EN EL EXTREMO ORIENTAL de la plaza que se abre en el centro del pueblo, se levanta el edificio más importante de Zarzuela, su iglesia parroquial. Levantada durante el siglo XIII en mampostería con refuerzo de sillar en las esquinas, se presenta actualmente con planta única, presbiterio recto y ábside poligonal. Con una sobreelevación de la nave y cubierta a dos aguas con teja cerámica curva, se abren dos puertas que permiten el acceso al interior, una en el muro meridional protegida por un pequeño pórtico muy reciente, y otra que se abre en el muro del hastial, de origen románico. Remata todo el conjunto, a los pies de la iglesia, la espadaña. Llaman la atención dos fechas grabadas en el ábside, las cuales indican los años en los que se llevaron a cabo a las transformaciones que sufrió esta iglesia: la primera tuvo lugar en 1714 y la siguiente en 1756. Estas afectaron a parte de la sobreelevación de todo el edificio, al ábside y al presbiterio. En el exterior destacan varios elementos. En el ábside poligonal encontramos dos ventanas abocinadas y adinteladas. Y a los pies de la iglesia se levanta la espadaña, de un solo cuerpo que, con un estrechamiento en la parte superior, presenta un remate triangular. Los únicos restos que se conservan de la fábrica original son un pequeño fragmento de la cornisa original de piedra, junto con dos canecillos que la sustentan conservados en el muro norte, y la portada. Abierta ésta en la parte inferior de la espadaña, queda resuelta con dos gruesas arquivoltas apuntadas, lisas y adoveladas con un recercado de puntas de diamante. A los pies de la iglesia, debajo del coro, se conserva la pila bautismal. Labrada en piedra caliza y desprovista de pedestal, presenta una tipología que responde al esquema del tercer tipo descrito por Nieto Taberné desarrollado en la provincia de Cuenca durante el siglo XIII. Así, encontramos en Zarzuela de la Sierra un magnífico ejemplo de pila decorada con arquería. De características muy similares a las pilas de Villalba de la Sierra y de La Frontera, este ejemplar de estilo románico presenta en su grande y profunda copa (125 cm de diámetro exterior, 91 de diámetro interior, 48 cm de profundidad y una altura de 80 cm) una decoración muy cuidada, donde destaca una arquería de arcos doblados de medio punto sobre fustes lisos. Presenta además un remate superior de cenefa con motivo de ochos, tallados en doble cinta entrelazados.