Sant Ampèlit de Panedes
LLAGOSTERA
En el extremo sur del Gironès encontramos el término municipal de Llagostera, de 76 km2, el más extenso de la comarca, situado a medio camino entre el interior y
La situación estratégica y orográfica del municipio es privilegiada. El pueblo de Llagostera se levanta sobre las laderas de una colina, alrededor del antiguo castillo medieval ubicado en su cima. Goza de bastas llanuras de cultivo que se extienden por su lado norte y noreste, y cuyas tierras son regadas por torrentes y rieras de caudal variable como el Gotarra y el Ridaura. Mientras, al Este, el término se adentra en los bosques del Parque Natural de les Gavarres, y al Sur, ocupa gran parte del macizo de l’Ardenya, otro gran espacio natural de característico paisaje mediterráneo.
Actualmente integran el término municipal de Llagostera, junto con el pueblo que le da nombre y es cabeza de municipio, seis urbanizaciones y nueve grandes caseríos o núcleos rurales dispersos. Dos de ellos, Panedes y Sant Llorenç, aparecen mencionados en la Edad Media cómo términos parroquiales propiamente, y sus iglesias todavía hoy persisten como sufragáneas de la parroquia de Sant Feliu de Llagostera. Ésta es citada por primera vez (Sancti Felicis de Locustaria) en un precepto del año 855, otorgado por el rey Carlos el Calvo, confirmando los bienes del monasterio de
Fuentes documentales del año 891, informan que las tierras del Valle de Llagostera habrían sido adquiridas por un tal Sisegut. Posteriormente, en el año 919, habrían pasado a manos de su hija Emma quién las habría vendido a la condesa Garsenda de Barcelona. Ya desde entonces el dominio feudal el término de Llagostera fue muy extenso incluyéndose en él otras villas y caseríos. Las tierras y caseríos que actualmente integran el municipio habrían formado parte durante los siglos ix y x del gran alodio del Valle de Llagostera, que ya durante la alta Edad Media sufrió grandes expansiones (formando parte de éste les tierras de Tossa, por ejemplo) y divisiones varias (ventas y concesiones) hasta quedar configurados prácticamente los límites actuales del municipio. Entre otros documentos, parece especialmente relevante el privilegio concedido en 1274 por el rey Jaime I a los habitantes del término de Llagostera.
Iglesia de Sant Ampèlit de Panedes
Situada en el caserío de Panedes, la iglesia de Sant Ampèlit se encuentra al pie de la carretera que lleva de Llagostera a Calonge. La iglesia aparece citada indirectamente en los pergaminos de Sant Feliu de Girona en 1247, pero no es hasta el año 1362 cuando, en el Llibre Verd del capítulo de la catedral de Girona, aparece mencionada cómo Sancti Polei de Panadesio, nombre que se ha asociado directamente con ella.
A inicios del siglo xi Sant Ampèlit habría estado bajo el dominio del monasterio de Sant Feliu de Guíxols, el cual consta documentalmente que en el año 1014 tenía varios alodios en Panedes, parte de un gran lote de pertinencias y tierras llamado Spanedat. La dedicación del templo a san Ampelio de Tebaida es muy rara en Catalunya, y debe tener relación con la particular devoción por este sant que hay documentada en la abadía de Sant Feliu, aunque no antes del siglo xi-xii, que por otra parte es cuando debió construirse la iglesia.
Aunque Sant Ampèlit de Panedes aparece en las fuentes del siglo xiii como sufragánea de la parroquia de Llagostera, habría funcionado cómo parroquia independiente al menos desde inicios del siglo xiv, pues según fuentes documentales de las primeras décadas del siglo se concede a los feligreses del caserío de Panedes la facultad de elección del nuevo clérigo y presentación de éste al obispo, facultad que ejercen desde 1305. Aún así, Sant Ampèlit de Panedes no aparece citada concretamente como parroquia hasta los años 1363 y 1364, en el registro de la décima eclesiástica concedida al rey de Aragón, y posteriormente en el año 1400 cuando en una carta a los obreros de Panedes se les concede la administración del beneficio de la parroquia, siempre bajo control del obispado de Girona.
