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Canecillos

Identificador
24882_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 48' 55.56'' , -4º 56' 49.31''
Idioma
Autor
Pedro Luis Huerta Huerta
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de Nuestra Señora de la Vega

Localidad
Valderrueda
Municipio
Valderrueda
Provincia
León
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LA VEGA está emplazada fuera del casco urbano, en un terreno de prados junto a la carretera. Es una sencilla construcción tardorrománica de nave única y cabecera plana, levantada en sillería arenisca de bloques irregulares y mampostería. En 1981 fue objeto de una desafortunada restauración que transformó considerablemente el aspecto original del edificio. Se recrecieron los muros de la nave utilizándose para ello ladrillo enfoscado y se marc a ron las juntas de los paramentos externos con estrechas franjas de cemento gris. El acceso al interior del templo se realiza a través de dos portadas abiertas en los muros sur y oeste de la nave. La primera de ellas está formada por un arco ligeramente apuntado y doblado que descansa directamente sobre las jambas. Ésta debió ser la primitiva portada, aunque durante algún tiempo es posible que fuese utilizada como salida al cementerio que al parecer se extendía por el lado sur. Frente a esta puerta todavía eran visibles hace algunos años los restos de un sarcófago de piedra semienterrado que formó parte de la antigua necrópolis. La portada occidental, formada por un simple arco de medio punto de grandes dovelas, es de factura más moderna. La cabecera también fue objeto de una reforma en la cual se sustituyó la antigua cornisa de piedra por el alero actual de madera. En el muro septentrional quedan todavía restos de la primitiva línea de cornisa soportada por tres canecillos esculpidos, uno de los cuales está decorado con una especie de barril o rollo. Otros tres canecillos se han conservado en el lado meridional, en este caso con cabezas humanas de tosca ejecución. Entre los sillares del testero se reaprovecharon igualmente tres piezas decoradas con billetes que debieron formar parte de una imposta desaparecida. La talla de todos estos elementos evidencia el trabajo de un taller popular integrado por canteros poco hábiles para la labra de elementos decorativos. En el interior, la nave se cubre con techumbre de madera y el ábside con bóveda de cañón apuntado. Comunican ambos espacios a través de un arco triunfal apuntado y doblado, de trazado irregular, que apoya sobre pilastras provistas de sencillos cimacios lisos.