Identificador
31271_01_010
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Alberto Aceldegui Apesteguía
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Eulate
Municipio
Eulate
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
LA ERMITA DE SAN JUAN BAUTISTA se encuentra sobre una pequeña loma, a la derecha de la carretera y en la salida de la localidad, pudiéndose llegar en coche hasta el mismo edificio. Se trata de un edificio de tres tramos en su nave más la cabecera recta. Esta última fue modificada durante el siglo XVIII, momento en que se rehizo la sacristía, se construyó un gran porche en la portada y se reformó la subida a la torre. La última restauración data de 2002. Al exterior nos encontramos con una edificación en sillarejo, a excepción de vanos, esquinas y contrafuertes, que presentan sillares regulares. El muro del ábside y el de los pies presentan un recrecimiento en anchura para flanquear el citado porche del lado de la epístola. Además, pegada al ábside, se construyó la sacristía y una estancia donde debía de vivir el ermitaño, de tal manera que hoy vemos un arco moderno de medio punto cegado que daba acceso a esta pequeña vivienda. Por último, de la vivienda se accedía a la torre que está sobre la cabecera de la iglesia, y presenta dos sencillos vanos de medio punto para las campanas en el muro del testero. Hoy día, la subida a la torre se hace por un acceso moderno realizado en el interior del porche, cerca de uno de los dos contrafuertes que flanquean la portada. Además de estos dos contrafuertes citados, en el lado de la epístola, encontramos otros dos en el muro del evangelio y dos más en el de los pies, todos ellos, como hemos dicho, realizados en sillares de mejor calidad que los de los muros. Los vanos, exceptuando la puerta, se reducen a dos originales y dos modernos. En el muro de los pies encontramos una sencilla saetera con derrame hacia el interior, en tanto que en el de la cabecera vemos otra saetera, imposible de ver al interior tapada por el retablo barroco, flanqueada por dos modernos vanos cuadrados que iluminan el interior a los lados del citado retablo. En tanto que la saetera del muro de los pies no presenta decoración alguna, la del testero presenta baquetón liso tanto en los montantes como en el arco, arquivolta con bolas y arco exterior con tres hileras de ajedrezado que apoyan en impostas también ajedrezadas. La portada, situada entre dos contrafuertes, se ubica bajo el porche de madera que hemos citado. Se trata de un arco ligeramente apuntado con dos arquivoltas de aristas baquetonadas, solución que se prolonga en los montantes, mientras que la línea de impostas se decora, al igual que en la ventana de la cabecera, con ajedrezado. A los lados de la portada nos encontramos dos canecillos reutilizados y empotrados en los contrafuertes citados. Aunque autores que analizaron la ermita con anterioridad dicen que estos canecillos estaban situados en lo alto de dichos contrafuertes, es obvio que en la restauración de 2002 fueron bajados y colocados en su actual situación. Se trata de dos piezas muy sencillas, representando una cabeza de bóvido el de la izquierda y una de felino el de la derecha, las dos de bastante tosca ejecución y muy deterioradas. Al interior apreciamos cómo los tramos se dividen a base de pilastras, con impostas lisas a modo de capitel, donde apoyan los fajones de medio punto. La moldura de la imposta se prolonga por ambos lados de la nave. La bóveda es de medio cañón ligeramente apuntado para la nave, aunque recubierta de yeso que impide ver la piedra, mientras que en el caso de la cabecera, donde originalmente se vería la misma bóveda, las citadas obras del siglo XVIII sustituyeron la fábrica original románica por una bóveda de medio cañón con lunetos. Toda la obra románica evidencia una ejecución propia de un maestro inercial, que emplea motivos generalizados en el tardorrománico rural, tratados con sequedad. Ello lleva a situar la parte románica de esta iglesia en las primeras décadas del siglo XIII. Por último, debemos destacar la gran pila bautismal con taza decorada a base de bolas y apoyada en un pedestal cilíndrico, decorado de la misma manera. Sin olvidarnos de un aguamanil románico de treinta y siete centímetros de altura, encontrado durante la restauración de 2002, que muestra sección cuadrangular y está decorado con bolas muy toscas en su parte superior e inferior.