VILANOVA DE MEIÀ

                                                       Castillo de Orenga

El castillo de Orenga se sitúa en una peña cerca de la cima de Orenga, entre la sierra de Sant Mamet, el valle de Peralba y el de Meià. Se llega tomando la pista de tierra que va desde Santa Maria de Meià a Fontllonga y que sube hacia lo más alto de la montaña, desde donde se debe coger un estrecho camino en dirección sur que llega hasta sus pies.

Aunque el término de Orenga se documenta ya en 1040, no es hasta 1087 cuando se cita por primera vez su castillo. Muy probablemente la fortaleza estuvo en manos de los Meià desde un principio, aunque tal posesión no aparece documentada hasta 1193, cuando Guillem III lo donó en su testamento a su hermana Ermengarda. En 1312 el castillo pasó a manos del rey Jaime II gracias a la permuta de territorios que realizó con Pedro de Ayerbe.

Del castillo se conserva principalmente su torre, que presenta una doble estructura de muros de perfil semicircular. Una primera torre interior más antigua, bastante irregular, y posiblemente islámica, está rodeada por una segunda exterior, mejor construida, que fue levantada tras su conquista por los cristianos. Algunos autores ven en este tipo de soluciones que reaprovechaban las torres defensivas preexistentes reforzándolas con un nuevo muro perimetral un recurso habitual en la zona. Además de la torre, existía un recinto amurallado que se extendía hacia el Oeste, del que sólo quedan, a unos pocos metros de la fortaleza, partes de una pared que pertenece a la misma época que la torre exterior. En esa misma zona y en la cresta de una peña se hallan otros muros perimetrales de similares características, así como ruinas de algunas casas medievales.

La datación del castillo de Orenga es compleja ya que no se conocen documentos sobre su origen. Parece seguro que se construyó en un territorio fronterizo que fue el escenario de numerosos enfrentamientos entre los condes de Urgell y las tropas musulmanas. En consecuencia, la parte más antigua pertenece al siglo x, mientras que el resto bien puede ser del xi.

Texto y foto: Juan Antonio Campos

Bibliografía

Bernaus i Santacreu, R. y Sánchez i Agustí, F. 1999, pp. 260-264; Buron i Llorens, V., 1989, p. 178; Castells Catalans, Els, 1967-1979, VI (I), pp. 342, 482, 483, 485 y 494; Catalunya Romànica, 1984-1998, XVII, pp. 473-474; Fité i Llevot, F., 1993, pp. 97-98.