VIELHA E MIJARAN

Iglesia de Sant Joan de Arròs

La capilla está ubicada en un paraje natural del valle de Varradòs, al pie del Montlude, un lugar inhabitado donde actualmente se hallan unas pocas bordas. Se puede llegar por una pista de montaña, que parte desde Vilamòs y que une dicha población con el valle de Varradòs; o bien a pie, por un sendero de ascenso continuo, que se inicia desde la carretera que conduce al Saut deth Pish, cuyo origen está en el kilómetro 169 de la N-230. 

Sant Joan de Arròs es una capilla de pequeñas dimensiones, de nave única con una cabecera compuesta por un ábside semicircular precedido por un espacio presbiteral. La nave está cubierta por una bóveda de cañón, reforzada por un arco fajón el tramo occidental, que se prolonga por un pilar de sección semicircular adosado al muro norte. Para cubrir el ábside se recurrió al cuarto de esfera. La solución del paso de la nave al ábside, que comporta un estrechamiento, se realizó mediante un arco de medio punto en el presbiterio. El límite entre los muros de la nave y el arranque de la bóveda lo marca una cornisa, que recorre la nave perimetralmente. 

Aun conservando elementos originales, es visible el resultado de algunas reformas, realizadas en época moderna, que modificaron la estructura de la nave. Éstas afectaron especialmente a la sección occidental de la capilla, donde se añadió un nuevo tramo y, con él, una nueva portada en el extremo suroccidental. Ello comportó la íntegra remodelación de la fachada sur, en la que se abrieron ventanales y se coronó con una espadaña. Otros de los añadidos que han llegado a desvirtuar la originalidad de la iglesia residen en las edificaciones anexas a la nave, tanto en el muro oeste, como en el sureste. 

A pesar de estas transformaciones, existen zonas en las que se conservan sillares de la fábrica románica, exteriormente en el extremo oriental del muro sur, e, interiormente, en el muro noreste. Se trata de bloques de piedra de grandes dimensiones y formas irregulares, algunos rectangulares, otros cuadrados, unidos con mortero de cal.

El único elemento decorativo conservado reside en el exterior del ábside. Consiste en friso que recorre la parte superior del paramento, formado por dieciocho arquillos ciegos, apoyados en pequeñas ménsulas; todo ello coronado por una cornisa de dientes de sierra, sobre la que se halla otra, lisa y con escocia. Estos motivos, propios del primer románico, fueron esculpidos en bloques de piedra toba. El mismo tipo de material se utilizó en la aspillera abierta en la parte central del ábside –la única ventana románica–, concretamente, en el bloque del arco de medio punto que la corona y en los de las jambas que la flanquean.

La tipología de capilla, en su origen, se asemejaría a las de Sant Miquèu de Vilamòs y de Sant Fabian de Arres de Jos: de nave única, pequeñas dimensiones y la misma decoración exterior en el ábside. Mientras que la primera es anterior (siglo xi), la relación con la segunda se hace más evidente, especialmente si se tiene en consideración el friso del ábside, trabajado sobre el mismo tipo de piedra toba y de idéntica composición (escocia, dientes de sierra, arquillos y ménsulas).

A pesar de no conservar documentación relativa a la capilla, ni indicio del momento cuando fue construida, podría ser datada en el siglo xii, al igual que Sant Fabian de Arres.

Texto y fotos: Carla de Valle - Planos: Juli Pascual Besoli

Bibliografía

Catalunya Romànica, 1984-1998, XIII, p. 449.