Identificador
31454_01_030
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 40' 45.37'' , -1º 15' 15.19''
Idioma
Autor
Alberto Aceldegui Apesteguía
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Arboniés
Municipio
Romanzado
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Claves
Descripción
LA PARROQUIA DE SAN ESTEBAN se encuentra al final de la localidad, emplazada en un precioso jardín rodeado de muros dieciochescos, dentro de los que debió de estar el antiguo cementerio de la localidad. Los autores que han tratado sobre ella estiman que debe aplicársele una cronología dentro de la segunda mitad del siglo XII o bien ya iniciado el siglo XIII (según Lacarra se trata de una obra ya gótica). La iglesia consta de cuatro tramos en su nave y testero recto, con muchas reformas realizadas entre los siglos XVI y XVIII, etapas en las que se debió de retocar el testero y se realizaron la sacristía y las tres capillas del lado del evangelio. En el último tramo de la nave se encuentra la escalera de caracol, que da acceso a la torre, situada sobre el mismo lugar. Los tramos se articulan a base de fajones de medio punto sobre pilastras suspendidas que descansan en ménsulas trilobuladas, con dentellones en el tramo trasero. La imposta viene marcada por una moldura decorada a base de ajedrezado, tema que también aparece en algunos cimacios, alternando con otros lisos o con distintas molduraciones. La bóveda es de medio cañón para todo el edificio románico. Al exterior encontramos sillería de bastante buena calidad, que culmina en el alero en una cornisa en nacela, animada por la presencia de grandes bolas, sostenida por canecillos. En el muro meridional cuatro contrafuertes se elevan hasta terminar en planos oblicuos un poco por debajo de dicha cornisa. En el septentrional, los contrafuertes han quedado embebidos o amortizados por las edificaciones añadidas. Lo más interesante desde el punto de vista del arte románico es el repertorio de canecillos que coronan los muros laterales de la parroquia. En el caso del muro del evangelio han desaparecido gran cantidad de ellos tras la construcción de las capillas y sacristía citadas. Se trata de canes con decoración muy modesta y bastante tosca, a base de motivos geométricos, animales y humanos. En el primer grupo -también el más numeroso- encontramos molduras cuadrangulares, (en resalte “telescópico”), otras prismáticas, bilobuladas, aspadas rematadas en aristas, en forma de puntas de clavo, con bolas y modillones de rollo. En el segundo vemos un sabueso con una larga lengua, un águila, un pez y una liebre. Por último, el tercero lo componen dos rostros humanos muy esquemáticos. Varios de estos diseños tienen un claro precedente en los modillones de San Adrián de Vadoluengo, en Sangüesa, como el pez, la liebre, el ave o los resaltes cuadrangulares. Sin embargo, el cantero que esculpió los canes de Arboniés tenía menor habilidad y se muestra más alejado de las formas propias del pleno románico. Dado que Vadoluengo se ejecutó en los años 40 del siglo XII, parece conveniente mantener para nuestra parroquia la cronología habitualmente propuesta, en la segunda mitad de dicha centuria. De la iluminación del edificio se encarga una moderna ventana situada en el muro de los pies, bajo los vanos de las campanas, y modestas saeteras renacentistas colocadas en las capillas, sin apreciarse otro rastro de vanos de la original fábrica románica que no sea la ventanita axial rematada en medio punto, hoy cegada, que centra el testero. La portada se abre en el penúltimo tramo de la nave, al lado de la epístola. Se trata de un vano adintelado y muy moderno, situado entre dos de los contrafuertes citados anteriormente. Sin embargo, parece demostrable que la iglesia tuvo en su origen una portada románica con tímpano. Tal afirmación la basamos en que en una casa vecina se halla incrustado en un muro un pequeño tímpano románico, parcialmente roto, que presenta en su centro un crismón trinitario y que, según pudimos saber, fue trasladado hasta la casa desde la iglesia por los antepasados de quien actualmente la habita. Por último, cabe mencionar también la bella imagen de Nuestra Señora de Arboniés, de un gótico incipiente, sita en el retablo mayor de la parroquia.