Santa Maria de Darnius
DARNIUS
El pueblo de Darnius está situado en las primeras ondulaciones de la sierra de les Salines, entre frondosos bosques de alcoronques; el trabajo del corcho fue durante largo tiempo la principal actividad económica de la población, aunque hoy ha desparecido ya por completo. En el término municipal hay el pantano de Darnius-Boadella, construido en los años 60 del siglo xx en la confluencia del río Muga y su afluente Arnera. El pueblo dista unos 18 km al Norte de la capital de comarca, Figueres, desde donde, para llegar, debe tomarse la carretera N-II hasta encontrar una desviación a la izquierda por la comarcal GI-502, que debe seguirse unos 7 km.
El primer documento donde aparece Darnius (y otros enclaves importantes de la zona, como el lugar de Caneres) es el testamento sacramental del clérigo Guiu o Wigo, fechado en el año 983. Dicho personaje, posiblemente oriundo de Darnius, perteneció a una poderosa familia de magnates locales (a los que la historiografía suele atribuir una –algo difusa– raíz hispanogoda) con amplias posesiones en la región; sus últimas voluntades fueron públicamente leídas en el altar dedicado a San Pedro de la iglesia de Darnicibus, en junio de 982. El territorio de Darnius perteneció siempre al condado de Besalú, lo que corroboran numerosas noticias antiguas.
Poco más se conoce sobre la historia de la villa en época románica; el lugar parece inicialmente bajo el control de los señores del cercano castillo de Montroig, que eran feudatarios de los condes bisaldunenses. Ya en época tardomedieval, es conocida la noticia del alojamiento del rey Pedro el Grande y de su corte en Darnius, cobijado por los vizcondes de Rocabertí, durante la fallida invasión francesa de Catalunya. El pueblo es cercano al coll de Panissars, paso principal desde el Rossellón hacia el sur, que fue profusamente utilizado entonces por las tropas galas.
Con respecto al castillo de Montroig, cuyos vestigios arquitectónicos se conservan en la cima de una colina cercana al pueblo, éste aparece documentado por primera vez en el siglo xi (hacia 1070), precisamente en el juramento de fidelidad prestado por el señor del castillo, Guillem Bernat, al conde Bernat II de Besalú.
Iglesia de Santa Maria
La iglesia de Santa Maria de Darnius está situada en el corazón del pueblo, rodeada por un núcleo de edificios que se alzan sobre las antiguas murallas, ocupando lo que fue, en origen, la sagrera eclesiástica. Para llegar al templo sólo debe seguirse, desde la carretera, la larga calle principal (carrer Major) y, tras pasar la bonita plaza arbolada, subir por el paso cubierto que lleva al interior del mencionado núcleo de casas.
La primera referencia documental conservada donde se cita la iglesia de Santa Maria es en el mencionado testamento sacramenal del clérigo Guiu o Wigó, del año 982. El personaje contaba, entre sus numerosas posesiones, con tierras en los condados de Empúries, Peralada, Rosellón, Besalú y Vallespir; su relevancia entre la nobleza local queda demostrada por la presencia, entre los albaceas de sus legados, del poderoso Hildesind, obispo de Elna y abad del monasterio de Sant Pere de Rodes. El juramento del testamento se llevó a cabo en el altar de San Pedro de la iglesia de Darnius, a la cual legó, por cierto, algún alodio. El documento informa, además, de la presencia en el templo de por lo menos cuatro altares, puesto que a la dedicación principal a Santa María siguen los titulares Sant Pere, Sant Joan y Sant Genís; se trataba, de todos modos, de un templo anterior al actual, que es indiscutiblemente más tardío, de finales de época románica; se le documenta por primera vez, parece, en 1279.
El actuyal edificio de Santa Maria es un edificio sólido, de considerables dimensiones, edificado con un rotundo aparejo de granito de tonos ocres, típico de la zona. Tiene planta de nave única, cubierta por una bóveda de cañón ligeramente apuntada que va tramada por un único arco fajón, y que se relaciona con el ábside oriental mediante dos arcos presbiteriales en degradación. El ábside es ligeramente más estrecho que la nave, y cubre con la habitual bóveda en cuarto de esfera; en el eje de su muro se abre una ventana de dimensión notables, de doble derrame. La iglesia esta iluminada por otras cuatro ventanas, tres de ellas alineadas en la fachada meridional, similares a la del ábside, y otra en la fachada oeste, la única que es de derrame simple (y tal vez reformada en época moderna). En el interior de la iglesia se pueden ver las capillas laterales abiertas en los muros, que deben ser consideradas de época tardomedieval, así como la sacristía adosada al costado septentrional, que la historiografía sitúa a finales del siglo xvii.
