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Restos de un relieve

Identificador
19190_04_016n
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
40º 50' 36.64'' , - 1º 53' 10.20''
Idioma
Autor
Ezequiel Jimeno Martínez
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Martín

Localidad
Molina de Aragón
Municipio
Molina de Aragón
Provincia
Guadalajara
Comunidad
Castilla-La Mancha
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SAN MARTÍN, situada en el casco antiguo de Molina, es la más antigua de la ciudad; ciertos historiadores como Portocarrero han querido ver en ella indicios de antigüedad de época romana y visigoda, aunque su inicio se fecha más tarde, en época medieval, por lo que puede datarse a finales del siglo XII, cuando se inició la repoblación de estas tierras y por tanto la construcción de lugares de culto religioso a partir del fuero otorgado a Molina en el año 1154. A lo largo de su historia ha sufrido transformaciones e incendios que han mermado mucho su primitiva fábrica medieval. De lo que fue original sólo quedan algunos restos visibles, como el muro norte en su parte exterior, con dos vanos de cuidada estética románica, y su magnífica portada. Nada de ello se aprecia desde la calle, ya que una fachada de construcción posterior lo oculta. Es por tanto una iglesia de una sola nave, con un ábside semicircular empotrado en otra construcción anexa. A la derecha y en su lado sur se haya una dependencia que debió de ser la sacristía y donde podemos observar una losa de piedra rectangular empotrada en una de sus esquinas a nivel del suelo, con una decoración de bajorrelieve que representa la figura del que fue primer abad de la iglesia en sus inicios, don Juan Sardón. El muro septentrional contiene los restos primitivos de origen románico, con el mismo tipo de sillar en todo el lienzo y en la portada. Esta parte del muro conserva dos de sus primitivas ventanas, tapiadas al interior pero que dejan ver el tipo de decoración que tenían. La primera de ellas, situada en el segundo tramo de la iglesia, es de arco de medio punto con decoración vegetal formando parejas de flores, enmarcado a su vez el arco por una moldura que lo encierra. El arco descansa sobre finas columnas de fuste liso y también con capiteles de decoración vegetal. Las columnas han perdido las basas o bien se encuentran tapiadas. La siguiente ventana, también tapiada al interior, se encuentra en el primer tramo. Es de arco de medio punto con el mismo tipo de decoración de parejas de flores, con finas columnillas alargadas que han perdido su basa y con fuste liso, con capiteles foliáceos y arquivolta, que rodea todo el contorno del arco, decorada con puntas de diamante que, a su vez, se repite a los lados de las columnas. La portada de la iglesia carece de columnas y capiteles, es de arco apuntado, con cuatro arquivoltas, decorada la interior con una cadena de flores enlazadas y el resto con baquetón de nacela; enmarca el conjunto una chambrana con puntas de diamante, en cuyo centro hay un cris- món rodeado por una moldura entrelazada. No se aprecia el contenido del crismón, pero debía de tener las iniciales de Jesucristo en griego, las letras P y S y las de Alfa y Omega, por ser el principio y el fin de la vida. En el exterior de la iglesia, en su panda sur, a la que se accede por un callejón, observamos los restos de la fachada del evangelio: son dos arcadas semicirculares, separadas por un contrafuerte o pilastra. También en el exterior, y a modo indicativo, vemos, en el lado oriental de la fachada norte, cómo sobresale parte del primitivo ábside, dejándose notar su curvatura y los canecillos de modillones bajo el alero, lo que nos indica la orientación de la cabecera de la iglesia a oriente, situándose su portada y acceso en el lado septentrional, algo no habitual en las iglesias románicas.