La ermita de San Juan Bautista se encuentra, aproximadamente, a unos dos kilómetros del pueblo de Ruesta, en el centro de un pequeño prado desde el cual se divisan las estribaciones montañosas cercanas y el pantano de Yesa. Es muy dudosa la identificación que algunos autores han propuesto con el monasterio de San Juan de Rosa o Ruesa (Arrosa) cerca de Salazar (in suburbio terre Sarresacii) citado en la documentación de Leire. En la actualidad se halla en estado de ruina consolidada, cobijada bajo una estructura metálica contemporánea y con los muros, parcialmente derruidos, enlucidos a base de pegotes de cemento que contrastan vivamente con la fábrica original del monumento. Apenas conserva del edificio original parte de los antiguos muros. Fueron levantados combinando distintos tipos de aparejo. Vemos sillarejo, levemente irregular, salpicado esporádicamente con piedra sillar de buena calidad, bien trabajada y de dimensiones mucho mayores, en la zona de la cabecera, donde también reconocemos los habituales mechinales propios de la manera de construir de tradición lombarda. De hecho, en el perímetro absidal las once primeras hiladas se hallan trabajadas de manera diferente al resto. En áreas de la parte alta de la cabecera, y sobre todo en los muros de la nave, encontramos también mampostería, reforzada en las esquinas con sillarejo. El edificio, de nave única, posee planta rectangular que estuvo cubierta en origen, según los estudios existentes, por medio de techumbre de madera a dos aguas. Culmina en ábside semicircular orientado litúrgicamente y cubierto por una bóveda de cuarto de esfera enlucida. En la actualidad sólo conserva esta última bóveda, ya que del cuerpo de la nave únicamente perduran los muros hasta una altura de unos dos metros y medio. Aunque carece de los habituales canecillos soportando la cornisa, se aprecia cierto esmero en regularizar y hacer sobresalir las tres hiladas más altas para disponer mejor acomodo a la cubierta de lajas. Originalmente todo el presbiterio se encontraba revestido por un espléndido conjunto pictórico que ha sido considerado unánimemente como prototipo del románico avanzado. Éste fue arrancado de su lecho mural primigenio y trasladado a lienzo en el año 1963 con la intención de preservar su conservación de manera más apropiada. Finalmente se instaló en el Museo Diocesano de la ciudad de Jaca, lugar donde puede ser admirado todavía en la actualidad. A pesar de lo precario de su estado de conservación y de que la ya citada estructura metálica que hace las veces de cubierta por encima del edificio se encuentre a escasos centímetros de los muros, la ermita exhibe todavía parte de su encanto. De dimensiones reducidas pero muy bien proporcionada, alcanza un desarrollo en planta de 14,5 m de longitud por 5,2 m de anchura. Cuenta con una estrecha ventana de medio punto con suave derrame interno emplazada en eje en la zona del altar y trabajada en la roca rojiza que también hemos visto en la base del castillo. La portada de acceso, emplazada en el muro meridional, fue realizada con grandes dovelas en época moderna. Aunque carece de elementos escultóricos u ornamentales que aporten datos para su correcta datación, la tipología de iglesia de nave única, así como las dimensiones, las proporciones y el trabajo de los paramentos han llevado a proponer para esta ermita de San Juan Bautista una ejecución probable en el siglo XII (aunque nada desmiente una datación un poco anterior).