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Vista general del Castillo de Sant Martí e iglesia de Sant Martí dels Castells

Identificador
25051_03_030
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.365107, 1.712941
Idioma
Autor
Montse Jorba i Valero
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Castillo de Sant Martí e iglesia de Sant Martí dels Castells

Localidad
Bellver de Cerdanya
Municipio
Bellver de Cerdanya
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Castillo de Sant Martí e iglesia de Sant Martí dels Castells

Claves
Descripción

BELLVER DE CERDANYA

Castillo de Sant Martí e iglesia de Sant Martí dels Castells

El castillo de Sant Martí está situado en un peñasco, a la vera del Segre, a la entrada de un desfiladero que comunica la Batllia y el Baridà. Se trata de un lugar estratégico que controlaba el camino de Santiago o strata Francisca inferior. Actualmente ha quedado sobre un túnel de la carretera N-260 que conduce de La Seu d’Urgell a Puigcerdá, a la altura del kilómetro 202,4. Para acceder a la zona, se debe tomar una desviación a mano derecha, antes de pasar el túnel y seguir por un camino de tierra que conduce a una finca donde se encuentra una casa y los restos que se conservan del castillo, en cuyo interior también se pueden observar las ruinas de lo que fue la capilla castral, la iglesia de Sant Martí dels Castells.

 

La primera referencia al castrum Sancti Martini data de 965, cuando el conde Sunifred II de Cerdanya legó unos viñedos cercanos al castillo, a su hermano Oliba. Según la leyenda, Guifré II, conde de Cerdanya y de Berga, mató en este castillo a su sobrino Guillem I, hijo de Bernat I Tallaferro, conde de Besalú y Ripoll. Entre 1050 y 1068, el vizconde Bernat II juró fidelidad al conde Ramon I de Cerdanya y Berga, del que recibió los castillos de Sant Martí, de Miralles y de Queralt. Esta donación y la acumulación de tierras que conllevaba, le convirtieron en el señor feudal más poderoso del condado. Dichos castillos formaban parte del dispositivo de defensa del conde de Cerdanya. En 1095, Guillem Ramon I, conde de Cerdanya, legó los castillos de San Martí, Miralles, Queralt y otros, a su hijo Guillem II Jordà. En una fecha comprendida entre 1095 y 1109, el vizconde Ramon II Bernat y su hermano Bernat Bernat, hijos de la vizcondesa Guisla, juraron fidelidad al conde Guillem II Jordà por dichos castillos. Entre 1117 y 1131, Ramon Ermengol prestó juramento a los condes de Cerdanya, Guillem II Jordà y Bernat I, y a continuación al conde Ramon Berenguer III de Barcelona, por este castillo. Más adelante, en el año 1134 hubo un convenio entre Ramon Berenguer IV, conde de Barcelona, ​​y Pere I, vizconde de Castellbò, en el que este último juró fidelidad por varios castillos, entre ellos el de San Martí. En 1188 se renovó el convenio, esta vez entre el rey de Aragón, Alfonso el Casto y Arnau, vizconde de Castellbò.

 

En lo que se refiere a la iglesia de Sant Martí dels Castells, la capilla del castillo, no aparece entre las parroquias citadas en el acta de consagración de Santa Maria de La Seu d’Urgell. Se sabe que fue parroquia desde el siglo xii hasta 1929. Los enterramientos se realizaban en el patio del castillo, que hacía las veces de cementerio. La construcción actual se data alrededor del siglo xiii.

 

La estructura del castillo viene dada por el espacio disponible sobre el que se ubicó, el cual condicionó su disposición y forma. Se trata de una construcción rectangular, de unos 22 m de largo por 4 m de ancho. Los muros, típicos de este tipo de edificio, son más anchos en la base, de 2 m, para ir adelgazando a medida que se van elevando, hasta 1,20 m que miden en la parte superior. Entre este edificio y la roca que lo domina, hay en espacio estrecho en el que se abre la puerta, con arco de medio punto, de la torre. El aparejo, a base de sillarejo irregular, pero dispuesto en hiladas regulares, presenta sillares en los ángulos, tallados con esmero y bien colocados. Los muros, en la base, tienen 2 m de grosor. Se data alrededor del siglo xiii.

 

Consta de tres partes, diferenciadas por el uso que se le debió dar. Sólo queda en pie, en el extremo occidental, una torre cuadrada, de apenas 3 por 2 m, que, a su vez, está unida a una sala alargada que comunica, a través de una puerta, con una tercera que tenia la función de capilla. Los muros son altos y cubiertos por una bóveda ligeramente apuntada. Hay diversas ventanas, algunas saeteras y otras más grandes. La  puerta de acceso abierta a media altura, actualmente dificulta el acceso al recinto, ya que no existe camino ni escalones. El interior está abandonado y presenta un notable deterioro.

 

La capilla, dedicada a san Martín, está formada por una nave de planta rectangular. El techo tiene la misma altura que las salas, y bóveda de cañón, ligeramente apuntada. En la esquina noreste se abre una especie de capilla lateral. Al Sur hay una puerta, seguramente abierta en una etapa posterior, y una única saetera en el extremo de levante. En el muro que corresponde a la cabecera de la capilla, hay una ventana tapiada, en el centro de la zona más elevada. Hasta el siglo pasado se conservaba un maltrecho retablo que podría coincidir con unas maderas engarzadas que se encuentran en el interior del edificio, pero que no conservan restos de pintura.

 

 

Texto y fotos: Montse Jorba i Valero

 

Bibliografía

 

Bellmunt i Figueras, J., 1992, pp. 315-316; Buron i Llorens, V., 1989, pp. 116, 120-121; Buron i Llorens, V., 1994, p. 67; Castells Catalans, Els, 1967-1979, IV, pp. 676-682; Catalunya Romànica, 1984-1998, VII, pp. 60 y 109-111; Delcor, M., 1970, p. 30; Miquel i Rosell, F., 1945-1947, I, p. 25; Miquel i Rosell, F., 1945-1947, II, pp. 59, 101, 120 y 122; Novell i Bofarull, A., 1997, pp. 28, 32 y 67; Salsas, A. 1899, pp. 6-7; Puig i Cadafalch, J., Falguera, A. de y Goday, J., 1909-1918, pp. 327 y 445-455; Ventosa i Serra, E., 1994-2001, 12, p. 529; Ventosa i Serra, E., 2004, p. 14; Vila, P., 1926 (1984), pp.166-167.