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Planta

Identificador
09130_02_008
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 23' 34.99'' , -3º 53' 45.59''
Idioma
Autor
Teodoro Chillón Ramos
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Martín Obispo

Localidad
Palacios de Benaver
Municipio
Isar
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
ES LA PARROQUIA DEL PUEBLO y se encuentra situada en medio de una plazoleta, rodeada por un pequeño pretil que delimita su entorno más inmediato. Se trata de una antigua construcción románica muy alterada por las sucesivas reformas y ampliaciones que se llevaron a cabo en épocas posteriores, especialmente en el siglo XVI, cuando se construyó la nave de la epístola y se abovedó todo el templo. La torre y la sacristía también son de factura más moderna. Así las cosas, de la vieja iglesia románica sólo se ha conservado la cabecera, una de las más interesantes del románico burgalés. Constaba originalmente de un ábside semicircular elevado sobre un zócalo en resalte -visible sólo en parte- y compartimentado en tres paños por medio de dos pilastras con columnas adosadas. La cornisa está soportada por una serie de canecillos de formas geométricas (nacela, proa de barco, bolas, etc.) y figurados (cabeza zoomorfa y falo). En época ya gótica se debió de venir abajo parte del mismo, de ahí que aparezcan signos evidentes de haber sido remontado en el lado sur, donde desapareció uno de los soportes, al tiempo que el otro perdió sus capiteles. Es posible que en esos momentos se añadiesen también los contrafuertes del lado norte y del eje central, éste perforado por una aspillera. En el muro septentrional de la nave es donde mejor se aprecian las distintas campañas habidas. De este modo, un canecillo de nacela marca la altura del primitivo edificio románico, seis canzorros son testigos del recrecimiento gótico y la cornisa actual marca la reforma del siglo XVI. Sin embargo, los aspectos más interesantes de la fábrica románica se encuentran en el interior de la capilla mayor, donde hallamos también las mejores muestras escultóricas del templo. Se cubre con bóveda de horno en el ábside y de cañón apuntado en el presbiterio, mientras que sus muros se decoran con una serie de arquerías soportadas por parejas de columnas con capiteles dobles. Tras el retablo mayor se ocultan siete arcos intactos, cinco de medio punto y dos apuntados que cobijan sendas credencias. Los capiteles sobre los que apoyan se decoran con gruesas hojas rematadas en pomas y volutas, salvo uno de ellos que muestra la lucha de leones con serpientes. En el muro norte del presbiterio se conservan otros cuatro arcos, tres de los cuales fueron mutilados al abrirse un ventanal moderno. El primer capitel, empezando por la derecha, se adorna con dos arpías afrontadas tocadas con caperuza. Sigue a continuación la escena de la psicostasis o pesaje de las almas, protagonizada por San Miguel y el diablo, flanqueada en las caras laterales por un sepulcro cerrado que es iluminado por una lámpara colgada de un arco y por un diablo con dos figurillas que parecen simbolizar las almas condenadas. En las siguientes cestas se representa la lucha de un jinete con dos centauros, uno de ellos sagitario, seguido de un capitel vegetal y de otro decorado con dos cuadrúpedos que devoran por los pies a un personaje al que le falta la cabeza. Es evidente que tras estas representaciones existe un mensaje de tipo doctrinal que advierte sobre los pecados y los castigos infernales. El estilo es más bien tosco, con un tratamiento esquemático de las figuras. Por último, hay que señalar que la capilla mayor se abre a la nave a través de un arco triunfal apuntado y doblado que descansa a cada lado sobre una semicolumna flanqueada por otros dos menores, provistas todas ellas de capiteles decorados con hojas planas que se doblan en el tercio superior. Son del mismo estilo que los capiteles del hemiciclo absidal. Desde el punto de vista cronológico parece que nos hallamos ante una obra tardía que puede incluso rebasar el horizonte de 1200.