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Vista de la cabecera de San Joan de Palau Saverdera

Identificador
17120_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.306800, 3.145940
Idioma
Autor
Montse Jorba i Valero
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Joan de Palau Saverdera

Localidad
Palau Saverdera
Municipio
Palau Saverdera
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Joan de Palau Saverdera

Descripción

PALAU-SAVERDERA

 

El municipio de Palau-saverdera tiene una extensión de 16,47 km², con buena parte del término situado dentro de los parques naturales del Cap de Creus y de los Aiguamolls de l’Empordà. Comprende la villa de Palau-Saverdera, que agrupa a casi toda la población del término, y en el sectot meridional el antiguo vecindario de las Torroelles, formado por unas pocas casas. Cruzan el término tanto la carretera local GI-610 como la comarcal C-861, que enlaza con la N-260. A la altura del km 5 se encuentra la desviación que conduce a la villa de Palau-Saverdera.

 

Los lugares llamados Palau suelen tener su origen en una villa o casa fortificada y el apelativo Saverdera se relaciona con la montaña de Verdera, que se eleva al Este del pueblo, con la característica silueta del castillo de Sant Salvador en su cima, límite con los términos de la Selva de Mar y del Port de la Selva.

 

En una bula del papa Benedicto VI del año 974 se menciona el sitio de Palau al precisar los límites del territorio del monasterio de Sant Pere de Rodes, que tenía posesiones tanto en Palau como en las Torroelles; en este texto del siglo x ya hay una alusión al cultivo de la vid, fundamental en la zona (ipsas vineas de villa Palatio). Más adelante, en un precepto del rey Lotario del 982, se alude igualmente a una posesión del citado monasterio situada in villa Palatio, in Turricella, que se vuelve a mencionar poco después, en 990, en una bula del pontífice Juan XV. En textos posteriores seguimos encontrando menciones a la villa; citaremos una de 1227 que hace referencia a la venta de una casa de la parroquia de Sant Joan de Palatio de Verdaria.

 

 

Iglesia de Sant Joan

 

La iglesia de Sant Joan de Palau Saverdera se encuentra en el sector de poniente del municipio. La primera noticia del templo aparece en el año 1070, cuando se menciona Sant Joan de la Villa Palacii en una donación de Ponç Veneder al monasterio de Sant Pere de Rodes. Más adelante, en 1227, consta la venta de un manso a la parroquia de Sant Joan de Palacio de Verderia. Más adelante, las Rationes decimarum de los años 1279 y 1280 registran que en el año 1256 el caballero Pere Bech reconoció una parte del diezmo de dicha parroquia destinado al obispo. Finalmente, el templo aparece en los nomenclátores de la diócesis de Girona del siglo xiv.

 

Parece que la iglesia se levantó entre los años 1022 y 1070, que se toman de referencia por ser las fechas de consagración del monasterio de Sant Pere de Rodes y las de las primeras iglesias del Empordà. Se especula que el primer señor que promovió la construcción pudo ser un antepasado de Bernat Palau, caballero que destacó en las luchas contra los rebeldes de Murcia en el siglo xi. El templo se ubicó en el solar de una antigua villa romana, lo que explica la presencia de sillares antioguos reaprovechados en el aparejo románico.

 

