Santa María de la Serra
FARRERA
Iglesia de Santa Maria de la Serra
La iglesia de Santa Maria de la Serra, se halla en el extremo noroccidental de una estribación rocosa que desciende desde el Roc del Castellar, emplazamiento del antiguo castillo de Farrera, ubicado a 150 m de la actual población. En el extremo occidental de Farrera arranca un sendero que conduce al templo tras recorrer unos 600 m.
También conocida como Mare de Déu de la Serra, esta capilla es otro de los vestigios altomedievales de la Coma de Burg y, por tanto, integrante del pagus de Tírvia en el primitivo condado del Pallars, del cual no se tienen noticias tempranas. La primera referencia, aparece en la relación de parroquias de la visita pastoral de los delegados del arzobispo de Tarragona de 1314, donde figura dentro del decanato de Cardós. Su catalogación como iglesia parroquial, debido a su ubicación totalmente aislada, ha suscitado multitud de hipótesis. Su estratégica situación en un punto de amplio dominio visual sobre la Coma de Burg, ha llevado a relacionarla con el cercano castillo de Farrera, si bien, sus dimensiones no son las usuales en este tipo de templos. Otra de las teorías apunta a que se trataría de un intento de establecer un término parroquial, justificado seguramente por la proximidad de un yacimiento de hierro o de un centro metalúrgico. En el manifiesto escrito por Pere Tragó en 1519, donde se detallan las posesiones del vizcondado de Castellbó, aparece repetidamente mencionado el topónimo de Santa Maria, posiblemente haciendo referencia a la capilla, como límite entre los términos de Burg y Farrera.
El estado actual de la iglesia es ciertamente preocupante, dado que presenta serios problemas estructurales que amenazan gravemente su estabilidad, los cuales pueden estar detrás de buena parte de las transformaciones a que ha sido sometido a lo largo de los siglos. Se trata de un edificio que presenta una planta compuesta por una sola nave rectangular –de aproximadamente 13,9 m de largo y 6 m de ancho– y un ábside semicircular –de 3,8 m de profundidad y 5 m de luz–, que está precedido por un ancho arco presbiterial que se manifiesta al exterior y que facilita la transición entre ambos espacios. La franja vertical central del ábside se halla parcialmente derrumbada, y presenta una brecha de tamaño considerable que hace peligrar la estabilidad de la estructura. De las dos ventanas con las que probablemente contaba la cabecera, tan sólo subsiste la del lado meridional, que es de doble derrame, arco de medio punto monolítico –aunque fragmentado por el centro– de piedra toba. En su cara interior, presenta un arco de medio punto rebajado realizado en un bloque de madera. Recorre la parte superior del paramento absidal, una imposta biselada, que marca la altura original del lienzo. En el lado oriental del muro sur, se abre otro vano de características similares al anterior, salvo en su configuración interior. Una puerta resuelta con un arco de medio punto totalmente cubierto con enlucido de cal se halla en la parte central, y, en el interior, presenta un capialzado bastante pronunciado con arco de medio punto y con el mismo tipo de revoque. Sobre ella, en la parte superior del paramento, lindando ya con el tejado, hay dos ventanas rectangulares. La fachada oeste cuenta también con una puerta, que se halla elevada respecto al suelo, que ocupa la parte central del frontis y que está tapiada. Mide 2,3 m de altura y 1,5 m de anchura, y está formada por un arco de medio punto, del que se conservan tan sólo las dovelas de piedra toba del lado sur, las cuales tienen rebajada su mitad inferior, de tal forma que la otra, al quedar resaltada, simula una chambrana. En el espacio cegado de la puerta se abrió una ventana rectangular Al igual que en el ábside, en esta fachada son evidentes los problemas de estabilidad del edificio. Unos cuantos mechinales se distribuyen por diferentes partes de los paramentos, y son especialmente abundantes en la fachada oeste.
En el interior, originalmente el ábside estaba cubierto con una bóveda de horno y la nave con una estructura de madera, sin embargo, en una de las reformas a las que se sometió al edificio, se modificó la cubierta dejándola toda a un solo nivel, hecho que obligó a seccionar la parte superior de la cabecera y a sobrealzar el ábside, para asentar la viga cumbrera. Actualmente, una de las vigas ha cedido. Unos pequeños orificios alineados en los pies del templo son testimonio de que en un momento se le añadió a éste un coro elevado, que ha desaparecido. En el suelo aún se conserva una tosca pila bautismal de forma entre rectangular y ovalada.
El aparejo empleado en los paramentos está formado por irregular y alargado sillarejo dispuesto en hiladas más o menos horizontales.
Se ha datado la construcción de este edificio en siglo xi.
Texto y fotos: Azucena Povill Espinòs
Bibliografía
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