Identificador
31219_02_017
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Alberto Aceldegui Apesteguía
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Ubago
Municipio
Mendaza
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
LA PARROQUIAL DE UBAGO es una construcción que se comienza a finales del románico, presentando una clara transición hacia el gótico y con las bóvedas realizadas en el siglo XVI. Ante tal panorama, nos limitaremos a estudiar sus elementos románicos -que principalmente se circunscriben a la cabecera- citando, tan solo, algo de los restantes. Se trata de un edificio de una sola nave con sacristía muy moderna. Presenta una estructuración en dos tramos desiguales -más largo el último- y la cabecera. La ordenación nos recuerda a varios edificios tardorrománicos en Tierra Estella donde se esmeraron en la edificación de la cabecera y dejaron la nave inicialmente con cubierta de madera. Dicha cabecera se divide, a su vez, en dos espacios mediante semicolumnas adosadas al muro que presentan la típica basa de doble toro y escocia con lengüetas y bolas en las esquinas, sobre un pequeño podium. Sus capiteles, como el resto de las superficies pétreas, se encuentran drásticamente repicados mediante bujarda. En el arco de embocadura del ábside, en contacto con el retablo, el capitel meridional presenta tallos rematados en volutas y el septentrional, hojas grandes lisas hendidas y con rebordes incisos que se vuelven en florones, casi todos rotos. El arco de inicio del anteábside se mejora el diseño del anterior mediante florones tanto en las esquinas (flordelisados) como en el centro de cada cara, donde en uno de ellos también añadieron un adorno de tallos con hojitas en espiga. Este tipo de capiteles deriva del modelo introducido en el Valle de Ebro a través de Santo Domingo de la Calzada que contó con fuerte presencia en las naves de Irache. La cubierta de la cabecera consta de un tramo de cañón apuntado y bóveda de horno igualmente apuntada. Algunos autores han ligado el apuntamiento y la potencia de la arquitectura en la citada cabecera con influencias cistercienses, aunque como acabamos de decir los antecedentes están más cercanos. La nave en su presentación actual ha de adscribirse al siglo XVI, incluida la portada con sencillo vano apuntado de enormes dovelas sin abocinar, con un pequeño escudo con llaves cruzadas en la clave. La misma cronología corresponde a sus bóvedas de crucería sencilla sobre ménsulas. Al exterior puede apreciarse algo más su primitivo origen románico. El ábside semicircular, al interior y al exterior, esta dividido en cinco paños por cuatro columnas, como en otras iglesias de Tierra Estella. Presenta sillería de bastante buena calidad de intensa tonalidad rojiza. La ventana absidal fue ampliada para crear un efecto de transparente con el retablo barroco. Los muros terminan en simples canecillos lisos levemente cóncavos, de las mismas alturas que los capiteles de las columnas citadas. La cornisa sostiene una sobreelevación posterior realizada en sillarejo y argamasa. Las cuatro columnas -una de las cuales está parcialmente tapada por la estructura de la sacristía- apoyan sus sencillas y erosionadas basas sobre podios. En los capiteles de las mismas encontramos uno cuya decoración es semejante a la de los mejores capiteles del interior, con hojillas intermedias dispuestas en los huecos de los combados; en otro, muy deteriorado, las hojas lisas más simples se combinan con volutas. De entre los cuatro sobresale por su temática el situado a la izquierda del único vano de la cabecera. Se trata de una pieza donde los florones de esquina han sido sustituidos por una cabeza monstruosa que enseña sus dientes apretados, a la izquierda, y la de un hombre, a la derecha. El peinado que porta éste último, con melena corta vuelta en rizos y breve flequillo en la frente, recuerda intensamente al que será más frecuente en el segundo tercio del siglo XIII, empleado en el claustro de San Pedro de Olite y en San Saturnino de Artajona. Este elemento podría justificar una datación avanzada. Si todo el conjunto de la cabecera hace pensar en las primeras décadas de la decimotercera centuria, en clara derivación de las soluciones empleadas en Irache, el capitel señalado hace pensar que pudo ejecutarse en el segundo cuarto de dicho siglo. Por último, debemos mencionar la sencillísima pila bautismal, situada en el lado del evangelio, compuesta por fuste cilíndrico y taza semiesférica lisa.