La primitiva iglesia consistía en una pequeña nave de planta rectangular, sin crucero y con la entrada situada en la fachada de poniente, con bóveda de cañón y pilares cruciformes que sustentaban ocho arcos formeros, más bajos que los actuales. Hacia el siglo xv, consta que el templo recibió una donación que probablemente sirvió para construir la actual capilla dedicada a la Virgen de los Ángeles, situada a levante. No obstante, la gran reforma de la iglesia se realizó a principios del siglo xvi, motivada posiblemente por la débil estructura interna del edificio, y además por el crecimiento demográfico que sufrió Palau-saverdera. Esta reforma redujo las arcadas de cada lateral de cuatro a dos, mientras que los pilares pasaron de seis a dos. El resultado final ofrece dos aberturas más amplias y luminosas que las anteriores que además mejoraban la comunicación y la capacidad. El enorme peso de la bóveda obligó a reforzar la techumbre con arcos fajones, apoyados sobre los pilares cilíndricos que aún hoy se pueden ver. También se construyó una capilla dedicada a la Virgen de los Dolores. Todas estas obras finalizaron hacia el año 1600. Así mismo, sabemos que, con motivo de una visita pastoral en 1547, se realizó un inventario, del que se deduce que existía un gran campanario que acogía cuatro campanas. En 1740 se añadió la sacristía y ya en el siglo xix el edificio padeció modificaciones y añadidos que consistieron en la prolongación de la nave central con la apertura de una puerta con cancela en la fachada de poniente, y en la construcción de un garaje y una escalera exterior. Durante la Guerra Civil se quemaron varios retablos barrocos que había en el interior, y se fundieron las campanas para fabricar munición.

 

En los años 70 del pasado siglo, con motivo de una profunda remodelación del templo, se llevó a cabo una intervención arqueológica en su subsuelo, de la que, incomprensiblemente, no se ha publicado, hasta el momento, ningún informe. La remodelación, que se inauguró en 1981, consistió en eliminar el añadido de la fachada occidental y en reabri la puerta en su primitiva ubicación meridional. Se eliminaron, asimismo, la escalera y el garaje construidos en el siglo xix, y se sustituyó el tejado por la actual cubierta de losetas de pizarra. La iglesia sigue cumpliendo actualmente función parroquial, y pertenece al arciprestazgo del Alt Empordà.

 

Se trata de una iglesia de planta basilical, formada por tres naves paralelas, divididas en cuatro tramos, con un ábside central semicircular, y dos absidiolas laterales. La nave central está cubierta con bóveda de cañón, ligeramente ultrapasada, sustentada por tres arcos fajones de medio punto que descansan sobre pilastras adosadas. No obstante, se puede pensar que en su inicio los pilares debían ser macizos y cruciformes, aunque irregulares, debido al diferente grosor y anchura de los arcos que sustentaban.

 

Las naves laterales también disponen de bóvedas de cañón, con tres arcos fajones. En la parte occidental de la nave norte hay, sin embargo, dos bóvedas de arista, mientras que el tramo oriental de la nave sur cubre con una bóveda de cuarto de esfera. Los arcos formeros primitivos que comunicaban las naves fueron sustituidos tardíamente por otros rebajados sobre columnas cilíndricas, perotodavía se aprecian vestigios de los arcos iniciales en el interior de la nave. En el extremo de las naves hay dos capillas laterales de construcción tardía, a modo de transepto.

 

La cubierta es única para las tres naves, de doble vertiente a base de losas de pizarra, que se encuentran igualmente en las cubiertas semi cónicas de los tres ábsides.

 

Ya hemos comentado que el acceso al templo se realiza por una puerta situada en el muro meridional, abierta a raíz de la última rastauración; sin embargo, no conserva ningún elemento de la portada primitiva, y el acceso sólo coincide con aquella en la ubicación. Se trata, en cualquier caso, de una puerta de vano rectangular, cerrado por un arco de medio punto adovelado.

 

El edificio se ilumina por diversas ventanas. Hay una ventana en cada uno de los ábside, todas de doble derrame y en arco de medio punto formado con dovelas de piedra caliza, con un extradós que perfila el arco, dibujado por pequeñas piezas de tegulae romana reaprovechadas. Hay una ventana de similares características en el muro meridional, pero sin los elementos cerámicos; dicha ventana permaneció largamente escondida por la capilla moderna que se eliminó en la última remodelación. Llama también la atención la ventana cruciforme de la parte superior de la fachada de poniente, que se abrió también cuando este espacio fue remodelado. En cambio, es original la ventana también cruciforme que hay en el muro de levante, justo encima de la absidiola septentrional. La fachada de los pies posee además sendas ventanas de doble derrame pero cerradas por arcos escarzanos en el exterior, que coinciden con las naves laterales. Corona el frontis un campanario de espadaña levantado con tres pilastras de piedras de tamaño desigual, cerradas por dos arcos de medio punto de ladrillo; podría datar de la reforma del siglo xvi.

