Sant Mateu de Vall- Llòbrega
VALL-LLOBREGA
Iglesia antigua de Sant Mateu
Los vestigios de la iglesia vieja de Sant Mateu de Vall-llobrega se encuentran elevados en un montículo situado en un pequeño valle de las Gavarres, dentro del término municipal de Vall-llobrega, entre Mont-ras i Palamós. Una vez en el núcleo urbano actual, denominado Rabal de Baix o Eixample, se debe continuar por el camino señalizado que lleva hacia el Rabal de Dalt. Una vez rebasado este pequeño vecindario organizado en torno a una calle, y tomado el camino de la derecha de la siguiente bifurcación, se debe seguir por la pista forestal hasta encontrar una cadena metálica que prohíbe la conducción vehicular. Pasado este obstáculo, el trecho desemboca en una amplia explanada dominada por las ruinas del templo, en cuyos alrededores se emplazaba originalmente la población de Vall-llobrega.
La primera referencia documentada del lugar aparece en el precepto del rey Lotario del año 968 que ratifica los bienes del monasterio de Sant Feliu de Guíxols, librándole un alodio situado en Vall-llobrega. Citada en 1273, la iglesia de la localidad se menciona en 1280 como contribuyente con la décima por las Cruzadas y, a finales de este mismo siglo, el rey Jaime ii estableció que la jurisdicción del baile real de Palamós se extendiera sobre el término del castillo del mismo y sobre loca sive parrochias de Vilaromano et de Colonge et de Vallobrega. En el siglo xiv se documenta la consolidación de la pared sur del templo con un reraspatlle sive cantonada, y en las visitas pastorales del siglo siguiente se mencionan tres altares –el mayor dedicado a san Mateo y los otros a san Vicente y a santa María– y las ordenanzas de ornamentar la iglesia con objetos litúrgicos, entre los que se documentan dos retablos del año 1570 atribuidos al pintor gerundense Joan Matas. El templo fue saqueado por tropas francesas en 1657, por lo que doce años después se decidió construir un nuevo edificio parroquial en llamado Rabal de Baix, que es la actual iglesia parroquial de Sant Mateu Nou, consagrada en 1671. El templo románico quedó rápidamente arruinado, y fue habilitado luego como vivienda y como establo.
Las ruinas del antiguo edificio, actualmente saneadas y consolidadas, aunque todavía en fase de restauración y rehabilitación, muestran una nave única de notables dimensiones con ábside semicircular, todo ello erigido con un aparato constructivo de mampostería ordinaria configurada por pizarra ligada con mortero, con sillares de arenisca de refuerzo en los ángulos. El notable desnivel en el que se ubica la iglesia provoca que sus muros norte y sur reposen en una profunda cimentación, siendo perpendicular al terreno en la cara septentrional, originando un desvío en el centro del ábside.
Hoy al descubierto, la nave revela todavía indicios de un antiguo tejado a dos aguas –de losas de pizarra posteriormente cubiertas con tejas– y de una bóveda de cañón sustentada por dos arcos fajones, aunque ambos elementos han desaparecido. En el muro del ábside, que se conserva en menor altura que el resto, hay una ventana abocinada tapiada, mientras que los tres vanos abiertos en el costado sur conservan el arco de medio punto. En este lado aparecen tres contrafuertes añadidos en el siglo xiv, uno de ellos dispuesto sólo a la altura de la cimentación, y todos apoyados en un muro paralelo a este lienzo. Una discreta cruz latina se adivina incisa en la mitad occidental de este sector.
En la fachada occidental hay una ventana rectangular de un solo derrame, culminada por una pequeña muela de molino parcialmente tallada. Bajo ésta se abre la puerta de entrada, arquitrabada al exterior y de medio punto y tímpano al interior, pero cuyas jambas, dintel, tímpano y arco fueron arrancados de la pared; de ellos queda solamente la huella, pues fueron substituidos por unos montantes de ladrillo y tres maderos como dintel. En el interior del templo, en el muro norte, se abren tres hornacinas, y más cercano al ábside hay un vano arquitrabado abierto durante la ocupación del edificio como vivienda.
Durante la intervención arqueológica iniciada en 2011, se suprimieron los antiguos muros de las estancias de la morada, situados en el sector oriental de la nave, y aparecieron algunos tramos de pavimento, muy estropeado y de época ya moderna. Igualmente, fue hallada parte de una inhumación y, en el presbiterio, dispuesto un escalón más elevado con respecto al resto de la nave, apareció el vestigio de uno de los bloques de obra que sustentaban el altar por debajo del estrato de pavimentación mencionado. Asimismo, se descubrió la cimentación de una de las dos pilastras que sustentaban los arcos fajones.
Pese a no conservarse información documental que permita situar con certeza la fundación del edificio, por sus características constructivas, la iglesia Sant Mateu de Vall-llobrega debería considerarse una obra románica de los siglos xi-xiii.
Texto y fotos: Ana Victoria Paul Martínez
Bibliografía
Caja i Briasco, M. J., 2012, pp. 477-479; Catalunya Romànica, 1989, VIII, pp. 342-343; Mallorquí i Garcia, E., 2002, I, pp. 62-63; Mallorquí i Garcia, E, 2008a, pp. 25-66; Marquès i Planagumà, J. M., 1996a, pp. 35-67; Moix i Exquerra, E., 2010a; Puig i Aleu, I, 2006, p. 410-411.