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Torre de San Miguel antes de su desmantelamiento

Identificador
09143_05_013
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Sin información
Colaboradores
Archivo Diputación Provincial de Burgos (Fondo Photo Club)
Derechos
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Miguel

Localidad
Tubilla del Agua
Municipio
Tubilla del Agua
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
MAYOR INTERÉS PRESENTA el arruinado templo de San Miguel -seguramente dependiente de San Martín de Escalada-, construido en recia sillería, de una sola nave y con torre adosada al muro meridional, habiendo sido sustituida la cabecera por la actual cuadrada, obra posmedieval (de siglo XVI o XVII) cubierta con bóveda de crucería. Los restos de la torre muestran su estructura cuadrada, en origen compuesta de tres cuerpos separados por impostas decoradas con menudo ajedrezado. En el piso alto, que albergaba el cuerpo de campanas, se abrían en cada lienzo sendas arcadas dobladas y apuntadas que cobijaban vanos geminados de arcos de medio punto. Lamentablemente, gran parte de este cuerpo superior ha desaparecido, siendo posible obtener una visión del edificio anterior al expolio en las fotografías de 1916 realizadas por Eustasio Villanueva o en la que publicó Pérez Carmona. Luciano Huidobro decía en 1952 que la torre románica de la iglesia se rajó quebrada por un rayo y que el templo poseía pinturas murales, que él llegó a ver y de las que no queda ni rastro. Los únicos restos escultóricos que encontramos in situ son los capiteles de una ventana tapiada ubicada en el muro sur, visibles al interior. De muy tosca labra, su cierto aire pre rrománico viene derivado del tremendo convencionalismo de sus formas vegetales, su dura talla a bisel y la presencia en ellos de ruedas solares, y collarinos sogueados; a modo de cimacio se colocaron sendas piezas decoradas con esquemáticas hojas de palma y tallo ondulante con hojitas. El resto de la ornamentación escultórica de la iglesia -canecillos, capiteles de las ventanas de la torre, capiteles del arco triunfal...- se encuentran en el Museo Frederic Marès de Barcelona. Destaca entre estos restos la arcada meridional del piso alto de la torre -otra se conserva en una colección particular de Barcelona, propiedad de los herederos de Joaquín Vaquero-, en la que los arcos interiores reposan en un mainel decorado con la tosca representación de un personaje encadenado por el cuello y los tobillos. Los capiteles que coronan las columnas de este vano reciben, por su parte, parejas de leones afrontados que comparten cabeza, y grifos afrontados, con la misma grosera talla que evidencia los escasos recursos técnicos del escultor, quizá el mismo MARTINVS que dejó su firma en la enjuta y un capitelillo que coronaba una de las columnas de ángulo del piso superior de la torre, decorado con dos desproporcionados personajes en actitud de lucha. La serie de canecillos conservada en el museo barcelonés, labrados con la misma impericia del resto de la escultura, muestra toscas cabezas humanas, un contorsionista y un personajillo en actitud grotesca, los prótomos de un felino y un jabalí, un lobo devorando a un pequeño cuadrúpedo y decoración geométrica a base de cilindros. Mantiene el templo, pese al deterioro, las dos portadas que daban acceso a la nave, aunque de la septentrional, hoy cegada, sólo podemos observar la rosca interior de su arco de medio punto. La portada meridional muestra una curiosa estructura, con un ciclópeo dintel monolítico sobre el que se dispuso un tímpano con una cruz de brazos iguales excavada, rodeado por tres baquetones. También son visibles los robustos responsiones, escalonados y prismáticos, sobre los que voltearían los fajones de la presumible bóveda de cañón de la nave. En el exterior del templo se conserva, semienterrada, la copa de una pila bautismal de traza posmedieval, decorada con gallones, y el pie, con palmetas.