Santa Maria de Ardévol
Iglesia de Santa Maria de Ardèvol
La iglesia de Santa Maria de Ardèvol aparece mencionada por vez primera bastante más tarde que el castillo junto al que se encuentra, concretamente en la adveración sacramental del testamento de Rotuda, que fue jurada en el altar de la iglesia de Sant Just de Ardèvol en 1027. A esta mención de la iglesia cabe añadir otra, de 1070, en la que figura entre las afrontaciones de la propiedad de los cónyuges Trasovad Margarí y Sança. De la centuria siguiente, concretamente de 1131, data una donación realizada por Sicardis de la tercera parte de sus bienes a dicha iglesia. Con anterioridad, en 1123, Costa i Bafarull cita una donación de este templo a Santa Maria de Solsona por parte de los vizcondes de Cardona Bernat Amat y Almodis, si bien el documento al que hace referencia no existe ni en los fondos del Archivo Ducal de Cardona, ni en los del Arxiu Diocesà de Solsona. En realidad el documento al que aludía este estudioso corresponde a una donación diferente, realizada por Ponç Hug, su esposa Beatriu y sus hijos, quienes en 1124 donaron la iglesia de Santa Maria de Ardèvol a Santa Maria de Solsona. A partir de ese momento, este templo aparece vinculado a Solsona en repetidas ocasiones, como en la tercera consagración de esta última, de 1163, o en la bula de privilegios a dicha iglesia otorgada por Eugenio III (1150), y confirmada posteriormente por otras de Alejandro III (1180) y Clemente III (1188).
El edificio, en su estado actual, es básicamente el resultado de distintas remodelaciones de época moderna, como consecuencia de las cuales, los restos románicos son muy escasos. Una pequeña parte de la nave central subsiste reutilizada como sacristía de la nueva iglesia, construida en 1688. Asimismo, parte del muro norte también corresponde a la construcción primigenia. En el mismo, en el que se abren tres ventanas de doble derrame y arco de medio punto, está realizado con sillarejo bien labrado y dispuesto en hiladas relativamente uniformes. La datación del edificio románico puede situarse en relación con la documentación que hace referencia al mismo en el siglo xii
Texto: Francesc Rodríguez Beltrán / Juan Antonio Olañeta Molina - Foto: Francesc Rodríguez Beltrán
Bibliografía
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