Se trata de un templo de doble nave construido en dos campañas diferentes. A la más antigua corresponde la nave y la capilla del evangelio que fueron levantadas en la segunda mitad del siglo XII con sillares de toba. La capilla es de planta cuadrada y presentaba en su testero una aspillera que fue cegada más tarde al colocarse el retablo mayor. Los muros se rematan con una cornisa decorada con bocel que está soportada por canecillos de nacelas superpuestas y bolas. En el interior se cubre con una bóveda de cañón que arrancaba de una imposta decorada con una moldura sogueada de la que aún queda algún resto. El arco triunfal es de medio punto y está soportado por una pareja de columnas acodilladas con capiteles figurados de rudimentaria labra. El de la izquierda representa a dos cuadrúpedos afrontados y el de la derecha a un ser fantástico acompañado de otro animal. A los pies de la nave, que se techa de cielo raso, se yergue una espadaña, también románica, con dos troneras y remate a piñón. A esta primitiva estructura se añadió en el siglo XIII una segunda nave construida de mampostería, lo que obligó a romper el muro sur de la anterior para abrir un gran arco apuntado que sirviera de comunicación entre ambas. Junto a este arco se conserva todavía uno de los canecillos que soportaban la cornisa meridional de la nave románica. Esta nave de la epístola se remata también con una capilla cuadrangular que fue adaptada luego como sacristía, de ahí que se cerrara a la nave. Por último, en el siglo XVI, se construyó un pórtico adosado al lado meridional, así como la portada de acceso al templo.