Poblado del Vilot de Sucs
LLEIDA
Poblado del Vilot de Sucs
El antiguo poblado del Vilot de Sucs, correspondiente al núcleo primitivo de Sucs, se emplaza en lo alto de un cerro a levante de la actual localidad, y está integrado por los vestigios de una fortaleza, una iglesia y un asentamiento poblacional. Para acceder hasta él desde Lleida hay que tomar la autovía A-22 en dirección a Huesca, desde la que se toma un desvío a mano izquierda hasta Sucs. Justo antes de entrar en esta localidad, se llega al conjunto, visible a la izquierda.
La primera mención documental conocida del lugar de Subes aparece el año 1092 como una de las afrontaciones del castillo de Monzón en la delimitación efectuada por el rey Pedro I de Aragón. Parece que, una vez conquistado, el término de Sucs quedó, junto con el de Gimenells, bajo el dominio real. La colonización del lugar se debió de iniciar tempranamente, al menos esto parece indicar la presencia de la ecclesiam cum Suchs en la Ordinatio ecclesiae Ilerdensis en 1168. Según el mismo documento, dicha iglesia estaba integrada a la prepositura de Sant Llorenç, junto con las de Gimenells, Vallmanya y Raïmat. Posteriormente, se menciona el capellano de Sucs en las décimas papales del año 1280. En cuanto al castillo, la primera referencia no aparece hasta 1226, con motivo de su venta. Después, son varias las veces en que se alude a su compra-venta, por ejemplo, en 1235, cuando fue vendido otra vez al procurador de Jaime I el Conquistador, o en 1242 cuando el monarca lo vendió a Tomàs de Santcliment, que lo revendió tres años después al mismo rey. A partir de 1274 retornó a manos de los Santcliment, bajo cuyo señorío permaneció hasta 1320, cuando pasó a Pere de Montanyana. En 1401 el capítulo ilerdense compró la jurisdicción de Sucs, junto con Gimenells, Raïmat y Benavent. Sucs inició su decadencia en el siglo xiv, que fue especialmente marcada entre 1365 y 1497, hasta que, en las actas de la visita pastoral de 1696 constaba ya como un lugar despoblado.
Los restos del castillo, emplazados en lo alto del tozal, corresponden a la parte inferior de una torre rectangular parcialmente excavada en la roca –que posteriormente se habilitó como cisterna–, cubierta con bóveda de cañón y un espacio interior de unos 4 m por 2 m. Aunque el estado actual dificulta su datación, los arqueólogos la consideran correspondiente a finales del siglo xiii o principios del xiv, sin descartar que hubiese sido reaprovechada de una fortificación anterior. Por su parte, los vestigios de la iglesia de Sant Miquel se sitúan al Sureste de la fortaleza. De esta construcción sólo perviven las hiladas inferiores, con un aparejo de sillares bien tallados, que trazan su perímetro y que evidencian que se trataba de un templo de nave única y ábside semicircular. Finalmente, el núcleo de poblamiento se extendía por la vertiente sur del tozal, aunque los únicos vestigios que se conservan son los de tres silos excavados y un depósito. Por sus características constructivas, los restos de la fortificación y de la iglesia podrían situarse cronológicamente entre los siglos xii y xiii.
Texto y fotos: Meritxell Niña Jové
Bibliografía
Castells catalans, Els, 1967-1979, VI, pp. 902-903; Catalunya Romànica, 1984-1998, XXIV, pp. 214-215; González Pérez, J. R. et alii, 1991, pp. 12-45.