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Vista general del molino y de la torre del castillo de Castellnou de Osso de Sió

Vista general del molino

Molino de Castellnou d’Ossó

Castellnou d’Ossó de Sió
Molino de Castellnou d’Ossó El molino, ubicado en la entrada del pueblo, al lado del río, es conocido como el molino del Marqués, y fue un antiguo molino harinero, que también funcionó como vivienda. Su deficiente estado de conservación impide que se pueda acceder al interior. Se conserva la estructura exterior del edificio, de planta cuadrada, así como el conjunto de elementos que configuraban esta infraestructura, como la gran balsa que había detrás de los lagares, la acequia y el dique situado unos metros río arriba. El molino se dividía en dos pisos.

Fachada oeste y muro norte de Sant Pere de Castellnou de Osso de Sió

Vista general

Sant Pere de Castellnou d’Ossó

Castellnou d’Ossó de Sió
Iglesia de Sant Pere de Castellnou d’Ossó Esta iglesia, dedicada a san Pedro y situada en el extremo oriental de la población, se construyó en un lugar elevado en las afueras del núcleo de población. Aunque esta separación entre el pueblo y la iglesia se ha comparado con los pequeños asentamientos poco poblados de tierras pirenaicas conocidos como villas abiertas, no parece ser el caso de Castellnou, ya que se conoce la existencia de una muralla con portales. También se ha planteado la improbable hipótesis de que el municipio se trasladase de lugar, dejando la parroquia fuera del núcleo. A pesar de ser una construcción de la segunda mitad del siglo XII, la primera mención conservada data de finales del siglo siguiente, concretamente de una relación de las iglesias que en 1279 pagaban el diezmo papal al obispado de Urgell. Está documentado que en 1515 el estado del templo era muy deficiente. Por el contrario, actualmente, su aspecto es bastante bueno, ya que se restauró en la década de los ochenta del siglo XX.

Vista general del Castillo de Castellnou de Osso de Sió

Vista general

Castillo de Castellnou d’Ossó

Castellnou d’Ossó de Sió
Castillo de Castellnou d’Ossó El castillo de Castellnou d’Ossó, uno de los monumentos más antiguos de la comarca, se encuentra en el centro del pueblo, en una pequeña colina en el camino que conduce a la iglesia de Sant Pere. El lugar fue un núcleo fortificado desde época romana. Construido durante el siglo II a. C., es uno de los pocos ejemplares conservados de esa época, aunque no el único, ya que también existe la villa romana de Reguers en el municipio de Puigverd.

Vista general de Sant Pere del Bellver de Osso de Sió

Vista general

Sant Pere de Bellver d’Ossó

Ossó de Sió
Iglesia de Sant Pere de Bellver d’Ossó Bellver d’Ossó se encuentra a unos 2 km al Este de Ossó de Sió, en la cima de una pequeña colina situada en ribera izquierda del río Sió. Hay una carretera local que comunica Ossó y Bellver.

Fachada oeste de la Mare de Déu del Remei de Osso de Sió

Fachada oeste

Mare de Déu del Remei de Ossó de Sió

Ossó de Sió
Iglesia de la Mare de Déu del Remei de Ossó de Sió Por el tipo de urbanismo de Ossó, se puede suponer que el municipio creció a partir del núcleo de un castillo que estaba situado en lo alto de la colina. Originalmente debía de haber una torre de vigilancia con sus dependencias. La villa medieval se formó en distintas fases. Durante la etapa inicial se construyeron los primeros edificios alrededor de la fortificación, que era el elemento cohesionador. Seguramente había una única calle, orientada de Norte a Sur, con las viviendas dispuestas a ambos lados de la misma. En los extremos de la calle había dos portales que cerraban el recinto amurallado.

Fachada oeste y muro sur de Sant Pere de Maldà

Vista general

Sant Pere de Maldà

Maldà
Iglesia de Sant Pere de Maldà En 1078 el vizconde Ramon Folc I y su esposa Ermessenda donaron a Sant Vicenç de Cardona todas las iglesias que había y habría en el futuro en el término del castillo de Maldà. Al igual que otras iglesias de la comarca, Maldà formó parte del obispado de Vic hasta que en 1154 pasó a depender del de Tarragona, si bien, siguió jurisdiccionalmente bajo el control de Sant Vicenç de Cardona, como lo confirma un documento de 1212 en el que se indica que Guerau de Maldà la administraba en beneficio de dicha canónica. Es probable que los primeros curas, los cuales eran canónigos de Cardona, viviesen en Maldà: en 1183 lo era citado Guerau de Maldà, en 1245, Jaume de Navès y en 1314 Pere Boiraci. Los vínculos religiosos con Cardona se fueron relajando hacia finales del siglo XVI.

Vista de los restos del primer Castillo

Vista general

Castillo de Maldà

Maldà
Castillo de Maldà El castillo de Maldà está situado en el extremo occidental del municipio, en la parte alta. En la clave de la puerta de entrada se puede leer la siguiente inscripción conmemorativa: ANDREAS FILI/PUS IMCEPITO/PERAM CASTR/I GUILELMI CA/RDONE ANO DO/MINI MCCXII (Andreu Felip empezó la obra del castillo de Guillem de Cardona en el año del señor 1212). Aunque ésta es la fecha que se considera como la del inicio de las obras de construcción de este castillo, ésta no fue la primera fortaleza de Maldà.

Vista general de Guimerà y su castillo

Vista general

Villa y Castillo de guimera

Guimera
Villa y castillo de Guimerà La localidad de Guimerà nació, como muchos pueblos medievales, bajo la protección de su castillo, construido en la cima de la sierra, dominando el valle del Corb. Las tempranas construcciones se situaron en la parte más alta, alrededor de la torre. Así, la torre, inicialmente aislada, se fue convirtiendo en un castillo, que en lugar de tener una pequeña capilla, disponía de una iglesia separada, la cual se amplió en el siglo XIV. Bajo el amparo del castillo, la villa fue creciendo rápidamente, y las nuevas edificaciones ocuparon niveles inferiores de la ladera sur, hasta llegar a la zona de cauce.

Restos de una galería de Santa Maria de la Bovera

Galería del antiguo santuario

Santa Maria de la Bovera

Guimerà
Santuario de Santa Maria de la Bovera La tradición popular cuenta que en el lugar donde se localiza este santuario mariano, un joven pastor que había perdido un par de bueyes, encontró a uno de ellos arrodillado frente la imagen de la Virgen María que se hallaba escondida dentro de una encina. A pesar de que repetidas veces se trasladó la imagen a la iglesia del pueblo, ésta desaparecía y volvía a su lugar de aparición. Dada la imposibilidad de venerar a la Virgen en la parroquia, los habitantes decidieron construir un nuevo santuario en la cima de la colina, la cual se llamada Bovera, en referencia a los bóvidos de la leyenda.
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