ARTESA DE SEGRE

Castillo de Castelló de Meià

Una amplia panorámica del Montsec de Rúbies y de la Conca de Meià se divisa desde el castillo, que goza de una situación estratégica inmejorable que lo convierte en una fortaleza inexpugnable. Desde Artesa de Segre se accede a través de la carretera LV-9136 que lleva a Vernet y Baldomar. Pasada esta última población hay que continuar hacia el Norte por la carretera de la Clua, a mano izquierda se asciende por una pista, la cual, transcurridos 2 km, conduce al desvío de Santa Maria de Meià, se sigue por la pista y a 5 km se encuentra la fortaleza, a la que se accede a pie campo a través.

Cuando el castillo fue ocupado por las tropas de Abd al-Malik se estableció en él una población musulmana que se hizo con el control de la zona. La ocupación no duró mucho tiempo, pues en 1010 fue recuperado por el conde Ramon Borrell de Barcelona, tal como se desprende del testamento sacramental de Adalbert, hijo del vizconde Guitard de Barcelona. En 1080, en un acta de donación a Santa Maria de Meià, un tal Ermengard entrega unos alodios ubicados dentro del núcleo de Castelló. Posteriormente, en una nueva donación a este monasterio, realizada en 1124 por Eriball Company, quien tenía la jurisdicción del castillo, se hace referencia a una población cercana al mismo, conocida como la Vilella, topónimo que, junto a Vileta, posteriormente se han identificado con Castelló de Meià, pueblo que se asentó dentro del recinto amurallado hasta que a causa de su despoblamiento pasó a formar parte del término de la Vall d’Ariet. En 1141, la fortaleza estaba bajo la jurisdicción señorial del priorato de Santa Maria de Meià. El castillo continuó en manos de la familia Meià-Cervera hasta 1312, año en el que Pedro de Ayerbe, hijo de Dolça de Cervera, lo permutó con el monarca Jaime II, junto al resto de sus bienes en Cataluña, a cambio de diversas fortalezas aragonesas.

El castillo de Castelló de Meià históricamente ha estado asociado a la familia Meià. La primera referencia documental, fechada

El castillo de Castelló de Meià, Castell d’Ariet o Castell dels moros, como se denomina popularmente, sólo conserva algunos vestigios de su construcción inicial. La fortaleza comprendía una torre circular, ya desaparecida, y un recinto amurallado que adaptaba su irregular trazado a la plataforma rocosa donde se asienta, y del que se han conservado algunos fragmentos. En su ángulo oriental incorporaba una capilla dedicada a san Martín, de la que se conserva el ábside integrado en la muralla. La fortaleza debía cumplir una doble función religiosa y militar. Destaca el grosor de sus muros, formados por pequeños sillares dispuestos de forma regular. Se puede datar en la primera mitad del siglo xi, al igual que otros castillos de la zona, como los de Comiols, la Pertusa o Alòs de Balaguer, destinados a defender un espacio repoblado y un territorio de marca.

Texto y fotos: Helena Soler Castán

Bibliografía

Bernaus i Santacreu, R. y Sánchez i Agustí, F., 1999, pp. 397-398; Castells Catalans, Els, 1967-1979; VI (I), pp .486-493; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, pp. 181-182; Fité i Llevot, F., 1993, p. 97.