Identificador
09514_01_020
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
43º 0' 27.21'' , Lomg:3º 29' 17.65''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Bárcena de Pienza
Municipio
Merindad de Montija
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LOS RESTOS ROMÁNICOS QUE SE conservan en esta localidad se reparten en dos edificios: la iglesia parroquial de San Vitores y el maltrecho ábside que se alza en el cementerio. La actual iglesia parroquial, bajo la advocación de San Vitores -martirizado en Cerezo de Riotirón-, se encuentra en el sector occidental del disperso caserío. Es una pequeña y modesta construcción que debió levantarse allá por los siglos XVII o XVIII como ermita, pues una visita episcopal de 1744 así la considera. Por esas fechas la parroquia se hallaba apartada del pueblo, en el lugar donde hoy se halla el cementerio, donde se conservan restos del viejo templo románico que más adelante analizaremos. La lejanía de esa antigua parroquia y su deficiente estado provocaron el traslado a la que hasta entonces era ermita de San Vitores. El edificio es rectangular, con cabecera no diferenciada de la nave, rematado todo por una espadaña a los pies, con portada al sur precedida de un pórtico de traza muy popular. Toda la fábrica es moderna, aunque en el muro occidental o conservadas en el interior encontraremos algunas piezas que se remontan a época románica. En el hastial de poniente, en el exterior del templo, se puede contemplar un canecillo labrado en caliza blanca que representa a un músico sentado, tañendo un rabel de cuatro cuerdas. No es una pieza de mala calidad, con los rasgos faciales trazados con cierto detalle. En el interior se conserva un tosco capitel angular, suelto, hecho en arenisca y perteneciente con toda probabilidad a una ventana. Mide 30 x 17 x 27 cm y en el mismo bloque se hallan tallados la cesta y el cimacio, éste achaflanado y aquélla con dos cabezas humanas, una ocupando el ángulo y otra arrinconada en un lateral, tras la anterior, aunque las dos miran en la misma dirección. Mucho más interesante es un relieve de 115 x 52,5 x 24 cm, hoy guardado dentro del templo pero que hasta hace unos años se conservaba en el pórtico de este mismo edificio, empotrado sobre el dintel de la puerta de la escalera que sube al campanario, donde lo vio Pérez Carmona, quien entendió que era una escena de Cristo con otro personaje. Tallado en arenisca de grano muy fino, presenta un relieve muy plano, representando en realidad el pasaje de la Visitación, donde las dos mujeres están sentadas sobre un sitial de estructura torneada, con respaldo, sobre una base de cuatro arquillos de medio punto. La Virgen adopta una posición frontal, con las manos sobre sus rodillas, en actitud muy hierática. El manto está bordeado por unos pliegues ondulantes, mientras que la túnica cae pesadamente, recta, con pliegues en zigzag en la base, bajo los que asoma el puntiagudo calzado. Aunque su cabeza está bastante destrozada, se aprecia cómo el cuello y cabello están cubiertos con ceñida toca, tras la cual se dispone el disco del nimbo. A su lado izquierdo, Santa Isabel se gira para dedicarle toda su atención, posando su mano izquierda sobre el hombro de la futura Madre. Sus vestiduras y el tratamiento de los paños siguen una tónica similar, aunque ahora el manto cae por delante en geométrico pliegues paralelos, casi como incisiones. Sobre los dos personajes se conserva parcialmente la imagen del Espíritu Santo. A juzgar por el remate de los laterales, da la impresión de que era una pieza exenta, o en todo caso adosada a la pared, pero no embutida, aunque es difícil pensar que no estuviera acompañada de otras escenas del ciclo de la Navidad. En cuanto a su disposición original -al margen de que pudiera venir de la antigua parroquia- caben múltiples posibilidades, aunque lo más lógico es que tuviera que ver con una portada o pórtico. A este respecto no podemos por menos que recordar los paneles que aparecen en La Cerca y en Butrera, aunque la escultura nada tenga que ver. Cabe reparar igualmente en los que decoran las esquinas del claustro de Silos, la mayor parte de los cuales presentan un relieve de similares características, con unos paños muy planos, aunque éste es el único punto de semejanza, puesto que nuestra pieza está muy lejos de la calidad silense. Su cronología puede cifrarse en las décadas finales del siglo XII. Románica es también la pila bautismal, conservada en la sacristía y que con toda probabilidad procede de la vieja parroquia, como ocurría con las otras piezas descritas. Está tallada en el mismo tipo de piedra que el relieve anterior, formada por un vaso troncocónico de 80,5 cm de altura y 127 cm de diámetro. Las aristas interna y externa de la embocadura están recorridas por el típico bocel, mientras que la decoración se limita a una sencilla cruz procesional, con su astil, en relieve.