Sant julià de Saltor
Iglesia de Sant Julià de Saltor
La iglesia de Sant Julià de Saltor, hoy sin culto y en un estado de semiabandono, se encuentra a los pies del pico de Sant Amand y, por tanto, muy cerca del lugar donde se cree debió emplazarse el castillo de Pena. Se llega preferentemente a pie, realizando la llamada ruta de Saltor, de aproximadamente dos horas de duración pero sin dificultad técnica. El itinerario está señalizado y parte de la Colònia Molinou, situada a 2 km del pueblo de Campdevànol, al noroeste de Ripoll, a la que se llega desde la carretera N-152 en dirección a Ribes de Freser. De esta misma carretera parte una pista forestal, no señalizada, en mal estado y sólo apta para vehículos todoterreno, que también permite el acceso a Saltor.
Reconstruir la historia medieval de Saltor y de su iglesia es una tarea difícil debido a la escasez de testimonios documentales conocidos en relación a este lugar. Los textos conservados permiten únicamente confirmar el vínculo existente entre Sant Julià y el monasterio de Santa Maria de Ripoll ya desde el siglo ix, momento en que Saltor aparece referenciado en la enumeración de los bienes que son atorgados a la iglesia parroquial de Sant Pere de Ripoll con motivo de su consagración, que tuvo lugar en junio del año 890.
Quizás sea esta misma falta de fuentes documentales durante prácticamente toda la Edad Media, la que ha llevado a parte de la historiografía a identificar la iglesia de Sant Julià con un templo dedicado a san Salvador que se menciona en las primeras listas parroquiales del obispado de Vic, de los siglos xi i xii. Esta identificación implicaría un cambio de culto de san Salvador a san Julián en algún momento indeterminado entre el siglo xii y los primeros años del siglo xiv, cuando ya se tiene constancia de las visitas pastorales a la iglesia de Saltor, dedicada a san Julián. Sin embargo, hay que tener en cuenta la mención de Sancti Iuliani de Sadtorra en un documento del siglo xii en que se relacionan los censos que el monasterio de Sant Joan de les Abadesses recapta de las parroquias de Santa Maria de Vidabona, Sant Martí d’Ogassa y Sant Julià de Saltor, y que podría poner en cuestión la equiparación entre las parroquias de Sant Salvador y de Sant Julià.
En el siglo xvi, la vecina parroquia de Santa Maria de Vidabona se convirtió en sufragánea de Sant Julià de Saltor. El progresivo despoblamiento que ambas parroquias venían experimentando desde el siglo xiv supuso que finalmente, a mediados del siglo xx, ambas pasaran a depender de Sant Cristòfol de Campdevànol.
Hoy, la iglesia de Sant Julià muestra un aspecto poco corriente en la arquitectura de esta zona, debido a la presencia de dos construcciones posteriores y de diferentes alturas, que la flanquean en sus lados este y oeste.
El templo, de dimensiones muy reducidas, es un edificio de una nave que constituye el único elemento que se conserva de época románica. Presenta una bóveda de cañón corrida a modo de cubierta y, en origen, debió estar cerrada por un ábside de perfil semicircular. Se desconocen las circunstancias en que se produjo el derrumbe del ábside, si bien se ha apuntado la posibilidad que este fuese eliminado en el marco de una reforma con la que se pretendía ampliar la nave hacía el este. Aunque no es posible negar esta hipótesis de manera definitiva, el ya citado despoblamiento gradual de la parroquia desde finales de la Edad Media plantea ciertas dudas acerca de la necesidad de una ampliación de este tipo en Saltor.
En el interior, es perfectamente visible el arco triunfal que delimitaba los espacios de la nave y la cabecera. En el muro presbiteral se practicó una abertura que daba acceso a uno de los cuerpos posteriores –de planta cuadrada, cubierta a dos aguas y de mayor altura que la nave románica– que, probablemente, debió utilizarse como sacristía. En su interior puede rastrearse el perfil del arco absidal.
A los pies de la nave y adosada a los muros de la antigua rectoría, hay una torre-campanario de un solo piso, que aloja en su interior un coro elevado. Dicho campanario es de planta cuadrangular, está cubierto a dos aguas y presenta un único vano en dos de sus lados. Junto a la torre, en el muro sur, se sitúa la puerta de acceso al templo, formada a partir de un simple arco adovelado. También en este muro meridional se aloja la única ventana que alumbra directamente la nave: se trata de una pequeña abertura, también de medio punto, y situada en la zona más cercana a la cabecera.
Los muros norte y sur están formados por hiladas regulares de sillarejo y no contienen ningún tipo de decoración. En el interior, tanto los muros como la cubierta están todavía hoy parcialmente cubiertos por una capa de enlucido y conservan algunos restos de pinturas murales de época moderna.
El estado de conservación del edificio no permite acotar con precisión su cronología, pero a juzgar por las características constructivas podría datarse en la segunda mitad del siglo xi. En el cementerio anexo a la iglesia, hoy desaparecido, fueron localizados los restos de un molino romano fechado en el siglo iii.
Texto y fotos: Margarida Muñóz Milán
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, X, pp. 165-166, 336; Dalmau i Font, A., 2001, p. 16; Dalmau i Font, A., 2011, pp. 22-23; Ferrer i Godoy, J., 2009, pp. 272-274.