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Ermita rupestre del Tobazo, en Villaescusa del Ebro

Saliendo al cruce de San Martín de Elines, dejamos atrás la BU- V6116 para tomar la carretera CA-275 y dirigirnos al último destino de la ruta planteada, en dirección a Orbaneja del Castillo. Se trata de la denominada Ermita rupestre del Tobazo situada en el pueblo de Villaescusa del Ebro. Aunque quizás no sea uno de conjuntos rupestres más importantes y sorprendentes entre todos los ya visitados, merece la pena acercarse hasta él y disfrutar del paisaje en el que se enclava.

En pleno Cañón del río Ebro, en un paraje repleto de cascadas y naturaleza apartado del núcleo de población, denominado como El Tobazo, se disponen un gran número de cuevas naturales, que, aprovechando su formación calcárea fueron labradas por la mano del hombre, sirviendo para enclavar un pequeño eremitorio y unas celdas, donde se desarrollaría la vida eremítica. Asimismo, tanto el interior como el exterior sirvió para albergar sepulturas que fueron excavadas en la roca debido a las características que presentaba del terreno.

El conjunto está formado por tres cuevas de libre acceso a las que se puede llegar haciendo senderismo a través de la ruta propuesta. Las tres, están comunicadas por pasillos naturales, sin embargo, es la central la que adquiere una mayor relevancia y a la que se accede a través de un vano con forma de arco de medio punto. Esta es la ermita, que delimitada por otras dos cuevas, que sirvieron de celdas a los monjes, tiene una planta cuadrada que remata en un ábside precedido por un gran arco triunfal, con cruces grabadas en la roca de fondo. Mientras, en la pared izquierda presenta una pequeña hornacina, reduciéndose su ornamentación y sus elementos a estos dos aspectos.

Ermita rupestre del Tobazo, en Villaescusa del Ebro

 

SANDRA MARTÍN LÓPEZ

Centro de Estudios del Románico. Fundación Santa María la Real.