La iglesia de Sant Ampèlit habría sido, en sus orígenes, un templo de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón y con un ábside con decoraciones de raíz lombarda en su exterior. Hoy el edificio presenta planta de cruz latina, con dos capillas laterales, una sacristía y la cubierta del transepto algo sobrealzada. Nos consta que fue objeto de ampliación y reforma al menos en dos ocasiones. Una primera en 1561, fecha grabada en la clave del arco de entrada, momento en el que ya dependía de la parroquia de Llagostera. Tras esta primera reforma, habría sido de nuevo objeto de restauración en 1781, fecha que aparece inscrita en las dovelas del arco formero que da acceso a la capilla sur.
A través de la puerta de arco de medio punto, sencilla, descrita posteriormente, se accede a la sencilla nave cubierta por una bóveda de cañón algo tosca, rebajada, prácticamente carpanel. Aunque sus muros hoy se encuentran totalmente enyesados y pintados, se distinguen ciertas irregularidades en el arranque de la bóveda de cañón y en el arco fajón apuntado que soporta la bóveda y separa el cuerpo de la nave del transepto. En sus casi dos primeros tercios, el interior de la nave, no presenta decoración alguna. En los laterales se abren dos arcos de medio punto que, a modo de arcos formeros, dan paso a dos capillas de planta cuadrada cubiertas con bóveda de arista. El falso crucero comparte cubierta con la nave, que aquí corrige ligeramente el arco de la bóveda que termina en un arco presbiterial más bajo, que cubre el espacio de un estrecho presbiterio que no se refleja en la planta, pues su arranque se halla a la altura dónde impostan los arcos de piedra de las capillas. Ese arco fajón dobla, al mismo tiempo, el arco ya de medio punto que dibuja la bóveda de cuarto de esfera tan propia de los ábsides románicos de planta semicircular, cuyas paredes se encuentran también exentas de decoración. El ábside, presenta tan solo una ventana, situada a media altura pero desplazada hacia el extremo sur. La ventana, de doble derrame, cuyo interior se encuentra hoy modificado, exteriormente muy bien conservada, es de piedra granítica bien labrada con dintel monolítico de medio punto, dos jambas y un alféizar monolítico con un cajeado de labra central.
Las capillas laterales, añadidas en un momento posterior a la fábrica románica, generan el espacio interior del transepto. La capilla norte, de fábrica más antigua, no está fechada por ninguna inscripción. Aunque se presenta completamente encalada y pintada, la labra de las dovelas, sillares y demás elementos escultóricos (dos impostas con ajedrezados, la llave del arco, las nervaduras de la vuelta de arista con cartelas talladas a modo de consola o canecillo y el medallón) podrían ayudar a situar la construcción de esta capilla a finales del siglo xiii o inicios del xiv. El amplio arco de medio punto que da acceso a la capilla se compone de dieciséis dovelas, ocho a cada lado de la llave del arco que tiene esculpida en su cara exterior una margarita de ocho pétalos. Sus dovelas, bastante regulares, presentan, a diferencia de los sillares de las jambas, las aristas achaflanadas. Ambos salmeres descansan sobre impostas a modo de ménsulas de perfil trapezoidal, esculpidas con un ajedrezado. Los dos sillares que soportan ambas jambas, también están labrados formando los volúmenes equivalentes a la basa, escocia y plinto. Las nervaduras de la bóveda de arista labradas también en piedra granítica y con achaflanadura descansan sobre consolas poligonales. En el la llave de la bóveda se encuentra un medallón labrado con un aro circular dentro del cuál vemos una flor de lis rodeada por unas ondas sobre las que se dibuja una pequeña margarita; seguramente hace referencia, junto con la flor esculpida en la llave del arco, a la heráldica de quienes encargaron la capilla.
En esta capilla se encuentra incrustada una ventana que bien pudiera haber estado en origen en el muro del ábside pues se trata de una ventana estrecha y sencilla con derrame sólo hacia el interior de la capilla. Esa ventana, con dintel monolítico de medio punto, dos sillares verticales a modo de jambas y uno horizontal, el alféizar dista bastante de la del ábside, pues la labra parece más tosca y los vértices de los sillares son achaflanados.
Al otro lado, la capilla sur se puede fechar con seguridad en el 1781. En esta capilla de planta cuadrada irregular, cubierta por una bóveda de arista tardía, se encuentra incrustada una ventana con un único derrame hacia el interior, estilizada y de fábrica muy simple, distinta a las comentadas anteriormente, consta de dos sillares colocados verticalmente que dibujan una apertura vertical y redondeada por ambos extremos. En perpendicular a la ventana y al lado del orificio por dónde aún pasan las sogas para el repique de campanas, está la puerta adintelada que da acceso a la sacristía, de planta rectangular y totalmente cerrada al exterior.
