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Ábside de Sant Jaume de Pallerols

Identificador
25216_03_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41.6184, 1.3529
Idioma
Autor
Helena Soler Castán
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Jaume de Pallerols

Localidad
Pallerols
Municipio
Talavera
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Jaume de Pallerols

Descripción

Iglesia de Sant Jaume de Pallerols

Pallerols es un pueblo del municipio de Talavera, situado en el extremo septentrional del término, ya en plena ribera del río Ondara. Desde Cervera, en dirección a la Panadella, hay que tomar un desvío a mano derecha y seguir por la carretera local LV-2032 que lleva a Sant Antolí; una vez pasada esta población se encuentra Pallerols. La iglesia de Sant Jaume se erige al final de una calle en pleno centro y fuera del antiguo recinto, el cual está rodeado de masías.

 

La iglesia parroquial, dedicada al apóstol Santiago, formó parte, en el siglo xii, del obispado de Vic, al igual que muchas otras de la zona. Desgraciadamente, se han conservado muy pocas fuentes documentales acerca del templo. Una de ellas, datada en 1093, es un acta de donación del templo de Sant Jaume de Palerols por parte del señor de Montlleó al monasterio de Santa Maria de Montserrat. Con la venta en 1252 de los castillos de Ondara y Pallerols, junto con otros pueblos vecinos, por parte de Guillem de Cervera al rey Jaime I, la población de Pallerols pasó a estar, durante un cierto tiempo, bajo dominio real, el cual no se prolongó más allá de la primera mitad del siglo xiv, dado que se sabe que por esas fechas dependía de Alamanda de Queralt. Se ha conservado un documento de 1372, realizado por el presbítero Nicolau Cardona, que hace referencia al inventario de los objetos que pertenecían al altar mayor de la iglesia.

 

El culto que se rendía al apóstol en la iglesia de Sant Jaume de Pallerols no debe ser independiente de la devoción al apóstol Santiago por parte de los habitantes de la Segarra durante la Edad Media y en épocas posteriores, ni de la frecuente visita al templo de los peregrinos que cruzaban las tierras de la comarca en su camino hacia Santiago de Compostela. Buena prueba de esto último es la construcción, a mediados del siglo xv, de un hospital en Pallerols por parte del vecino de Ondara, Pere Aubert, conocido también con el nombre de Rocamador, seguramente destinado a acoger a quienes realizaban la ruta jacobea.

 

La iglesia parroquial de Sant Jaume de Pallerols era originariamente una construcción de una sola nave rectangular a la que con posterioridad se le añadió una segunda nave en su lado meridional, posiblemente con la intención de ampliar el aforo del templo. La cabecera está formada por un ábside semicircular liso de grandes dimensiones, en el que se abren dos ventanas superpuestas y descentradas, de doble derrame y coronadas por sendos arcos de medio punto. La inferior, de menor tamaño, presenta un arco monolítico y posiblemente es la original de la obra. La ampliación de la segunda nave tuvo como consecuencia la radical transformación del muro sur. En el lienzo septentrional se halla una puerta cegada, abierta en la época gótica, formada por un arco de medio punto compuesto por grandes dovelas y enmarcado por una chambrana rematada con sendas ménsulas decoradas con un motivo geométrico. Sobre la puerta se colocó en alguna de las reformas posteriores una hornacina que alberga la figura del apóstol Santiago. En este paramento norte se aprecia un cambio de aparejo resultado del realzado y alargamiento de la nave.

 

La fisonomía actual de la fachada occidental es el resultado de profundas transformaciones, entre las cuales está la apertura de la actual puerta de acceso, realizada con un arco de medio punto con grandes dovelas y que se encuentra descentrada respecto al eje de la nave primitiva. Contigua a ella se aprecian en el paramento los vestigios de un arco de medio punto tapiado de grandes dimensiones, que posiblemente formaría parte de un pórtico adosado al muro meridional, y que posteriormente se modificó para levantar la segunda nave. La fachada cuenta con una ventana de doble derrame, y está coronada por un imponente campanario de espadaña de cuatro vanos dispuestos en dos niveles superpuestos.

 

En los paramentos se usa un tipo de piedra sedimentaria muy abundante en la zona central de la Segarra, de distintas formas y tamaños, y dispuesta en hiladas poco uniformes. En la zona inferior del muro de poniente se utilizan unos sillares muy estrechos y alargados.

 

En el interior, la nave principal y el ábside se cubren con bóvedas de cañón y de cuarto de esfera, respectivamente, ambas ligeramente apuntadas. Enmarca el ábside un arco presbiteral apuntado en degradación y apoyado en sencillas pilastras. Una imposta recorre la base del cascarón del ábside, así como la de la bóveda de la nave, allí donde los muros no han sido transformados como consecuencia de las reformas. En el lienzo septentrional se halla un gran arco cegado de medio punto que se corresponde con la portada ya descrita anteriormente. Una segunda nave, situada al sur de la anterior, se cubre con bóveda de cañón apuntada. En el tramo de los pies de la nave principal, así como en la nave añadida, a la altura de la base de las bóvedas se encuentran unos orificios cuadrados alineados horizontalmente, que sirvieron para soportar las vigas de la cimbra utilizada para la construcción de las mismas. Este tipo de testimonios de la técnica constructiva utilizada, que se encuentran en otros templos de la provincia fechados a finales del siglo xii o inicios del xiii, como Santa Maria de Tauladells, Sant Bartomeu de Pugis o Sant Miquel de Cubells, etc., permiten pensar que la ampliación de la longitud de la primera nave pudo ser contemporánea a la construcción de la segunda nave, y que a dichas obras se les puede asignar una cronología similar a la de los ejemplos citados. En el siglo xvi se añadió el tramo más oriental de la nueva nave, el cual se cubrió con una bóveda estrellada, momento que debe de coincidir con la construcción de un gran arco que sustituyó a buena parte del muro sur, o de los pilares que hasta ese momento debían de unir ambos espacios. Este arco, que permitiría la creación de un espacio único destinado a los fieles, es una solución habitual cuando se unen dos o más naves para el aumentar el aforo del templo, tal y como ocurre en Sant Martí de Mura (Barcelona), en Santa María de Buil o en Oliván (Huesca). Posteriormente, posiblemente como consecuencia de problemas estructurales derivados de tan ambiciosa alternativa, el vano fue reducido de tamaño mediante la creación, por debajo de las dovelas del anterior, de un arco mitrado de dimensiones más modestas.

 

La parte original del edificio puede datarse a finales del xii, es decir, poco antes que la primera ampliación.

 

Texto y fotos: Helena Soler Castán

 

Bibliografía

 

Catalunya Romànica, 1984-1998, XXIV, pp. 464-465; Llobet i Portella, J. M, 2008, pp. 179-193; Pladevall i Font, A., 1976, p. 15; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1981, pp. 236-237.