Identificador
40460_02_012
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 9' 25.75" , -4º 34' 19.68"
Idioma
Autor
Ignacio Hernández García de la Barrera
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Santiuste de San Juan Bautista
Municipio
Santiuste de San Juan Bautista
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
SE ENCUENTRA ESTE TEMPLO en mitad del caserío de la población, en el centro de una plaza abierta en lo alto. No tiene construcciones adosadas lo que aumenta su aspecto imponente, al que complementa su renovada apariencia fruto de las obras de restauración efectuadas a principios de los años noventa del pasado siglo. Como se aprecia en su exterior, se trata de una iglesia de una sola nave, con ábside semicircular muy desarrollado y torre a los pies, a la que posteriormente se adosaron una serie de nuevas construcciones que no mucho hacen perder su imagen original. Entre estas últimas destaca el pórtico meridional, la capilla situada a continuación de este hacía poniente y la sacristía. Sin duda la pieza más singular de este templo es su cabecera, que presenta hoy un acicalado perfil que sin duda le hace más llamativo. Está compuesto por varios cuerpos superpuestos que arrancan de un zócalo que parece ser de mampostería enfoscada, con desarrollo ataluzado. Sobre este, un alto cuerpo liso se eleva hasta un friso con decoración esgrafiada de flores octopétalas realizado recientemente. Este cuerpo luce tres únicos vanos, respetados como testigos en la obras citadas, haciendo que aparezcan un tanto rehundidos con relación al muro. De estos tres vanos, los laterales fueron cegados al efectuar la reforma del interior con la correspondiente colocación de un retablo en la cabecera que les hizo perder su función. Únicamente el central permanece abierto, trabajando además como transparente. Con lo que se nos permite ver del exterior, podemos decir que se trataba de estrechísimos huecos muy desarrollados en altura, al parecer enmarcados por recuadros. Están realizados a partir de ladrillos aplantillados, elemento que se convierte en licencia ornamental de estas piezas. Sobre el friso de flores, dos bandas de ladrillos a sardinel limitan una faja de enfoscado, antes de dar paso al cuerpo superior realizado íntegramente en ladrillo dispuesto a soga. Desde el interior del templo, y concretamente desde el ábside, se completa la impresión tomada al exterior, ya que detrás del retablo aún se conserva un espacio donde poder contemplar el vano central original. En él nos encontramos con una ventana de gran derrame hacia el interior tremendamente moldurada, al contar con cuatro roscas de alternancia de ladrillos lisos y aplantillados que siguen la línea del hueco. El gran desarrollo en altura del ábside se vuelve a hacer patente en esta parte del templo. Sobre el vano antes descrito se sitúa un friso de esquinillas y un poco más arriba otro de ladrillos en nacela, todo ello enfoscado. Pero quizá lo más singular y que vendría a insistir en lo dicho de la altura, es el cuerpo dispuesto sobre estos frisos, que se eleva hasta ir describiendo una bóveda que parece de horno, rota hoy por la presencia del retablo. Todo este cuerpo presenta un enlucido con decoración que simula un despiece de sillería. El resto del interior del templo nada más conserva que sea reseñable al haber sufrido al menos tres grandes transformaciones, que variaron marcadamente su estructura y se hacen evidentes en el bajocubierta. Este mismo proceso de sucesivas reformas y recrecimientos ha sufrido la torre dispuesta a los pies del templo; si bien los últimos cuerpos son modernos, el inferior y una primera sala, dispuesta en eje transversal a la nave, parecen corresponder a la fábrica primigenia. Están levantados en mampostería, con huellas de encofrado, y tenía acceso directo desde la nave, hoy del todo impracticable. Actualmente situada bajo el coro, se conserva la pila bautismal; realizada en piedra caliza, su copa presenta perfil semiesférico y se decora con un teoría de arcos de medio punto en los cuales aparecen tallados en bajo relieve motivos alternantes, de flores de lis, variación sobre el tema del disco solar y la representación de un castillo de tres torres. Sus medidas exteriores son de 132 cm x 53 cm y se sitúa sobre un tenante de 53 cm. En el exterior del templo se conserva otra pila bautismal que vino aquí desde la desparecida iglesia de Sanchón. El vaso tiene unas dimensiones de 100 cm x 60 cm y luce una decoración de gallones de escaso bulto entre una serie de arcos de medio punto. La misma procedencia tiene la Virgen conocida por el nombre de aquella localidad, que recientemente restaurada, presenta unas formas retardatarias. Adelantar la cronología de este templo más allá de la segunda mitad del siglo XIII resulta aventurado.