Santa Coloma de l’Espluga de Cuberes
Iglesia de Santa Coloma de l’Espluga de Cuberes
La iglesia de Santa Coloma se halla en el extremo de un gran abrigo que se abre en el despeñadero de Lo Terrat de l’Espluga, en la ladera occidental del Tossal del Pou, dentro de la Reserva Nacional de Caza de Boumort. Únicamente hay una ruta para llegar al despoblado de l’Espluga de Cuberes, y ésta requiere de un vehículo todoterreno y de un largo paseo salvando los pronunciados desniveles de la sierra. Partiendo de Gerri de la Sal, se toma la carretera N-260 en dirección a Tremp, y recorrido escasamente 1,5 km hay que desviarse por la LV-5135. A los pocos metros de pasar el puente que cruza el Noguera Pallaresa, se toma la pista forestal que sale a mano derecha y que conduce a Cuberes y Solduga. A unos 4,8 km se encuentra el indicador del sendero que, recorridos 3 km, llega a l’Espluga de Cuberes. El último tramo de la senda tiene una fuerte pendiente y, en algunos sectores, es inestable.
La primera referencia que se conoce de Espluga, o Speluncha, data de 1173, y proviene de una donación de los condes Artau IV y Guillema al monasterio de Santa Maria de Gerri. Pasaron dos siglos antes de que el abad tuviera completa jurisdicción y derechos sobre estas tierras, en 1391, cuando las compró, junto con las de Solduga, al conde Hug Roger II. Por desgracia no se tiene ninguna constancia documental de la existencia de la iglesia Santa Coloma hasta nuestros días.
El hecho de estar en el interior de un abrigo tuvo como consecuencia que su arquitectura se debió adaptar a los relieves del mismo, de ahí que el edificio se halle dispuesto sobre un zócalo, que nivela el terreno, y que únicamente se hayan trabajado los muros oeste, sur y la cabecera, puesto que se aprovechó la pared natural de la cavidad en el flanco norte y como cubierta. Presenta una planta compuesta por una sola nave rectangular, de 12 m de longitud, y un ábside semicircular de pequeñas dimensiones y cubierto con una bóveda de horno, que está precedido por un arco presbiterial que facilita la transición entre ambos espacios. En el liso paramento absidal se abre una ventana levemente descentrada, de doble derrame y arco de medio punto. La estructura de mayor entidad es el muro sur, en el que se abren tres vanos de medio punto que disminuyen progresivamente de tamaño a medida que se acercan a la cabecera, así como una serie de mechinales cuadrangulares. Una pequeña espadaña de un solo vano de medio punto, plenamente integrada en la arquitectura, se halla encima de la ventana oriental. Además de este peculiar elemento, destaca sobremanera la singular presencia de un friso de arquillos ciegos coronando el interior del muro sur, al que hay que sumar los dos arcos situados en lo alto de la enjuta del arco triunfal. La disposición de este tipo de decoración en el interior del templo tan sólo cuenta en Cataluña con otro ejemplo, el monasterio de Sant Daniel de Girona, si bien en este caso se encuentra en la base del cimborrio sobre el crucero, bajo las trompas. Se accede al edificio por el muro oeste, a través de un paso cubierto abierto en una casa anexa.
El aparejo utilizado en los paramentos está compuesto por tosco sillarejo dispuesto en hiladas bastante desiguales y poco uniformes que, en origen, parece haber estado recubierto por un revestimiento de mortero de cal tanto en el exterior (especialmente visible en el ábside) como en interior. En los pies de la nave y adosada al muro sur, se conserva una pila, de mampostería y con revestimiento de cal, de grandes dimensiones.
La iglesia aún custodia, aunque fragmentada, lo que podría ser la antigua ara de altar, un elemento rectangular de piedra maciza con una hendidura cuadrangular en la parte central.
Se ha datado la construcción de este singular edificio en el siglo xi.
Texto: Azucena Povill Espinós/Juan Antonio Olañeta Molina - Fotos: Azucena Povill Espinós
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, xv, pp. 225-226; Puig i Ferreté, I., 1979, p. 355; Puig i Ferreté, I. M., 1991, ii, docs. 158, 278 y 425.