Castillo de Cartellà
Castillo de Cartellà
El castillo de Cartellà se encuentra a 1 km del núcleo de población del mismo nombre. Para llegar a él, hay que tomar un camino que sale a mano izquierda de la carretera local lleva a Cartellà desde el Pla de la Joeria, en Domeny; dicho camino nace entre las masías de Can Suro y Can Xifra.
La primera mención documental del castillo se remonta al año 1238, cuando Galcerà de Cartellà y su mujer, Agnès, fundaron un beneficio en la iglesia de Santa Maria y ordenaron que un sacerdote celebrase nocturnum pariter et diurnum officium Semper in dicta ecclesia e hiciese ardere die et nocte omni tempore unam lampadam ante altare Beate Marie quod est in dicta capella. Para su mantenimiento, dotaron al presbítero con dos mansos, tierras, olivares, rentas sobre la ferrería de Cartellà, el diezmo de Sant Gregori y la garantía que lo alimentarían durante medio año. Galcerà y su mujer se reservaron el derecho de escoger sacerdote, pero el obispo debía confirmarlo e instituir el cargo.
El castillo de Cartellà fue durante siglos la residencia oficial de los señores de Cartellà y Falgons. Se construyó aprovechando la confluencia de los torrentes de Gàrrep y de Pedrola, que conforman sendos valles defensivos a levante y a poniente. A esas trincheras naturales se sumaron después las hondonadas artificiales construidas al norte y al sur de la fortaleza. En el perímetro que delimita este espacio, se alzó la muralla que debía proteger el recinto castrense, cuyos restos todavía son visibles en algunos puntos. En el vértice de confluencia entre los dos torrentes, se conservan las ruinas de una de las diversas torres de vigilancia que integraban esta fortificación.
El castillo se erigió en el interior del recinto amurallado. Del edificio románico original, sólo se conservan algunos muros, integrados en el palacio gótico construido posteriormente en el siglo xiv. Éste tiene planta ligeramente trapezoidal y consta de tres naves rectangulares situadas alrededor de un patio central provisto de galería y escalinata de acceso a la planta noble, ambas construidas con posterioridad a la época medieval. A través de una puerta adovelada, se accede al patio de armas adyacente, esto es, un amplio recinto al aire libre protegido por un lienzo de muralla almenada, de unos 105 cm de grosor, que conserva fragmentos de opus spicatum en algunos puntos, lo que permite fecharlo en el siglo xi-xii. En uno de los ángulos de la muralla, se levanta una torre de planta cuadrada que, en origen, presentaba una cubierta a cuatro aguas. El tejado original fue destruido por una violenta tormenta ocurrida a mediados del siglo xx y sustituido poco tiempo después por el terrado actual.
A pocos metros del castillo, en el lado noreste, se encuentra la capilla dedicada a la Virgen María. Se trata de una construcción del siglo xii que ha perdido su apariencia original a causa de las reformas efectuadas en época posterior para adaptarla a las necesidades de una explotación agrícola y ganadera. Consta de una única nave cubierta con bóveda de cañón y un sencillo ábside coronado por el típico cuarto de esfera. Sobre la fachada, se alza un campanario espadaña. Detrás del ábside, se levantaba una torre octogonal a la cual se accedía por una escalera exterior adosada en el muro sur de la iglesia, que todavía se conserva. Los restos de esta torre, visibles a inicios del siglo xx, se encuentran hoy en día integrados en la construcción adosada a la cabecera de la iglesia.
El acceso al recinto castral se efectúa a través de un puente, de un solo arco, que atraviesa el torrente del Gàrrep. Tanto su estructura como su paramento responden a una tipología medieval, aunque se hace difícil precisar si fue construido durante los siglos del románico, o paralelamente a la gran reforma efectuada a lo largo del siglo xiv.
Texto y fotos: Luisa Amenós Martínez
Bibliografía
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