Castillo de Peratallada
FORALLAC
El municipio de Forallac se constituyó formalmente el 10 de marzo de 1977, fruto de la unión de los términos municipales de Fonteta, Peratallada y Vulpellac. El nombre del nuevo municipio surge a partir de la combinación del nombre de los tres núcleos agregados, según acordaron los responsables municipales que promovieron la agregación. Forallac toma la primera, la segunda y la tercera sílaba de Fonteta, Peratallada y Vulpellac, tras colocar sus nombres por orden alfabético. Esta solución, sin embargo, no es del agrado de los toponimistas.
El término se extiende por la llanura del Empordà, por buena parte de la cuenca del Daró, en el macizo de las Gavarres. Lo atraviesa la carretera C-66, que pasa entre Vulpellac y Fonteta, y una extensa red de caminos locales permite la comunicación con el resto del territorio. Aunque cada núcleo conserva su edificio municipal, la sede administrativa se sitúa en Vulpellac, donde en 1998 se inauguró la nueva casa consistorial. Además de los tres pueblos principales, en el término municipal se incluyen los vecindarios de la Bordeta y del Pla y la urbanización del Puig de Sant Ramon (vinculados a Vulpellac), el vecindario d’Abellars y el pueblo de Fitor (en Fonteta) y los pueblos Canapost, Sant Climent de Peralta y Santa Susanna de Peralta, y el antiguo lugar de Bruguera (en Peratallada).
La documentación más antigua sobre el municipio se refiere a Fonteta y data del 844, cuando esta población se menciona en una serie de diplomas reales. Del lugar de Vullpellac, que perteneció al condado de Empúries, se tienen noticias desde el año 894. En Els Clots de Sant Julià se conserva una cavidad o capilla excavada en la roca de época altomedieval.
En relación a Peratallada, en 1065 ya aparece una mención al castillo.
Texto: MJV
Castillo de Peratallada
La población de Peratallada conserva uno de los núcleos medievales más importantes de toda Cataluña, declarado Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) en 1949, y conjunto histórico-artístico en 1975. Para acceder a la villa debe salirse de la capital de comarca, la Bisbal, por la carretera C-66, y salir rápidamente por la comarcal GI-644 en dirección a Canapost. En Canapost hay que tomar la GI-651, que conduce directamente al pueblo.
El castillo-palacio preside el núcleo amurallado, en una zona ligeramente elevada del pueblo. Es de propiedad privada, y actualmente está cerrado por obras de rehabilitación. Aunque el castro de Petra Taliata se documenta por primera vez en el año 1065, como frontera del vecino castillo de Pals, es posible que ya anteriormente existiese una fortificación en el lugar de Peratallada, pues, aparte de encontrarse documentación anterior sobre el señorío de la villa, durante las tareas de restauración del conjunto se han hallado vestigios de una ocupación anterior al siglo xi.
El castillo fue el solar del importante linaje nobiliario de los Peratallada, cuyos primeros miembros se documentan a comienzos del siglo xi: Guillem de Peratallada (1039), Bernat de Peratallada (1054), o los hermanos Bernat Bernat y Dalmau Bernat (1062). Ya en el siglo xii, Dalmau de Petra Taiata se encuentra entre los garantes del pacto entre el conde Ramon Berenguer IV y la república de Génova para la conquista de Tortosa. En el siglo xiii, el dominio de Peratallada pasó por matrimonio a la casa de los Cruïlles, uniéndose así las dos principales familias nobles de la región bajoampurdanesa. La familia tuvo su residencia habitual en el castillo de Peratallada, que mantuvo su importancia durante toda la baja Edad Media. Se conserva un interesantísimo inventario del castillo, redactado a finales de siglo xiv (1395) por la señora Elvira de Puigpardines, viuda de Gilabert de Cruiïlles i de Mallorca, que describe detalladamente sus dependencias y su rico mobiliario, y que además revela que la casa había sido notablemente ampliada en aquellos años (ya que se mencionan estancias recientes, como una nueva cámara señorial pintada, dos dormitorios, y una aula maior o comedor). Tras la guerra civil catalana del siglo xv, en la que hubo miembros de la familia Cruïlles-Peratallada tanto en el bando del rey Juan II como en el de la Generalitat, y en la que el castillo fue tomado por las tropas del monarca dirigidas por el infante Fernando, la propiedad del conjunto y su jurisdicción se mantuvo en manos de la familia durante toda la época moderna. En 1916, el conjunto fue vendido a tres ricos propietarios del pueblo, que lo destinaron temporalmente a funciones granjeras, y en 1964 lo adquirieron los condes de Torroella de Montgrí, a los que pertenece todavía. Estos llevaron a cabo una restauración completa del conjunto, dirigida, en parte, por el arqueólogo e historiador Luis Monreal.
