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Fachada sur de la iglesia de Hacinas, junto a los restos del castillo

Identificador
09611_02_004
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 59' 8.88'' , - 3º 17' 14.62''
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Pedro Apóstol

Localidad
Hacinas
Municipio
Hacinas
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
LA IGLESIA DE SAN PEDRO es una construcción tardogótica casi totalmente transformada a finales del siglo XVII, momento en el que se eleva la torre occidental, las dos colaterales y se abre la espléndida portada presidida bajo hornacina por la imagen del titular. Se alza en las inmediaciones del castillo, junto al afloramiento rocoso que también fue aprovechado para elevar un campanario de indefinida cronología, aunque en la roca se observan mechinales de alguna perdida estructura a él adosada, así como tumbas antropoides excavadas en la zona del castillo. Reaprovecha la fábrica, en el arco que da paso a la capilla, tres parejas de capiteles románicos de excelente factura y filiación silense, lamentablemente fracturados para su inclusión en su nuevo destino. Dos de ellos, los centrales, están labrados por tres de sus caras y por su tamaño bien pudieran corresponder al remate de columnas entregas, mientras que los que les flanquean son más pequeños, quizá de ventana, aunque dadas sus mutilaciones nada puede afirmarse con certeza. Especialmente interesante es el central del lado del evangelio, decorado su frente con el combate entre un infante ataviado con loriga, almófar y capacete que clava su espada en el cuello de un león rampante cuya acometida frena con su escudo de cometa. Pese a responder éste a uno de los motivos más extendidos en la plástica tardorrománica (así lo vemos en la portada palentina de Revilla de Santullán, por sólo poner un ejemplo), el tratamiento de las figuras recuerda, como bien señala Gerardo Boto, al visto en uno de los maltratados capiteles del lapidario silense, de mayor calidad plástica este último. Tras el guerrero vemos a un personaje cabalgando y probablemente desquijarando a un descabezado león, en la tradicional iconografía de Sansón, mientras que en la maltrecha cara que mira al altar observamos a un infante ataviado con túnica y capa que blande con ambas manos una lanza contra un perdido enemigo. Esta última figura, barbada y de rizada cabellera, recuerda igualmente algunos modelos de rostros de Silos. Las fragmentadas cestas de menor tamaño que flanquean a la central presentan sendos animales fantásticos afrontados, basiliscos -sólo uno visible- hacia la nave y dos aves de alas desplegadas bajo ábaco perlado en el otro. El capitel central del lado de la epístola se decora con dos magníficas hojas de acanto de nervio central perlado con palmetas entre ellas, mientras que el capitelillo que mira al este ofrece dos leones afrontados de colas erguidas e inequívoco aire silense, bajo collarino perlado. La otra cesta muestra una hoja lisa de nervio central partido y rematada en caulículo. La estructura de las cestas mayores se aparta un tanto de la tradicional troncocónica o troncopiramidal románica, presenta ábaco facetado en tres planos curvos y remite a modelos silenses en una época seguramente muy avanzada del siglo XII o primeros años del XIII. La misma cronología podemos adjudicar a la pila bautismal situada a los pies de la nave central. Su copa, de 105 cm de diámetro, se decora con un bocel en la embocadura, bajo el que corre la recurrente banda ornada con un zarcillo, aquí grueso y del que brotan carnosas hojas nervadas. La zona inferior, como en las de Neila (de las que ésta parece un remedo) o la riojana de Ledesma de la Cogolla, recibe hojitas lanceoladas de nervio central, imbricadas a modo de plumaje o escamas. Se alza sobre basamento de perfil ático con garras y plinto.