El aparejo de la iglesia es, como se ha dicho, especialmente robusto, con sillares tallados con esmero y de gran tamaño, lo que es característico de las construcciones del románico tardío en esta región oriental del Alt Empordà; destaca además la presencia de un zócalo de altura notable, dispuesto ligeramente en forma de talud. Por otra parte, el templo fue sobrealzado en época tardía, entre los siglos xvi y xvii, con un aparejo muy irregular y de mortero abundante. El objetivo de dicho sobrealzamiento parece haber sido la adecuada fortificación de la fábrica medieval, e incluso se conserva un pequeño matacán, situado en el centro de la fachada sur, sobre la portada. A consecuencia de este mismo alzamiento, un primitivo campanario de espadaña que se levantaba en la fachada occidental fue substituido por una imponente torre de sección cuadrada, posiblemente construida entre los siglos xvii y xviii; su coronamiento superior, delicadamente almenado, es fruto de una restauración de comienzos del siglo xx.
La iglesia cuenta con dos puertas de acceso, ambas situadas en el muro Sur. Una de ellas es de pequeño tamaño y claramente secundaria; se sitúa cerca de la esquina suroeste, y abre mediante un sencillo arco de medio punto. La portada principal está centrada en la misma fachada meridional. Se articula en la parte superior a base de dos arcos de medio punto en degradación, bajo les cuales delimita el vano un enorme dintel monolítico, completamente liso. Sobre el dintel se sitúa un interesante tímpano decorado con un crismón en altorelieve plano.
Este crismón es bastante particular, y además un motivo poco frecuente en el contexto catalán nororiental. Está formado por un círculo con seis brazos, de los cuales penden la alfa y la omega y pisa la S. La tilde de la cruz es muy larga y corre por debajo de la P. En el exterior del círculo del crismón aparecen dieciocho radiales simulando los rayos del sol, y el conjunto se completa con dos estrellas situadas en la parte inferior, que posiblemente aluden al Sol y la Luna. La tipología parece que responde a modelos altoaragoneses, y en concreto se ha relacionado con el crismón de la puerta Sur de la Epifania (que da paso al claustro) en la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca. El esquema decorativo no tiene paralelos en el área gerundense, por lo que se ha querido vincular a una influencia aragonesa directa. Por lo menos sí se conocen relaciones entre la familia Rocabertí, barones de Darnius y el territorio oscense, pues uno de sus mimebros, Gaufredo, fue abad de Santa Maria de Piedra Vieja de Nuévalos entre 1195 y 1202.
Todavía con respecto a la portada, cabe señalar por último la conservación de los herrajes medievales, reaprovechados en la decoración de los actuales portones, que simulan, como es habitual, elementos pseudovegetales a base de tallos y volutas.
Santa Maria de Darnius es, en conclusión, un magnífico ejemplo de la arquitectura rural de finales del período románico; aunque no se conoce la cronología exacta de su construcción, por sus avanzadas características parece razonable fecharla entre finales de siglo xii y, más probablemente, la primera mitad de la centuria siguiente; está claro que sustituyó, entonces, a una iglesia anterior, perfectamente documentada y que pudo ser también de cierto tamaño e importancia. El edificio tardorománico forma parte, en realidad, de un grupo de iglesias de rasgos muy similares edificadas en los distintos pueblos que hay al amparo de la sierra de les Salines, entre las que destacan Sant Martí de Maçanet de Cabrenys y Santa Maria d’Agullana. El modelo arquitectónico de estos templos remite en última instancia a modelos del pleno románico en el condado de Besalú, aunque formulados en una versión tardía y algo rutinaria, sin embargo rigurosa y sólida en su evidente ambición monumental.
Texto: Lorena García Morato – Fotos: Lorena García Morato/ATR – Planos: Ángela trapero Rodríguez
Bibliografía
Badia i Homs, J., 1977-1981, II-A, pp. 123-124; Bernils i Mach, J. M., 2003, pp. 20-21; Bolòs i Masclans, J, 2004b, pp. 189-190; Catalunya Romànica, 1984-1998, IX, pp. 456-457; Matarredona Sala, F., 2003, p. 166-167; Montsalvatje i Fossas, F., 1908, p. 158.