Santa Maria de Gramuntell
Iglesia de Santa Maria de Gramuntell
Gramuntell, conocido antiguamente como Agramuntell, es uno de los antiguos pueblos que formaban parte de Sant Pere dels Arquells, hoy unidos con Sant Antolí para configurar el municipio de la Ribera d’Ondara. Está situado en una pequeña colina al Suroeste del término municipal, a la derecha del riachuelo de Vilagrasseta, y es la población más occidental del término. Para llegar al lugar desde Cervera hay que seguir las indicaciones hacia Granyena de Segarra por la carretera comarcal L- 214 y antes de llegar a dicho municipio toman por la LV- 2143 hasta Gramuntell.
La población de Gramuntell sigue la tipología de villa amurallada. En el punto más elevado se situaba el castillo que ejercía de núcleo principal, y a su alrededor se disponían las viviendas. Las fachadas posteriores de los propios edificios tenían la función de muralla protectora. La primera documentación donde se menciona el lugar, como el puig d’Agremont, es en un documento de 1055 donde el conde de Barcelona Ramon Berenguer I cedió a Guillem Ramon (descendiente de los Cervera) y su esposa Eizeta estas tierras para repoblarlas. Agramonte aparece en otros documentos como una referencia de propiedades a lo largo del siglo xi. Durante el siglo xii y hasta el primer cuarto del xiii se sucedieron las operaciones de compra y venta del castillo de Gramuntell. Primero fue Guillem Dalmau en 1114, luego fue su nieto Ramon de Cervera quien se lo vendió a Guillem de Guàrdia y, finalmente, en 1230 el monasterio de Santes Creus compró Gramuntell, Vilagrasseta y Montoliu. El monasterio cisterciense fue propietario de estas tierras hasta su desamortización. La parroquia de Santa Maria de Gramuntell era sufragánea de la de Sant Andreu de Vilagrasseta.
La iglesia de Gramuntell fue fuertemente modificada en una importante reforma acometida en época neoclásica. Del templo primigenio sólo se conserva la parte occidental de su única nave rectangular. Se desconoce cómo era el ábside, aunque muy probablemente tendría planta semicircular. En el exterior, destaca la puerta de acceso, situada en el lateral meridional, formada por un arco de medio punto de grandes dovelas. En lo alto de la fachada occidental se alza un campanario de espadaña de doble ojo, que no corresponde a la primera edificación. Mientras que el aparejo de los muros está formado por sillarejo de tamaño dispar, dispuesto en hiladas más o menos uniformes, la bóveda, de cañón ligeramente apuntada, está realizada con sillares bien trabajados, escuadrados y pulidos, colocados de forma muy cuidada. Este diferente aparejo denota que los restos conservados podrían corresponder a dos fases diferenciadas, de las que la ejecución de la bóveda sería susceptible de situarse a finales del siglo xii o inicios del xiii.
Texto: Nuria Montoya Vives/Juan Antonio Olañeta Molina - Foto: Nuria Montoya Vives
Bibliografía
Bach i Riu, A., 1977, pp. 21-22; Castells catalans, Els, 1967-1979, 6, II, pp. 720-722; Pladevall i Font, A., 1976, pp. 44-62.