LA ERMITA, que fue restaurada en 1984 en una intervención financiada por la Institución Príncipe de Viana, se halla situada en las afueras de Morentin, hacia Dicastillo, a la derecha de la carretera comarcal. Se llega a ella a través de un camino que se abre paso entre piezas de cereales y terrenos sin cultivar. Ubicada en el término de Morentin, pertenece sin embargo de forma conjunta tanto a esta población como a la vecina Dicastillo y allí acuden en romería los vecinos de ambos pueblos. Levantada con aparejo irregular y recubierta por una capa de enlucido, ya desgastado, en toda su superficie, está asentada sobre cuatro-cinco hiladas de sillares más cuidados, material del que también está compuesto la portada. La puerta de ingreso (1,32 m) se halla enmarcada por un paramento de sillería (cuyas piezas oscilan entre los 26 y los 30 cm), de algo más de tres metros de anchura, en el que se abren dos arquivoltas lisas apuntadas que apean sobre impostas y pies derechos. Sobre ellas, y rematando todo el conjunto, destacan seis canecillos de nacela. En el ábside, de aparejo irregular enlucido, se abre una pequeña ventana en su flanco sur, siendo el resto ciego. Sostienen el tejado en esta zona, a modo de canecillos, toscas lajas de piedra colocadas transversalmente. La construcción cuenta, además, con dos ventanas palomeras modernas en lo alto del muro sur, y se corona con una espadaña. El edificio posee una planta de nave única cuadrangular (15 x 5 m) que se cierra al Este con un ábside elíptico y una puerta de ingreso que se abre al Sur. Su interior aparece totalmente encalado. Las cubiertas son muy sencillas, pudiendo destacarse para la nave un cielo raso que se apoya directamente sobre vigas de madera y sobre dos pilares adosados de sección cuadrangular, uno interior ubicado en el flanco septentrional, y otro en el exterior del muro meridional situado a modo de contrafuerte. El ábside queda separado de la nave a través de un arco de medio punto y está rematado por bóveda de horno. La única ventana del edificio se encuentra en esta zona. Resulta ser un pequeño vano abocinado que aparece descentrado respecto al eje del ábside y ubicado en su muro sur, en línea con la portada. Aunque el trazado parabólico del ábside podría hacernos pensar en una cronología más antigua, y el hecho de que la cabecera quede descentrada de la nave permita suponer una ampliación posmedieval de esta última (a la que también apuntan las cadenas de sillares en las esquinas), cabe concluir que existió desde el entorno de 1200 una edificación perteneciente al románico rural en la que quizá se aprovecharon estructuras más antiguas.