ESTA PEQUEÑA ERMITA se sitúa a unos 2,7 km al este del caserío de Bernardos y el acceso se realiza por un camino de tierra atravesando tierras de cultivo y canteras de pizarra. Martínez Díez apunta la posibilidad de que en el entorno de la ermita se situase el primitivo asentamiento de Valverde, ya mencionado en el documento de 1247 de distribución de rentas aportando dos maravedís menos nueve dineros a las arcas del cabildo. El edificio presenta planta basilical de una nave, presbiterio y ábside semicircular, construido con mampostería combinándose en algunas partes con el ladrillo. Actualmente se conserva en pie la cabecera y los muros norte y sur mientras que el muro occidental es una ruina total. En el tambor de la cabecera se abren tres ventanas de arco de medio punto doblado con derrame interior construidas con ladrillo y cegadas parcialmente. En el presbiterio vemos la combinación de materiales en la construcción empleándose mampostería de lajas de pizarra, abundan las canteras en la zona, con verdugadas de ladrillo dispuestas horizontalmente. Adosados al muro norte encontramos dos contrafuertes cúbicos realizados en una época posterior a la románica quizás para reforzar la estabilidad del edificio, aunque, obviamente, no parece que solucionaran el problema. El acceso al templo se hace a través de una portada de arco apuntado de ladrillo con las enjutas enfoscadas y enmarcado por un alfiz. Existen también restos de sillares en el lateral occidental de la portada, quizás utilizados para reforzar los ángulos. En el tramo de nave que existe entre el presbiterio y la portada, podemos ver los restos de aun arco apuntado de ladrillo que probablemente daría acceso a una sacristía, hoy perdida totalmente. En el interior la cabecera se encontraba abovedada, el ábside con bóveda de horno y el presbiterio con bóveda de medio cañón. Ambas bóvedas están construidas con ladrillo, excepto los riñones de la bóveda del presbiterio en los que se emplea mampostería siendo visibles hoy día las marcas de las tablas que formaban el encofrado. Las bóvedas parten de una imposta moldurada de ladrillos en nacela que recorre toda la cabecera. En el arranque de la bóveda del ábside encontramos un gran arco de medio punto doblado que apoya en dos ménsulas: en la correspondiente al lado sur se representa un prótomo de león y en el lado sur un monstruo con fauces abiertas y orejas puntiagudas. El paso de la cabecera hacia la nave se hace a través de un arco de ladrillo de medio punto doblado que apoya en una imposta moldurada de ladrillo con perfil de nacela. Todavía se conserva parcialmente el suelo primitivo de la iglesia realizado con pizarra, material característico de la zona. El profesor don Antonio Ruiz Hernando establece una cronología tardía para este edificio situando el inicio de la construcción a principios del siglo XIII. El aislamiento geográfico de la iglesia así como la distancia que la separa del pueblo, unos 3 km, ha hecho difícil su mantenimiento y conservación y ha impedido también una mayor preocupación por parte de la población y las autoridades, lo cual, unido al paso inexorable del tiempo, augura un futuro muy poco esperanzador para esta ermita.