 

 

La atenta observación del edificio nos induce a manifestar que la parte más antigua del templo es la cabecera. Si nos situamos en el interior, destaca la decoración del ábside central a base de un friso de tres pares de arquillos ciegos debajo de una cornisa en caveto; asimismo, dos lesenas enmarcan la ventana axial. Este aparato decorativo tiene su continuidad en el exterior, donde se aprecia una decoración a base de tres series de dobles arcuaciones entre lesenas en el ábside central, y dos arcuaciones más en cada extremo de dicho ábside. El interior de cada una de ellas, alberga una hornacina o ventana ciega, separadas por pilares monolíticos. Resaltamos el tamaño desproporcionado de las ventanas en relación con el resto de la decoración. En cambio, las absidiolas sólo se adornan con arcos ciegos dispuestos entre lesenas, dos grupos de dos en la Sur, y dos de tres en la Norte. Dejamos constancia de la presencia de una cornisa en caveto, biselada, que recorre todo el perímetro del edificio, bajo el alero, con la excepción de la fachada de poniente.

 

El aparejo es a base de sillares pequeños y rectangulares, de granito de la zona y pizarra, desbastados y dispuestos en hiladas que intentan ser regulares. El muro de mediodía se recreció en un momento no determinado, aumentando su grosor. Para las esquinas se usaron bloques de granito de la zona.

 

Las capillas laterales añadidas a modo de falso transepto, son de planta rectangular y están cubiertas con bóveda abocinada. Ambas poseen una ventana de doble derrame y su aparejo es a base de sillarejo trabado con mortero, y las esquinas formadas con grandes sillares. Se hace difícil su datación pero pensamos que corresponden a una etapa posterior, quizás entre los siglos xiii y xiv.

 

Conviene decir que varios autores han incluido la iglesia en el grupo de basílicas de tres naves sin transepto que siguen esquemas supuestamente lombardos. Este modelo se extendió por la geografía catalana y encontramos plantas similares y de la misma época (siglo xi) como pueden ser Sant Andreu de Sagàs (Berguedà), Sant Julià de Coaner (Bages), Santa Maria de Palau de Rialb (Noguera), o Santa Maria de Mur (Pallars Jussà).

 

Otro elemento poco habitual son las bóvedas de aristas que cubren dos tramos de la nave lateral norte, en la zona cercana al presbiterio. Las hallamos en algunas naves laterales de basílicas catalanas del siglo xi como Santa Eulàlia de Fullà (Conflent, Francia) o el ejemplo más destacado de Sant Vicenç de Cardona.

 

Si atendemos a la decoración, encontramos paralelos por lo que a las hornacinas o ventanas ciegas se refiere. Recordamos los ábsides de Sant Pere de Casserres y Sant Esteve de Tavèrnoles (Osona), de Sant Joan de Bellcaire (Baix Empordà), o de Sant Vicenç de Cardona (Bages). También se atribuye su funcionalidad, en este caso, a motivos estructurales de descarga de la bóveda.

 

Por todo lo expuesto, pensamos que esta basílica posee elementos de la etapa inicial del románico, como son los arcos y las bóvedas un tanto ultrapasadas, además del tipo de aparejo, pero conviviendo con influencias lombardas poco evolucionadas. Proponemos, en consecuencia, una datación hacia las primeras décadas del siglo xi, con intervenciones en los siglos posteriores.

