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Vista general desde el noroeste de Sant Gervàs del Castelló Sobirà

Identificador
25098_10_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.07083,0.97057
Idioma
Autor
Daniel Altisent
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Gervàs del Castelló Sobirà

Localidad
Sant Miquel de la Vall
Municipio
Gavet de la Conca
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Gervàs del Castelló Sobirà

Descripción

GAVET DE LA CONCA

Capilla de Sant Gervàs del Castelló Sobirà

Junto al camino que sube de Sant Miquel de la Vall, en la parte alta del bosque dels Vilots, se encuentra, a 200 m a levante de la fortaleza del Castelló Sobirà, la capilla románica de Sant Gervàs, que fue reformada y restaurada durante la década de 1990.

De claro origen altomedieval, lamentablemente no se han encontrado documentos que ayuden a reconstruir la historia de este lugar durante dicho periodo. La capilla de Sant Gervàs es mencionada por primera vez durante la visita pastoral del año 1758, donde aparece como templo auxiliar de la iglesia de Sant Miquel de la Vall. El lugar, en cambio, se encontraba en el término municipal de Llimiana, hecho que creó un litigio entre los rectores de ambas parroquias sobre la potestad del edificio. La controversia duró hasta la segunda mitad del siglo xx, cuando definitivamente la capilla pasó a formar parte del término de Gavet de la Conca.

Esta capilla, dedicada a san Gervasio, es un edificio de estructura sencilla formada por una sola nave de planta rectangular y un ábside semicircular liso, en medio del cual se abre una ventana de doble derrame, con antepecho plano y arco de medio punto monolítico. Corona el exterior del ábside una moldura corrida biselada. El muro sur, que al igual que el norte es totalmente liso, tiene en su parte oriental una ventana de un solo derrame y arco de medio punto monolítico. La fachada occidental es también lisa y cuenta con dos aberturas, una ventana cruciforme ubicada en la parte superior y una larga aspillera de derrame sencillo, situada a 50 cm del suelo, y que en la parte interior está formada por un arco levemente apuntado. En el lado septentrional, una capilla anexa construida posiblemente en el siglo xiv, completa la estructura de este templo.

Se accede al interior del templo por una puerta situada en la fachada septentrional, junto a la capilla anexa. La puerta está compuesta por un arco de medio punto que se apoya en  jambas formadas por sendas parejas de piedras verticales monolíticas separadas por un largo sillar colocado horizontalmente. En la jamba interior derecha se halla una cruz trebolada labrada. El ábside se cubre con bóveda de cuarto de esfera y está precedido por un corto arco presbiteral que facilita la transición a la mayor anchura de la nave. Ésta estaba estructurada en tres tramos por dos arcos fajones, de los que del occidental tan solo se han conservado sus ménsulas de arranque en los muros. Sin embargo, el fajón oriental se ha preservado y se apoya en unas pilastras rectangulares. Tan solo subsiste la bóveda de cañón con perfil apuntado que cubre el primer tramo de la nave, ya que en los otros dos ha desaparecido y quedan abiertos a la intemperie. Recorre la base de la bóveda de la nave, sin interrumpirse en las pilastras, una moldura de bisel. En el lado de la Epístola, un arcosolio con arco apuntado, arranca de una pequeña moldura y da forma a una pequeña capilla. Posiblemente, tuviera su equivalente en lado septentrional, pero fue sustituido por la construcción anexa en el lado del Evangelio.

El edificio, que se caracteriza por su austeridad ornamental, tiene como única decoración esculpido dos rostros en relieve que se conservan en la fachada septentrional. A primera vista parece que se trata de una figura masculina en la parte superior y un busto femenino en la inferior. La sencillez de estos rostros y su resolución escultórica evocan a las formas del Cristo adosado que se halla en el muro oeste de Santa María de Llimiana. En el interior, una pequeña escultura, con forma de animal, sobresale de uno de los sillares al lado de la ventana cruciforme.

El aparejo utilizado en buena parte del exterior del ábside, formado por sillares de buen tamaño, muy bien escuadrados, pulidos y dispuestos, difiere notablemente del utilizado en el resto del edificio. En las tres hiladas de la parte superior del propio ábside se utilizan sillares de mayor tamaño, pero, si bien continúan estando bien escuadrados, su factura es algo más tosca. Se disponen de forma regular, salvo en su esquina septentrional, donde están colocados de manera bastante desordenada. Este evidente cambio en el aparejo de la cabecera pone de manifiesto algún tipo de reparación posterior. En los muros laterales los sillares, dispuestos en hiladas más o menos regulares, son más pequeños, de tamaño desigual, aunque bastante bien escuadrados, pero no pulidos. Los interesantes cambios en el aparejo de la fachada oeste ponen de manifiesto que en algún momento se han acometido reparaciones o reformas en esta parte del templo. En este paramento se observan zonas realizadas con materiales de diferentes colores, tamaños desiguales y disposición diferente. Una grieta, ya reparada, atraviesa verticalmente la parte meridional de este lienzo y es testimonio de problemas estructurales que pueden ser la razón de esta caótica utilización de diferentes clases de aparejo. Se le suele asignar a esta capilla una datación en el siglo xii.  

Texto y fotos: Daniel Altisent

 

Bibliografía

Buron i Llorens, V., 1989, p. 206; Catalunya Romànica, 1984-1998, XV, p. 340; Fité i Llevot, F., 1986, II, p. 961; Fité  Llevot, F., 1993, p. 97; Vidal Sanvicens, M. y López i Vilaseca, M., 1994, pp. 406-407.