Por su condición residencial, el castillo-palacio de Peratallada exhibe edificaciones de diversa cronología y estilo, distinguiéndose claramente dos sectores: el recinto fortificado y el domicilio palaciego. En el sector noreste del conjunto, levantado sobre un podio de roca natural tallada artificialmente y elevado unos 4 o
Ésta construcción turriforme se erige al abrigo de un estrecho e irregular perímetro mural almenado de unos
El irregular aparato constructivo de este muro perimetral, que evidencia las diversas reparaciones a las que debió haber sido sometido, suele formar hiladas de alargado sillarejo de piedra arenisca, combinado con otro de morfología y dimensión más heterogéneas. Dicho aparejo, que mantiene la altura original en todo el sector oriental, contrasta con la homogénea fábrica de la Torre del Homenaje, un aparejo de grandes sillares pulidos, mayormente rectangulares, dispuestos en regulares hileras. Por sus características constructivas, este recinto fortificado correspondería con el núcleo fundacional del castillo, que podría haber sido edificado con anterioridad al periodo medieval, pero cuya apariencia actual define una construcción que podría datarse entre los siglos xi y xii.
Del resto de construcciones que completan el conjunto palaciego de Peratallada, cabe mencionar el edificio de planta rectangular más próximo al castro que, mediante el puente en arco, conecta perpendicularmente éste. Su planta baja aparece abierta al exterior mediante tres arcadas románicas de medio punto en la fachada oriental (otras tantas, de fractura contemporánea, se abren en el muro colindante), y uno de sus muros presenta un tramo trabajado en opus spicatum. En el interior de la sala destaca la base de una torre circular de gruesos muros que, mediante una escalera helicoidal interior, permite acceder al nivel superior del edificio; este se ha identificado con la camera nova pintada citada que se menciona en el inventario de finales del siglo xiv. Se trata de una estancia de planta rectangular (9 x 6 m), con techumbre madera sobre arco diafragmático con restos de policromía. Según un boletín de la junta de Museos de Arte de Barcelona, publicado en 1931, también el techo de madera –de disposición horizontal y vigas vistas anteriormente apoyadas en ménsulas– estaba decorado con un artesonado polícromo, donde predominaba la heráldica familiar.
Adosado al Sur de éste edificio se dispone el aula maior también documentada en el inventario de 1395. Es una gran estancia de planta rectangular, de unos
Las restauraciones del edificio, efectuadas a cargo de la actual familia propietaria, han recuperado parcialmente las estructuras medievales del conjunto, muy modificadas durante el siglo xv y xviii, pudiéndose observar, en el sector inferior de la fachada, parte de la fábrica románica, de escuadrada sillería dispuesta en hiladas de diversos niveles. La datación del resto de elementos comentados con anterioridad oscila entre el siglo xi y el xiv, siendo, posiblemente, la torre circular de época pretérita.
Asimismo, se tiene noticia de la capilla del castillo de Peratallada, que aparece sin precisar su advocación durante el siglo xiii, pero documentando su dedicación a san Salvador (así se encuentra en los nomenclátores del siglo xiv, época en la que parece que pertenecía a la parroquia de Canapost) o a Santa María, advocación hallada en la mayor parte de documentación relacionada con éste elemento (entre los siglos xv y xix), del que no se conoce su localización.
Del mismo modo, la población de Peratallada está cercada por un complejo sistema fortificado medieval del que se conservan diversos elementos que, según algunas hipótesis –entre la que cabe una reconstrucción del Servicio de Catalogación de Monumentos de
La fábrica de la mayoría de estas estructuras defensivas presenta un aparato constructivo de características muy similares, que muestra una irregular sillería de notables dimensiones dispuesta en homogéneas hileras, siendo el paramento más regular en las torres. En muchos tramos, la parte superior de ambos elementos ha sido consolidada por una obra tardía. Rigiéndose tanto por la documentación histórica, la toponimia –que documenta Petra scissa o Petra cortada desdel siglo x–, así como por las características constructivas y los resultados de las excavaciones realizadas parcialmente en el lugar –donde también se halló material arqueológico del siglo xiii en adelante–, el recinto amurallado principal de Peratallada ha sido identificado como una obra correspondiente a los siglos xii y xiii, en tanto que se encuentran vestigios de intervenciones anteriores y mayormente posteriores a este lapso temporal, sobre todo durante los últimos años.
Texto y fotos: ANA VICTORIA PAUL MARTÍNEZ
Bibliografía
Batlle i Prats, L., 1968, pp. 231-246; Belmonte i Santisteban, C., 2004; Catalunya Romànica, 1989, VIII, pp. 350-354; Marquès i Planagumà, J. M., 1996a, pp. 35-67; Ràfols i Fontanals, J. F., 1931, I-2, pp. 46-51; Vinyoles i Vidal, T., 1986, pp. 217-295.