 

Restos de pintura mural

 

En la última remodelación del templo se repicó el encalado que cubría los muros y las cuencas absidales. Durante este proceso aparecieron unos restos de decoración mural que, por su estado y poca extensión, hacen muy difícil su visualización e interpretación. Los escasos vestigios se localizan en el extremo oriental de la nave norte, justo en los vértices de las aristas, en el arranque de la bóveda absidal, y en la absidiola sur. Uno de los fragmentos parece representar una figura de perfil en actitud oferente. También se observa parte de una estructura arquitectónica, que representaría los arcos de una galería.

 

Pilas bautismales

 

En la iglesia de Sant Joan de Palau-saverdera se conservan dos pilas bautismales. Una de ellos salió a la luz en la excavación que se llevó a cabo en el subsuelo con motivo de la remodelación del templo, en el último cuarto del siglo xx. Apareció junto a la antigua puerta de la fachada de poniente, colocada boca abajo. Se trata de una pieza monolítica de piedra arenisca con forma de copa y pie cilíndrico. Llama la atención por su menor tamaño con respecto a las pilas románicas habituales de la zona. Mide unos 40 cm de alto y tiene un diámetro de 63 cm, con un pie de unos 15 cm de alto y 25 de diámetro. El grosor del borde superior es de 8,5 cm y como elemento singular destacamos un orificio circular de desguace en el fondo. No presenta decoración alguna; en cambio, la cara exterior de la copa se muestra rugoso contrastando con el pie cilíndrico que sí está pulido. Su simplicidad y dimensiones hacen harto difícil su datación. Está ubicada en el mismo lugar en que apareció.

 

La otra pila bautismal se encuentra hoy en la absidiola de mediodía. En este caso estamos ante un ejemplar típico que corresponde a la tipología habitual: pieza monolítica, semi oval y sin decoración, aunque su cara externa se muestra pulida. Tiene una altura total de 73 cm y un diámetro exterior de 93,5 cm, un fondo de 45 cm y un grosor de 9,5 cm. Es bastante parecida a la que hay también in situ en Santa Maria de Vilabertran, o a las de Sant Pere de Vilarnadal y Sant Feliu de Garriga reutilizadas como jardineras.

 

Al igual que en el caso anterior se hace difícil su datación pero pensamos que podría corresponder a la primera etapa del templo.

 

Estela de piedra

 

Durante los trabajos que se realizaron en 1980 para acondicionar la actual plaza adyacente a la iglesia, apareció una piedra granítica de formato rectangular. Actualmente está clavada en un rincón ajardinado, y cerrado con valla metálica que queda entre el crucero y el muro lateral norte de dicha iglesia.

 

Se trata de una estela funeraria rectangular, si bien el contorno superior es ligeramente inclinado, sin formar ángulos rectos. En el centro de la cara frontal hay unos detalles esculpidos en bajo relieve que muestran una mano extendida, representada esquemáticamente, de la que surge una cruz entre los dedos pulgar e índice, colocada en segundo término. Es una cruz latina, ligeramente patada, de unos 4 cms de ancho. La piedra, completamente lisa por las otras caras, mide 90 cm de altura (aunque desconocemos la parte que está enterrada), por 43 cm de ancho, y tiene un grosor de unos 12 cm. Sin referentes parecidos, es aventurado sugerir una datación precisa.

 

Texto y fotos: Montse Jorba i Valero – Planos: Núria Dolors Vila Costa

 

Bibliografía

 

AA. VV. 1995, pp. 39-42; Arnall i Juan, M. J., 1981-1982, pp. 42, 84-85; Badia i Homs, J., 1977-1981, II-A, pp. 299-301, 304-306; Badia i Homs, J., 2007, pp. 7-9; Catalunya Romànica, 1984-1998, VIII, p. 153, IX, pp. 593-597; Montsalvatge i Fossas, F., 1909, pp. 137-138; Pons i Guri, J. M., 1964-1965, pp. 53-54, 74; Puig i Cadafalch, J., Falguera, A. de y Goday, J., 1909-1918, II, pp. 184-185; Whitehill, W. M., 1973, pp. 35-37.