Sant Julià del Mont
Iglesia de Sant Julià del Mont
La iglesia de Sant Julià del Mont se encuentra en lo alto de una cima, a la que da nombre, a 907 metros de altura; constituye uno de los techos de la Garrotxa, desde el que se domina todo el valle que alberga el núcleo de Santa Pau.
Para acceder al templo debemos ir, desde Santa Pau, hacia el vecindario de Mascou, donde se puede estacionar el vehículo. Cabe seguir a pie, remontando el camino que va paralelo al torrente de Can Bosquet. Seguiremos el camino en dirección a la iglesia de Sant Abdó i Sant Senén, remontando la montaña hacia el Coll de Boixeda, y al llegar a allí viraremos hacia la derecha, siguiendo las indicaciones que conducen a la cima. El ascenso, desde Mascou, nos llevará una hora y media.
Gran parte de la información que tenemos acerca de Sant Julià del Mont procede de la documentación de los cenobios a los que perteneció, en los cuales el templo aparece siempre de manera secundaria. Su origen se remonta al año 866, cuando una comunidad benedictina se estableció en la cumbre, bajo la dirección del abad Rimila, constituyendo un monasterium que se dedicó a la colonización de tierras yermas y despobladas. Desde su nacimiento, Sant Julià se consagró a los santos Julián y Vicente, y obtuvo de Carlos el Calbor un precepto por el que se le proporcionaba la villa de Riudaura como propiedad fiscal. Pocos años después, hacia el 878, un precepto de Luis el Tartamudo sitúa ya el cenobio del Mont, denominado como cella sancti Juliani, dentro del patrimonio de Sant Esteve de Banyoles. En una bula papal de Alejandro III, del año 1174, se señala de nuevo el templo, ahora como Sancti Juliani de Agustino, entre las propiedades del monasterio de Banyoles.
Algunos años después, la antigua celda fue convertida en parroquia. En 1236 fue vendida, junto con otras parroquias, por 13000 sueldos barceloneses. Conocemos la existencia de un altar dedicado a santa Magdalena gracias a una requisitoria del obispo de Girona, que escribe a favor de su ornamentación en el año 1326. A partir de entonces no se tienen apenas noticias del templo, que en cualquier caso perteneció a la baronía de Santa Pau desde la baja Edad Media.
El templo de Sant Julià se encuentra, hoy, en estado ruinoso. Presenta una nave rectangular, sin techumbre, rematada por una cabecera de un solo ábside semicircular, que nace de una nave algo más ancha. En el muro septentrional se sitúa una capilla, también semicircular, con dos contrafuertes en el plano exterior, mientras que en el meridional encontramos la ruina de una sacristía anexa a la nave. En el interior, en el lado sur de la nave, hallamos un vano cerrado frente a la capilla lateral, situado al amparo de un arco rebajado.
En el muro oeste se levanta una recia y robusta edificación rectangular que hace la función de atrio, a la vez que de torre campanario. Sobre la puerta de ingreso se alza el antiguo campanario de espadaña, de doble vano, integrado en la torre mencionada. El ingreso al templo se realiza bajo el atrio, a través de una puerta sencilla y sin figuración, de construcción tardía.
La bóveda románica arrancaba de una sencilla imposta en cabete, que recorre la nave y el ábside. En época barroca se substituyó la bóveda, y se abrieron ventanas de luneta en los muros laterales. Hasta hace algunos años sólo quedaban los arcos fajones y la decoración del ábside.
El ábside presenta, en su exterior, una ventana en derrame cubierta por un arco de medio punto, que ha sido cegada en el interior. El ábside presenta muchas grietas, desde su base y hasta la ventana, que separan los sillares más de 10 cm. La media esfera del ábside estuvo recubierta por una capa de yeso policromada, que se ha desprendido de la piedra casi en su totalidad.
Pila bautismal
La pila bautismal está construida de una sola pieza. Se ha utilizado para su construcción un tipo de piedra rojiza similar al utilizado en la construcción de los muros del templo, material que es muy común en la cima de la montaña. La pieza, que no presenta ningún tipo de ornamentación o figuración que la enriquezca, se puede fechar en la segunda mitad del siglo xii.
Texto y fotos: Raül Casado González
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1984-1998, IV, pp. 365-367; Murlà i Giralt, J., 1983, pp. 90-91; Murlà i Giralt, J. y Teixidor i Santaeulària, J., 1999, pp. 10-11, 336; Pladevall i Font, A., 1968, p. 41.