Exteriormente, la fachada principal presenta, centrada, una pequeña puerta de arco de medio punto, en cuya dovela central se puede leer la inscripción ihs spmf 1561, correspondiente a una de las fechas de ampliación y restauración del templo documentadas. Quedan a la vista, también, los sillares de piedra bien labrada cuyas aristas vivas forman los ángulos de la construcción; pues el muro de la fachada recibe el mismo tratamiento que el resto de paños de pared exteriores de la iglesia, incluido el ábside, homogéneamente rebozados quedando únicamente a la vista los vértices de la construcción. Justo encima de la puerta, en el centro de la fachada, iluminando el interior del templo, se abre una única ventana longitudinal de medio punto rebajado, sencilla y estilizada con derrame hacia el exterior, dado el grosor del rebozado del muro de la fachada no se pueden distinguir los materiales de construcción ni su talla.
Exteriormente son visibles también los volúmenes y muros de la fachada norte y de la cabecera, orientada al Este; con los vértices de sillería bien labrada a la vista, correspondientes a los ángulos de la capilla norte de planta cuadrangular, tres pequeñas ventanas de piedra repartidas a razón de una para cada capilla y una tercera que incrustada en el ábside semicircular. Cercana al vértice de la pared, esta ventana se encuentra totalmente desubicada respecto al lugar que debería ocupar en la equilibrada decoración arquitectónica del ábside románico que se conserva perfectamente, dividida en tres grandes franjas compuestas frisos de cuatro arcuaciones entre gruesas lesenas. Bajo las arcuaciones, pese al rebozado aquí más deteriorado, se distinguen las irregularidades que indicarían el lugar de situación original de la ventana central y sur del ábside. Aperturas que hoy se encuentran emparedadas y cuyas ventanas sencillas y estilizadas labradas en sillería habrían sido arrancadas y reubicadas en la misma cabecera; pues al menos dos de las ventanas de piedra labrada que encontramos hoy en la cabecera parecen pertenecer a la fábrica románica. Probablemente la única ventana existente hoy en el ábside fue reubicada para iluminar mejor la zona del altar mayor.
La cabecera, dónde más se aprecia el origen románico de la iglesia de Sant Ampèlit de Pandes, se divide pues en tres bloques regulares, bajo el tejado a dos aguas. En los extremos tenemos los paños de pared correspondientes a las capillas con sus ventanas, y en el centro, el ábside semicircular románico del que ya hemos hablado y que ocupa más de dos tercios del alzado; cuya cubierta de teja árabe alberga una bóveda de cuarto de esfera en su interior. Junto a las lesenas de los extremos de ambos lados del ábside, a modo de pilastra adosada, doblando las franjas lombardas se levanta un estrecho muro que da soporte a una estrecha cubierta a dos aguas que se eleva ligeramente por encima del ábside cumpliendo la función de nexo arquitectónico de la cubierta del ábside con la testera, que se eleva para soportar la cubierta a dos aguas correspondiente a la cubierta del transepto, algo más alta que la cubierta a dos aguas que alberga el resto de la nave.
El muro meridional de la iglesia, junto con la capilla sur, también de planta cuadrangular, y la sacristía, quedan completamente ocultos e integrados dentro del edificio anexo de la rectoría. Encima del hastial Sur-Este, en el vértice entre la capilla y la sacristía, tocando al muro de la nave central, se levanta un campanario de espadaña con un único ojo y una campana.
El templo, de humildes dimensiones, se encuentra bien conservado, rebozado en su exterior y encalado y pintado en su interior. Debemos situar la fábrica del edificio a finales del siglo xi, inicios del xii, cuando proliferan los templos románicos de nave única y un solo ábside con decoración lombarda. Del edificio románico quedan en pie la estructura de la nave central, pues es probable que su cubierta abovedada, algo rebajada junto con el arco presbiterial, en transición con la bóveda del ábside, sean las originales, y sobre todo su cabecera absidial con decoración lombarda al exterior y cubierta de cuarto de esfera en el interior, además de al menos dos ventanas, que aunque desplazadas corresponderían a la fábrica románica.
Pila bautismal
En el interior de la iglesia, situada ante el altar de la capilla sur, se conserva una gran pila bautismal de inmersión, muy sencilla, sin decoración alguna. Está labrada en piedra granítica de grano fino, y tiene una apariencia gruesa, bastante tosca.
Texto y fotos: Annaïs Pascual Alfaras
Bibliografía
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