Al pie mismo de la carretera se sitúa un pequeño cementerio rodeado de un muro que lo delimita en el que encontramos un ábside semicircular. Este ábside, que ha quedado como capilla del cementerio, es el único resto románico de una primitiva iglesia, sencilla construcción hasta ahora inédita en estudios sobre el románico burgalés. Como hemos señalado, únicamente conserva un pequeño ábside construido con sillarejo y en la actualidad revocado con cemento al exterior y cal al interior, aunque aquí se adivinan aún restos de pinturas medievales. El ábside, sin ningún tipo de decoración, molduración o división que aporte una organización de sus partes constitutivas, se cubre con una bóveda de horno. Desgraciadamente, la desaparición del resto de la iglesia nos impide conocer más datos sobre su construcción, pero por el ábside se puede deducir que se trataba de una pequeña iglesia del siglo XII, de una nave y sin demasiados artificios arquitectónicos y escultóricos.