Pasar al contenido principal
x

Columna entrega del ábside. Capitel con lucha ecuestre

Identificador
09514_03_005
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 58' 19.86'' , - 3º 25' 26.78''
Idioma
Autor
Augustín Gómez Gómez
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Localidad
La Cerca
Municipio
Medina de Pomar
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA de la Asunción tiene una sola nave y planta de salón, a pesar de las dos capillas que se han añadido en la cabecera. Se remata en ábside semicircular, los muros son de piedra sillería y a los pies hay un pequeño nártex sobre el que se levanta la torre. Por el exterior la nave está oculta por edificaciones añadidas mientras que el ábside se nos muestra articulado por tres columnas entregas (parece que ha desaparecido una) con sus correspondientes capiteles. Éstos se decoran con hojas de acanto lisas acabadas en caulículos y con una lucha ecuestre en la que dos jinetes sobre sus monturas se enfrentan lanza en ristre. Detrás de ellos un escudero a pie les acompaña apoyándose en una larga lanza. En la cara central hay un tercer escudero. En cada paño se abre una ventana que arranca de una imposta con medias esferas, estando dos de estos vanos actualmente cegados. La del paño central presenta un arco de medio punto con moldura abocelada en el borde y una chambrana con entrelazo y botones. El capitel de la izquierda está prácticamente perdido, mientras que el de la derecha muestra una barca con tres personas que puede hacer alusión a la Pesca Milagrosa. La ventana del paño septentrional es de medio punto y se decora con molduras de bocel y una chambrana de celdillas. Bajo el arco aparece una especie de cabeza de animal y otra con rasgos antropomorfos se colocó a la izquierda, junto a uno de los capiteles perdidos. La ventana meridional es ligeramente apuntada, decorándose el guardapolvo con veneras y dos máscaras. El paso del tramo curvo del ábside al presbiterio se salva mediante tres cuartos de columnas escalonadas coronadas por dos capiteles vegetales y uno con una máscara. El tramo recto del lado sur ofrece un aspecto singular al disponerse allí un arco ciego de medio punto decorado con puntas de clavo o botones florales. Se remataba el ábside románico con un alero de canecillos en los que mostraban diversos motivos geométricos y figurativos, la mayor parte de ellos desaparecidos al recrecerse el muro en época posterior. En el interior la cabecera se cubre con bóveda de horno en el tramo curvo y de medio cañón en el presbiterio. Los muros del presbiterio han desaparecido para dar paso a los arcos que dan acceso a sendas capillas de factura posterior. La decoración escultórica se limita a los capiteles del arco triunfal, a la ventana central del ábside y a un relieve incrustado en la bóveda de horno de la capilla absidal. El arco triunfal, doblado y de medio punto, apoya sobre triples columnas a cada lado, con sus correspondientes capiteles. En el de la izquierda se desarrolla la escena del Anuncio a los Pastores, con sus protagonistas vestidos con túnica corta y pelliza acompañados de varios animales (cabras, ovejas, un perro, un buey, una mula, etc.). En el de la derecha se muestran dragones, arpías afrontadas y otros seres fantásticos. Los cimacios tienen bustos humanos en los ángulos y luego van divididos en dos bandas con pequeñas flores de cuatro pétalos en ellas. La ventana absidal es de medio punto y decora su arco con una representación del Pecado Original, con Adán y Eva en cada extremo y entre ellos el árbol cargado de frutos y con la serpiente reptando por él. En el guardapolvo alternan entrelazos y pequeñas celdillas. Los capiteles y los cimacios van unidos en una misma pieza y se adornan con una cabeza zoomorfa colocada en el ángulo de la que salen tallos y hojas. En el cascarón del ábside hay empotrado un relieve policromado con las figuras de un Pantrocrátor acompañado del Tetramorfos. En el centro está la figura de Cristo envuelto en un clípeo o mandorla formada por una especie de nubes. Viste ornamentos sacerdotales y porta corona real, bendice con la mano derecha y sostiene un libro con la izquierda. A su derecha están el águila y el toro, mientras que a su izquierda aparecen el ángel y el león. A tenor de lo visto podemos señalar que lo que en este templo queda de románico, tanto desde el punto de vista arquitectónico como escultórico, parece estar profundamente alterado. Así la llamativa elevación del ábside por el exterior coloca el alero actual bastante más arriba que los capiteles de las columnas entregas. Por el interior el ábside también ha perdido su fisonomía primitiva al haberse abierto los muros del presbiterio a dos capillas. Con todo esto es difícil saber si la ubicación de toda la decoración escultórica conservada es o no la original, duda que se plantea sobre todo en lo que hace referencia al relieve del Pantocrátor y el Tetramorfos inserto en la bóveda del ábside. También se presenta problemático saber cuándo y cómo fueron colocados los capiteles del arco triunfal. ¿Son los primitivos? ¿Sustituyeron en un momento determinado a otros anteriores? Estas interrogantes surgen necesariamente desde el momento en que nos damos cuenta de las enormes diferencias entre estos capiteles y el resto de la decoración escultórica de este templo. En efecto, observamos en ella unas formas muy toscas, de características muy locales en todo el ábside excepto en estas cestas; algunas de estas características (la ventana, por ejemplo) nos llevan a pensar en templos del Valle de Mena, en concreto en Santa María de Siones. Por el contrario en los capiteles del arco triunfal hay otra concepción del volumen y la corporeidad de las figuras y un manejo diferente de los planos. En el capitel del Anuncio a los pastores el escultor nos recuerda detalles que podemos ver en San Juan de Ortega y nos lleva a un momento cronológicamente avanzado del románico. La escultura monumental del exterior está en bastante mal estado de conservación pero aún se puede ver una escena de la Pesca Milagrosa y una lucha de caballeros, temas que hemos visto en otros templos de esta escuela. Más interés compositivo e iconográfico presenta los capiteles del arco triunfal. En el primero encontramos una representación en varios momentos del Anuncio a los pastores. En el otro hay una serie de dragones pare ados y afrontados. Igualmente interesante es la escenificación del Pecado Original que se desarrolla en la arquivolta de la ventana central del ábside. Recolocado en la bóveda de horno encontramos un relieve que representa el Tetramorfos, motivo inusual entre los escultores de esta escuela y en el conjunto del románico burgalés. Cristo parece enmarcado en el correspondiente clípeo de forma ovalada en actitud de bendecir y es flanqueado por los símbolos de los evangelistas. La labra, composición y escena parecen obra de un artista poco dotado. Nos parece que este relieve debió formar parte del tímpano de la portada del templo que al desaparecer fue recolocado en su ubicación actual. En resumidas cuentas podemos señalar que la escultura de este templo parece obra de dos talleres diferentes: uno de la escuela Mena-Villadiego y otro más cercano al artista que realizó el capitel del ciclo de la Navidad de San Juan de Ortega. Los volúmenes y formas del ábside vinculan a este templo con la escuela de Mena-Villadiego lo que nos hace pensar en una obra de la segunda mitad del siglo XII.