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Canecillo martillo porche

Identificador
33875_03_011
Tipo
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Sin información
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Esteban

Localidad
Relamiego
Municipio
Tineo
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
EL TEMPLO TIENE UN CARÁCTER POPULAR y su estructura es quizás la más antigua románica del municipio. Consta de una nave rectangular y un ábside semicircular. Sus muros son de mampostería y de sillares bien escuadrados. La presión de las cubiertas, las deficiencias constructivas y la inconsistencia del terreno generadas por la humedad de una fuente natural próxima, han combado sus muros. Por ello se le ha añadido un tímido contrafuerte en el exterior de la nave cerca del presbiterio y tres bandas imitando el esquema lombardo a lo largo del ábside. Actualmente la nave se cubre con armadura de madera que aparece sobreelevada por encima de la original, ya que los muros han sido recrecidos, según denotan los canecillos colocados muy por debajo del alero de la cubierta. El ábside se cubre con la habitual bóveda de horno y el tramo recto que lo precede con una bóveda de cañón, permaneciendo parte de estas cubiertas ocultas por el retablo barroco integrado en ese espacio. En el exterior, a la nave se han unido posteriormente la sacristía y la espadaña. La escalera descendente para acceder al interior del templo da cuenta de la diferencia de nivel del terreno existente entre la época de construcción de la estructura medieval y la actual. Los canecillos que aún se conservan dispersos por el muro de la nave y del ábside son originales. Constituyen una muestra viva del lenguaje simbólico del arte románico. Aúnan elementos de lectura directa con otros de carácter más decorativo o abstracto. De los que restan en el exterior de la nave por su lado izquierdo, con un estado aceptable, destaca la figura de un búho. La representación guarda varios significados, siendo quizás más acertado el que lo relaciona con un ave nocturna de rapiña, que deposita sus huevos en nido ajeno. Constituye un ejemplo de conducta negativa, que por eso se representa fuera del templo, y aporta un mensaje moralizante a los fieles iletrados de aquella época. Junto a él hallamos otro canecillo con un motivo que se repite más veces en la obra alternándose con canecillos lisos. Se trata de una composición basada en un mango o asa que remata en una bola. Aparece dos veces en el ábside, una de ellas dotada de una pequeña uña que lo agarra por la parte superior de la bola. Aún se aprecia el motivo en otros dos casos, en uno de ellos recreando un modillón con un rollo bastante rústico y el otro con una forma que recuerda un fruto o vegetal o un corazón muy esquemático. El lado derecho del muro, dentro del porche, conserva otro canecillo labrado, también destacable. Representa claramente la forma de una “tau”, con un asa y una cabeza cilíndrica en horizontal. Recuerda a una maza, herramienta imprescindible en el oficio de la cantería. Su simbolismo fue utilizado por la primera masonería y también lo empleó la orden del Temple. La nave se separa del ábside mediante un arco triunfal de medio punto de proporciones bastante cerradas. Sobre él se abre un vano de iluminación para la nave. El arco está dotado de guardapolvo y lo sujetan sendas columnas casi exentas con sus capiteles tallados, de forma de tronco de pirámide invertida. El capitel izquierdo muestra un motivo vegetal de hojas alargadas con sus nervaciones incisas, pequeños huecos a modo de esporas y una bola en su esquina superior izquierda. Sobre este cuerpo troncopiramidal del capitel se sitúa una imposta saliente, recorrida por un ajedrezado en bajorrelieve y realzada en su centro por un círculo o disco a modo de hebilla. Completan el conjunto unos detalles de bolas en cada esquina. El capitel izquierdo, de similar formato a su simétrico, es más austero y parco en decoración. Sigue el mismo esquema del anterior, pero su decoración vegetal es más somera y su bola angular no se ha conservado. Ambas columnas fueron dotadas del mismo tipo de basa sencilla, que descansa sobre un pequeño podio. La obra conserva una pila medieval sin decoración, pero de buena factura.