Identificador
49707_01_020
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 20' 19.36'' , -5º 40' 39.80''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Santa Clara de Avedillo
Provincia
Zamora
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LA IGLESIA, EN PLENO CASERÍO, ocupa la cota más alta, con pendientes hacia el este y norte, donde existe un abancalamiento, cerrándose por los lados contrarios con un atrio cuyas piedras proceden de los restos de la iglesia de Fuentelcarnero y del monasterio de Valparaíso. El edificio, de sillería arenisca fina y dorada, de canteras cercanas, tiene cabecera cuadrada, con dos sacristías contiguas adosadas al sur, gran nave de cuatro tramos y muros revocados, con portada a mediodía y espadaña a los pies, una fábrica que prácticamente en su totalidad puede fecharse a partir del siglo XVI. Así, los Libros de Fábrica, registran la construcción de la cabecera y de la sacristía nueva entre los años 1628 y 1632, por manda testamentaria de un clérigo indiano fallecido en 1620, cuyos restos fueron trasladados al muro del evangelio de la capilla mayor una vez finalizada la obra. A pesar de tan profundas modificaciones la portada reutiliza en su construcción piezas de otra anterior románica y la espadaña pudiera remontarse también a aquel momento, mientras que en la sacristía vieja volvemos a encontrar algunos restos del más antiguo paramento. La portada se halla a mediodía, en el tercer tramo de la nave, flanqueada por contrafuertes y a paño con el muro, aunque lo que en origen parece que fueron tres arquivoltas de medio punto que aportaban abocinamiento a la entrada, son hoy tres líneas de dovelas superpuestas, casi al mismo nivel. La interior es lisa y las otras dos aparecen decoradas con grandes dientes de sierra de aristas recorridas por bocel, descansando todas conjuntamente en simples jambas. En el interior de la sacristía vieja, adosada al muro de la epístola del primer tramo de la nave, se conserva el muro románico, hecho en perfecta sillería. Conserva dos saeteras, una inferior in situ y otra más alta que debe ser contemporánea pero que parece desplazada de su lugar original. Del alero se mantienen cinco canes, aunque sólo dos completos, uno con cabeza de suido y otro de bóvido, ambos de buena factura, mientras que una puerta cegada, inscrita en medio del muro, sería la que comunicaba esta dependencia con la iglesia y por tanto es posterior. También son originales los restos de un contrafuerte, con presencia de bocel, inscrito en el muro donde se abre la puerta occidental de esta sacristía. Otro de los elementos que creemos que puede ser románico es la espadaña, de casi 2,5 m de espesor y que ocupa el hastial de la nave. Tienen un alto cuerpo macizo -con ventanal posmedieval- que en su parte alta remata lateralmente a chaflán y se quiebra para dar paso a un pequeño sector ligeramente más alto y rematado a piñón. Presenta dos sencillos vanos de medio punto para las campanas sobre los que se dispone otro más pequeño del mismo tipo, mientras que aparecen restos de numerosos canzorros repartidos por todo el muro. No es fácil adscribir una pieza de estas características a época románica, dado que el tipo constructivo es utilizado de forma casi permanente en muchas iglesias zamoranas del mundo rural, especialmente en la comarca sayaguesa. Si en este caso nos decantamos por datarla en aquel momento es por la presencia de numerosas marcas de cantero en sus sillares -aunque no son iguales a las que conservan los restos del muro que hemos visto dentro de la sacristía vieja- y por el hecho de que su fábrica es claramente independiente del resto de la nave y anterior a la misma, si bien ambos son argumentos en modo alguno concluyentes. En cuanto a su cronología, los únicos elementos susceptibles de ser valorados son prácticamente los arcos de la portada, cuyos característicos chevrons siguen una fórmula que se repite en incontables edificios de toda la Cristiandad en el entorno de 1200, y que en tierras zamoranas encontramos en la benaventana iglesia de San Juan del Mercado y en la capitalina de Santa María de la Horta. En el interior del templo se conserva un Cristo de hacia 1300, una pila bautismal tardogótica y una pila aguabenditera de difícil clasificación, aunque pudiera ser medieval.