singularidades que le son propias y han llamado la atención de los estudiosos desde tiempo hace ya, siendo declarada Monumento en 1983. Se trata de un templo de nave única y cabecera hoy perdida; al exterior muestra unos muros de mazonería con la presencia de frisos de ladrillo dispuestos con diferentes motivos, que hacen las veces de las tan conocidas verdugadas organizando los muros, contando con refuerzo del mismo material en las esquinas. De la fábrica primigenia nos han llegado fragmentados los muros de caja, siendo el septentrional el más rehecho pero del que se conserva testimonio gráfico de su anterior estado; en el meridional se distinguen tres cuerpos de mampostería encofrada, dispuestos entre dos frisos de ladrillos, el inferior con motivo de castillo de naipes y el superior alternando el sardinel con el tizón. Dispuesta en la mitad del muro se sitúa la portada; ésta, muy restaurada, está formada por cuatro roscas de ladrillo con ligero apuntamiento, que se presentan rebajadas y apean en jambas escalonadas disponiendo en la imposta a modo de capiteles unos ladrillos aplantillados con perfil de nacela, todo ello remarcado por un alfiz también de ladrillo que presenta un friso de esquinillas en su parte superior. Del muro occidental poco es lo que queda, distinguiéndose sin embargo en la parte inferior una fábrica de mampostería sin encintar dispuesta en bandas, donde se puede apreciar la presencia de algunos mechinales; recoge sin embargo el Conde de Cedillo la presencia de frisos de ladrillo en la parte alta de este muro, así como de un óculo de ladrillo en la parte superior. La misma situación se repite en el costado septentrional, donde gran parte del muro es resultado de procesos de restauración, sin embargo, a partir de las imágenes de Hauser y Menet realizadas en los años 30 del pasado siglo XX y de la descripción del autor citado anteriormente, se sabe cómo estaba organizado este muro. Así, se puede hablar de una disposición muy similar a la vista en el costado contrario, tratándose de mampostería encofrada entre frisos de ladrillo con refuerzos en las esquinas. La portada por su parte presentaba un arco doblado de medio punto apeado en jambas escalonadas, disponiendo ladrillos en nacela a modo de cimacios, estando enmarcado todo el conjunto por un alfiz, cuya parte adintelada apeaba en “modilloncitos hecho con ladrillos de canto, recortados convenientemente”, aspecto que para Ruiz Hernando supone una “solución insólita en el mudéjar segoviano”. La nave ha visto recuperado su espacio después de su hundimiento en la década de los ochenta del pasado siglo; se trata de un espacio diáfano que para Santamaría López estuvo cubierto con bóveda de medio cañón desde origen, mientras que Ruiz Hernando, precisando más, señala que el proyecto original incluiría una armadura de madera, trocando poco después por una solución aboveda, realizada “con timidez” según sus palabras, construida con mampostería encofrada, con presencia de fajones de ladrillo. Para finalizar, la cabecera, de la que resta el tramo recto, debió rematar en uno curvo, como otros ejemplos conocidos de la comarca; al exterior, el recto se compone de tres cuerpos separados por frisos de ladrillo de similar apariencia a los vistos en la nave, que varían su decoración y composición, siendo el inferior de mampostería, el intermedio ornado con una arquería de ladrillo de medio punto y el superior presentando una serie de recuadros del mismo material. El resto de la cabecera es el resultado de varias reformas y añadidos que la desfiguran y dificultan su interpretación, sin embargo los datos aportados por el profesor Ruiz Hernando esclarecen en gran medida esta situación; al presbiterio se accede a través de un arco doblado de medio punto realizado en ladrillo siendo un cuerpo abovedado con medio cañón que arranca de una imposta con perfil de nacela. A partir de aquí, una reforma modificó el espacio pretendiendo -al parecer- desarrollar un crucero, que se perdió al poco tiempo, pero del que aún se conservan parte de los muros y el arranque de lo que pudo ser una cúpula sobre pechinas. Todo hace indicar que el templo ha sufrido continuos problemas de estabilidad que el profesor citado atribuye a su escasa cimentación. A pesar de la dificultad de datar este tipo de testimonios, nada parece sugerir que esta iglesia sea anterior al siglo XIII, si bien puede acercarse mucho al comienzo de esta centuria.