Castillo de Sant Llorenç de Montgai
CAMARASA
Castillo de Llorenç de Montgai
En lo alto de la montaña que preside por el Noroeste el pueblo de Sant Llorenç de Montgai se sitúan los vestigios del castillo, al que se puede llegar desde Camarasa por la carretera C-13, en sentido suroeste. Una vez en el caserío se ha de seguir hasta la estación del tren, detrás de la cual asciende un camino hasta la iglesia de la Mare de Déu, al Este y al Oeste de la cual, se ven los restos de la fortaleza.
La historia del enclave se remonta a la época ibérica, de la que quedan los vestigios de un poblado situado al pie de la montaña. En la documentación medieval sobre el fuerte consta la existencia de dos construcciones, una sarracena y otra cristiana. Según Sanahuja, el primer castillo de Llorenç formaría parte de la red defensiva de Balaguer en época musulmana, desde finales del siglo xi a principios de siglo xii. Se ha relacionado, por el contexto histórico y geográfico, la cita que el escritor árabe al-Udri realiza por primera vez en 928 sobre el castillo de Laurinis con el de Llorenç. En 1091 el lugar sigue en posesión de los islamitas, los cuales estaban obligados a pagar las parias Hispaniae al conde Ermengol IV de Urgell. Éste donó, junto a su esposa Adelaida, la tercera parte de la citada retribución a la iglesia de Santa Maria de Solsona. Se cree que la fortaleza de Llorenç cayó en manos cristianas tras la conquista de Os de Balaguer, Castelló de Farfanya y de Algerri hacia el año 1116, cuando aparece en el testamento de Guillem Guitard de Meià como territorio cristiano. Años más tarde, en 1156, el fuerte figura como propiedad del vizconde Guerau III de Cabrera, a quien Ermengol VII le reclamaba este señorío, entre otros. El vizconde Guerau IV de Cabrera, quien se apoderó del condado de Urgell usurpándole los derechos a su prima, la condesa Aurembiaix, fue perseguido en defensa de su hija por Pedro el Católico, quien lo asedió en Balaguer en 1211. Se dice que consiguió escapar y resguardarse, junto a algunos partidarios, en el castillo de Llorenç. En 1229, Ponç VI de Cabrera concede derechos sobre el castri de Lorenz et eius terminis a Guillem de Cardona. En 1268, Jaime I el Conquistador otorga protección a la fortaleza y al término.
Es posible distinguir los restos constructivos de las dos culturas, por una parte el hisn andalusí y por la otra, el conjunto feudal castillo-iglesia. El lugar donde se construyó el primer fuerte está provisto de la defensa natural que propicia la escarpada orografía de la peña, a la que sólo se puede acceder por el Este.
Los vestigios de la fortaleza cristiana se sitúan al Este de la iglesia de la Mare de Déu del Castell, flanqueados por diversos bancales que, como pasa en el hisn, se confunden entre los antiguos restos, de los que se aprecian claramente dos elementos de guardia, que por su posición, conectan perfectamente con el entramado sistema defensivo compuesto por las fortalezas del territorio como la torre de Sant Salvador o el castillo de Txelis. Se trata de dos torres, la primera de las cuales está muy deteriorada y sólo conserva la parte inferior de su cuerpo construido sobre una roca madre, con un relleno de mampostería ligada con abundante argamasa, un paramento exterior de sillarejo, del que todavía se pueden ver algunas hiladas al Oeste, y tapial en el nivel superior. En la zona oriental se abren, aunque se encuentran muy erosionadas, dos aspilleras.
La otra torre, que se localiza en el extremo este del saliente rocoso, conserva en mucho mejor estado la parte inferior de su estructura, es de planta rectangular y tiene unas medidas de 4,40 x 4 m y una altura de hasta 2,10 m. Para reforzar la estructura, que se erige sobre una orografía escarpada, presenta en sus lados este y sur un podio curvado. Su factura está realizada a base de sillar de tamaño mediano, con un relleno de argamasa en la parte inferior y muestra trazas de tapial en la parte superior.
La construcción de estas torres vigías se ubica cronológicamente entre la mitad y finales del siglo xii, con la conquista cristiana del lugar, hasta principios del siglo xiii.
Cabe señalar la existencia de una especie de silo o cisterna cavada en la roca, con poca profundidad, al Este del hisn y enfrente de la iglesia, donde se ha colocado la base pasiva de un molino que se encontró durante las obras del camino de acceso.
Finalmente, se ha de mencionar una ampulla de plomo procedente del castillo, que se conserva en una colección particular de Balaguer. En la parte superior, bastante erosionada, hay tres orificios por los cuales se pasaría una cuerda para colgar el objeto. Las dos caras presentan la misma decoración a base de una flor de seis pétalos puntiagudos sobre otro motivo vegetal, circunscritos dentro de un círculo. En el cuello se puede apreciar los restos de una línea incisa horizontal con una X en el centro.
Texto y fotos: Raquel Cardona Segura
Bibliografía
Barceló Perelló, M., 1999, p. 115; Castells Catalans, Els, 1967-1979, VI, pp. 337-342; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, pp. 322-324; Giralt i Balagueró, J., 1991, pp. 67-76; Granja Santamaría, F., 1967, p. 486; Sanahuja i Vallverdú, P., 1965, pp. 79-110-122 y 153.