Identificador
09125_03_005
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42º 35' 1.88'' , - 3º 46' 37.62''
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés,José Luis Alonso Ortega
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
Montorio
Municipio
Montorio
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Claves
Descripción
LA IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA está emplazada sobre un pequeño altozano, desde el que se domina el caserío que la circunda. La fábrica es en general de piedra toba, aunque es bastante normal encontrar calizas más compactas, sobre todo en los sillares que conforman los elementos constructivos más modernos. No constan datos del primitivo templo, ni a qué cánones artísticos correspondía, si bien convendremos en afirmar que Montorio dispuso de un anterior templo románico. La actual iglesia, de formas ya góticas, no oculta sin embargo otras manifestaciones arquitectónicas de otros estilos, caso del pórtico reconstruido en 1565, según reza en la inscripción de un sillar, y de la sacristía situada en el lado de la espístola, levantada en 1648. Capítulo aparte es el de los restos románicos que aún permanecen en el exterior del templo, con claros signos de haber sido reutilizados, como revelan los relieves incrustados en el muro oriental del testero y de los distintos canecillos que soportan cornisas de similar estilo. El muro absidial mencionado muestra tres toscos y arcaicos bajorrelieves rectangulares bastante deteriorados. Pérez Carmona los relaciona con los de la iglesia de Quintana del Pino, mientras que Pérez de Urbel los considera inspirados en los relieves paleocristianos que se exhibían en algunos sarcófagos de esa época. El de la izquierda representa a dos leones enfrentados que comparten una misma cabeza. Más difícil es de interpretar el tema que muestra el relieve del centro, en el que parece adivinarse un personaje agachado. Concluye este episodio iconográfico con el tercero de los motivos que consta de tres figuras: un clérigo con báculo, un personaje levantando la mano en actitud de paz y otro portando una especie de maza que a su vez pisotea y clava una lanza a otra figura tendida, seguramente un diablo. Otras evidencias románicas de este paramento absidal se concretan en la huella de una ventana ajimezada, actualmente cegada, y sobre todo en la decoración que exhibe la cornisa, a base de billetes, roleos y tramos lisos. Mención aparte merece la colección de canecillos que sujetan el alero de la mayor parte del templo, entre los que se observan cabezas de animales que engullen a figuras humanas por los pies, nacelas superpuestas, personaje barbado en obscena actitud, mujer desnuda en similar situación, liebre recostada, flor cuatripétala y otros tantos de factura lisa que completan este repertorio. En el interior del templo, las dos naves sobre las que se estructura el espacio se cubren con crucerías que remarcan la condición gótica del templo. Únicamente a los pies, y en un compartimento situado debajo de la torre, al que se accede a través de un arco ojival de época protogótica, observamos una pila bautismal tardorrománica y otros testimonios pétreos incrustados en los muros, de similar inspiración y factura que los bajorrelieves del exterior, aunque en peor estado de conservación y de más difícil interpretación. La pila presenta una copa semiesférica decorada con gallones (146 cm de diámetro x 55 cm de altura) y un pie ornado con motivos vegetales acompañado de una inscripción que certifica la autoría y fecha de ejecución de la pieza: [ME] FECIT DOMINICUS DE TERRADIELLOS IN ERA MCCXXXXVIIII (año 1211). Concluiremos afirmando que esta inscripción no sólo revela fehacientemente la cronología de la pila bautismal -erróneamente interpretada hasta la fecha-, sino que hermana a ésta con la de San Andrés de Montearados, hecha por el mismo cantero y en cercana fecha.